domingo, 27 de diciembre de 2009

LEVANTANDO APOYO PARA MISIONES.

Levantando Tu Apoyo

Lee Esto En La BibliaFilipenses capítulo 1.

Un Versículo Para Memorizar
Porque sé que por vuestra oración y la suministración del Espíritu de Jesucristo, esto resultará en mi liberación. Filipenses 1:19

Después Charlar Sobre EstoEl valor de la amistad y lo que significa para ti. ¿Tienes amigos íntimos?Si no pídelos en oración y con tiempo verás como Dios te contestará.

Algo Que Hacer Antes De La Próxima Vez
¿Por qué no? Cada uno de vosotros, arregla una reunión en su casa para invitar a sus amigos a tomar unas bebidas y bocadillos con la idea de explicarles lo que Dioste está diciendo y lo que esperas hacer con tu vida. Levanta amigos no fondos,ni siquiera hagas mención del dinero.

Trabajo Escrito Del Nivel De Diploma
Practica el editar un boletín de noticias para avisar a tus amigos y tu iglesia lo que estás planeando. Di lo que es y el porqué. Diles a donde vas, cuando y con quien.Di cómo vas a alcanzar tu meta y que gastos tendrás.

Meditar Sobre Este VersiculoJob 16,20-21

El Minuto que Cambia el Mundo
Ora Por El Pacífico - 28.000.000 personas en 1.533 grupos
75% cristiano, pero nominales, unas tribus quedan inalcanzadas

Para responder al llamado de Dios y participar en la Gran Comisión, tendrás que buscar una manera de vivir, sea por trabajo o por recibir apoyo misionero. A veces hermanos occidentales pueden ser bendecidos por un apoyo de su iglesia, pero en estos días la mayor parte de los misioneros vienen de las partes más pobres de Europa o los países en desarrollo de América del Sur, Africa y Asia donde es mucho más difícil encontrar cualquier apoyo financiero.

Ve La Sección Sobre La Economía y Finanzas
Ayudará a todo el mundo en las iglesias del mundo en desarrollo que quieren participar en la Gran Comisión, hallar fe y maneras de recibir finanzas.

¿Y si tu iglesia no te puede apoyar?
Esto no es nada raro ni siquiera en el Oeste de hoy donde la visión misionera está floja. No te inquietes si los líderes tienen que decirte que no. Hay otras maneras, que igualmente son eficaces y te darán una bendición aún más grande que la de recibir un cheque cada mes del tesorero de la iglesia.

La Gente Se Necesita El Uno Al Otro.
Si con todo solo levantas fondos entonces solo consigues dinero para gastar. Si eliges levantar amigos entonces recibirás también su amor, oraciones, consejo, sabiduría y amistad por años, lo cual es una bendición que no tiene precio. Vienen tiempos cuando el dinero no basta. En Filipenses 1 Pablo habla directo a sus compañeros preciosos.

Lecciones De Dios En La Naturaleza
P/ej., imagínate un árbol que crece fuerte y recto. No sabes que debajo de la superficie se ha echado una red entera de raíces que van lejos para dar estabilidad y nutrición. Si sopla el viento norteño, o si viene una tormenta fuerte, nuestro árbol se queda en pie.

El Experto En El Hacer De Redes
Ahora mira una araña. Fíjate en la red intrincada a la cual presta tanta atención. La araña vive en el centro de numerosos rayos extendidos que ha tejido diligentemente para estabilizar su hogar y para coger comida. No importa si sopla el viento, nuestra araña estará todavía allí mañana por la mañana, cómodamente digiriendo la última comida que ha cogido en su red.

Levantando Amigos No Sólo Fondos.
Es muy necesario que el ministerio misionero tenga dos direcciones, y tu tienes que estar en el centro. Es importante alcanzar a los perdidos pero no te olvides nunca ministrar también a los que hacen que tu servicio sea posible.

A menudo pasa que a las personas que apoyan les encantaría ir a misiones, pero no pueden debido a su edad, enfermedades o compromisos familiares, así que te conviertes en sus manos, pies y labios. Les encantaría ver lo que ves, oír lo que oyes y sentir lo que sientes. Haz que siempre se sientan parte.

Apoyadores Necesitan Apoyo También
No todo el mundo que te apoya cuenta con una iglesia activa y un pastor que les cuida. Podría ser que la única persona que ore por ellos y se interese por ellos seas tú mismo. Acuérdate de tu responsabilidad ante el Señor.
Haz En Favor De Otros Lo Que Quieres Que Hagan Por Ti
Si sembrarás semillas de bondad, preocupación y generosidad verás que ésa es la cosecha que segarás. Regalos pequeños o tarjetas siempre son de bendición, sobre todo a los que no pueden salir de casa, porque saben que alguien ