domingo, 27 de diciembre de 2009

LOS SERVIDORES DE LA IGLESIA BIBLICA.


El cuerpo de Cristo está constituido de millares de congregaciones y Cristo es soberano de cada una de ellas. Pero Cristo es Señor, también, de cada miembro en particular como escribió el apóstol Pablo: "Quiero que sepáis que Cristo es la cabeza de todo varón..." (1 Cor. 11:3).

CADA MIEMBRO
Cristo vino para servir y constituyó a la iglesia como un reino de servicio con el propósito de utilizar a cada miembro. En el sentido bíblico, cada cristiano es un ministro, ya que a cada uno les es dado un don o ministerio para la edificación del Cuerpo de Cristo. La organización de la iglesia local se basa en que cada miembro tiene una habilidad especial para el bien de la obra, unos de un modo y otros de otro modo. El Espíritu Santo se interesa en aprovechar estos dones o habilidades diversas para edificar la iglesia (1 Cor. 14:7).

Cada miembro encuentra un ejemplo perfecto en Cristo para su servicio. Imitando a Cristo, los hermanos pueden perseverar en servir, no importa las imperfecciones de sus compañeros o la falta de reconocimiento. Con lavar los pies, Cristo les enseñó la actitud correcta - no buscando posiciones sino aceptando hasta el lugar más humilde para servir a los demás (Mat. 20:28; Jn. 13:1-20; Fil. 2:1-8). El uso de las habilidades no crea competencias, complejos de inferioridad, vanagloria ni celos debido al amor y la gracia que predominan entre los hermanos (1 Cor. 13; 15:9-10).

LOS ANCIANOS
La iglesia bíblica funciona colectivamente gracias a la dirección de sus líderes que consideran las necesidades de los hermanos y del mundo para organizar y coordinar la participación de cada uno. Estos no constituyen una jerarquía arbitraria, sino que están para ayudar a la iglesia para alcanzar la meta de Dios de la manera más efectiva y eficiente. No hay puestos en la iglesia para privilegiados, sino funciones necesarios que estos servidores humildes reciben de Cristo para velar y dirigir su obra. Cada miembro que respeta a Dios se somete voluntariamente a la supervisión de éstos para que puedan cumplir con alegría su tarea de usar sabiamente los recursos humanos y materiales de la iglesia (Heb. 13:17).

¿QUIENES SON?
Según la Biblia, las congregaciones locales necesitan de líderes maduros, probados y respetados por la comunidad. Pablo y Bernabé "constituyeron ancianos en cada iglesia" (Hech. 14:23). Es interesante estudiar el oficio de éstos en el desarrollo espiritual de la iglesia primitiva. ¿Quiénes eran?
Hechos 20:17 dice que Pablo envió mensajeros desde la isla de Mileto y hizo llamar a los ancianos de la iglesia en Efeso. Entonces algo muy curioso sucede. Hablando con estos ancianos de Efeso, Pablo se refiere a ellos como obispos. Y si esto fuera poco, también da a entender que su trabajo principal es pastorear la iglesia. Observa con atención las palabras de Hechos 20:28, "..Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual El ganó por su propia sangre".

Observa que el Espíritu Santo aplicó las tres expresiones a los mismos hombres, llamádolos "ancianos", "obispos" y "pastores", siendo esta última palabra derivada de "pastorear". Las tres palabras en el griego del Nuevo Testamento son "presbuteroi", "episcopoi", y "poimenes". Pablo usó estos términos para designar al mismo grupo de personas, los cuales simplemente indican el tipo de hombre que debe cuidar de las congregaciones y de la naturaleza de su trabajo.

Primero, ellos deberían ser hombres relativamente viejos, dignos, maduros en experiencia, no solamente en el sentido físico, sino principalmente, en el sentido espiritual. Este es el sentido de la palabra, "presbuteros", que hoy se traduce generalmente en la palabra "anciano".

Segundo, ellos habrían de dirigir la congregación. Este es el significado de la palabra "episcopos" traducida por "obispo".

Tercero, ellos alimentan y cuidan del rebaño, como pastores, siendo éste el sentido de la palabra griega "poimein".

Cada congregación tenía, en aquella época, una pluralidad de ancianos o presbíteros, pastores u obispos. Esto es evidente cuando uno investiga numerosos pasajes como Hechos 14:23, Filipenses 1:1, Hechos 20:17, 28, etc. No hay ejemplo en la Biblia de un solo pastor u obispo dirigiendo a una congregación, a un grupo de presbíteros, menos de un obispo dirigiendo (como líder) a varias congregaciones. Nada habla de pastores jóvenes, dirigiendo a las congregaciones, ni tampoco de un solo pastor ejerciendo su autoridad sobre ellas, como acontece frecuentemente en muchos lugares del mundo. Los ancianos no tienen autoridad sobre otras congregaciones, pues el único derecho que ellos tienen es el de dirigir y cuidar su propia congregación (Hech. 14:23; 20:28), respondiendo a Cristo de manera directa por su trabajo.

LAS CUALIDADES DE LOS PRESBITEROS
La Biblia detalla las cualidades de estos líderes de las congregaciones en 1 Timoteo 3:1-7 y Tito 1:5-9, que son:
irreprensible
marido de una sola mujer
sobrio
prudente
decoroso
hospedador
apto para enseñar
no dado al vino
no pendenciero
no codicioso de ganancias deshonestas
amable
apacible
no avaro
que gobierne bien su casa
que tenga sus hijos sujetos
honestidad
no un neófito (principiante)
que tenga buen testimonio de los de afuera
justo
santo
que tenga hijos creyentes
hijos no insubordinados
no soberbio
no iracundo
retenedor de la Palabra
amante de lo bueno
dueño de si mismo
que exhorte y que convenza

Debido a estos requisitos, no todo hombre en la congregación puede ser un anciano o presbítero. Por ejemplo, los siguientes no califican: los más jóvenes, de menos experiencia, principiantes, solteros, recién casados, divorciados, los no aptos para enseñar la Palabra, los de reputación dudosa, los sin dominio propio, etc. Solamente los hombres calificados pueden ser nombrados para esta gran responsabilidad. Un miembro puede ser nombrado anciano o presbítero, solamente cuando hay una pluralidad de hombres calificados en la congregación. Por ejemplo, si hay solamente un hombre calificado, y ningún otro, él no puede asumir el cargo solo, pues tendrá que esperar por otros que también califiquen.

LOS DIACONOS
Hechos 6 registra el nombramiento de los primeros diáconos de la iglesia. Obviamente, las iglesias reconocieron la posición oficial de diácono, pues Pablo saludó a los "santos en Cristo Jesús que están en Filipos con los obispos y diáconos" (Fil. 1:1). 1 Timoteo 3:8-13 hace lista de las calificaciones para ser diácono:
honesto,
sin doblez de palabra,
no dado a mucho vino (tiene dominio de su apetito carnal),
no codicioso,
que guarde el misterio de la fe,
sometido a prueba (con experiencia),
irreprensible,
marido de una mujer
y que gobierne bien sus hijos

Y en Hechos 6:1-6 hay algunas características más del diácono, y son:
de buen testimonio,
lleno del Espíritu Santo
y lleno de sabiduría.

Al igual que los textos sobre ancianos, la Biblia aclara tanto el tipo de hombre como también la naturaleza de su servicio. Los diáconos son ayudantes especiales y cuidan principalmente la obra material de la congregación. Según el Nuevo Testamento, cada congregación ha de tener una pluralidad de hombres, especialmente nombrados para cuidar de las necesidades materiales de la iglesia. Además, el trabajo de ellos no se limita solamente al sector material, ya que Esteban y Felipe, dos de los siete siervos, más tarde se tornaron en evangelistas.

LOS EVANGELISTAS
En adición al servicio que presta cada hermano, cada congregación puede emplear a unos servidores especiales. Es verdad que todos los miembros son ministros y miembros funcionales del cuerpo de Cristo, pero la iglesia también puede contratar obreros adiestrados para obras especiales como evangelizar (1 Cor. 9:14). Evangelistas o predicadores se dedican a anunciar el evangelio, conforme a II Timoteo 4:2-5. Una congregación puede tener un evangelista, varios evangelistas, o ninguno, pues hay ejemplo de todas estas situaciones en el Nuevo Testamento. Las calificaciones del evangelista, segun 1 Timoteo 4:6-16, II Timoteo 2:1-3 y 4:1-5, incluyen:
estudiante dedicado de las Escrituras,
predicador y maestro de las Escrituras,
expositor de la doctrina bíblica,
animador de las cosas de Dios,
seguidor de la verdad,
no de fábulas y tradiciones,
buen luchador por Cristo,
ejemplo a los fieles en doctrina, comportamiento, amor, fe y pureza,
diligente en las cosas de Dios,
cumpliendo su ministerio,
sobrio
y capaz de resistir aflicciones.

El trabajo del evangelista es, principalmente, predicar y enseñar el evangelio donde vive y en todo lugar posible. Frecuentemente predica a los que no son cristianos. El trabajo de evangelista es iniciar, organizar y enseñar a nuevas congregaciones. Una vez que se ordenen ancianos en estas congregaciones, el evangelista ya no es el líder de las mismas, sino que, de allí en adelante, trabaja bajo la supervisión de los nuevos ancianos. Los ancianos son los únicos autorizados en la congregación, además de Cristo, la Cabeza de la iglesia. En el Nuevo Testamento la única organización para la iglesia se compone de Cristo como Cabeza, los ancianos como veladores, los diáconos como ayudantes, los evangelistas como predicadores. Todas las otras autoridades, como Sacerdote, Presidente, comité administrativo, Cardenal, Papa, etc., son extraños a la Palabra de Dios. En una congregación donde no hay estas personas claves (ancianos, diáconos y evangelistas), la iglesia debe sujetarse a aquellos hermanos que "ayudan y trabajan" (1 Cor. 16:16).

Algunos tratan de interpretar la expresión "Escribe al ángel de la iglesia en Efeso" (Apoc. 2:1) como para apoyar la idea de un "pastor" encargado de una iglesia, pero esta interpretación es errónea ya que "ángeles" quiere decir ángeles. No es correcto justificar una práctica con un sólo texto que no usa la palabra "pastor" sino "ángel" que literalmente significa "mensajero". Como hemos notado, no hay ejemplo en la Biblia para la idea popular de asignar a un solo hombre como "pastor" de la iglesia., sino que la Biblia llama "los pastores" a los ancianos de la iglesia.

CONCLUSION
Cristo es la única Cabeza sobre toda la iglesia. Los apóstoles del tiempo de Jesús, inspirados por el Espíritu Santo, eran testigos, embajadores y jueces autorizados por Cristo. Cada congregación, con sus propios ancianos, diáconos, evangelistas, maestros y demás miembros, constituía una entidad independiente de toda otra congregación. Esta es la organización bíblica de la iglesia y cualquier diseño diferente a éste es de origen humana y una desobediencia a la Palabra de Dios. Precisamente este proceder, el de organizar la iglesia contrario al patrón bíblico, es lo que crea y mantiene una de las cosas que más frustra a nuestro Señor Jesucristo: la división religiosa. Pero la división pierde su fuerza donde se practica el diseño original de Cristo para la organización de su iglesia.

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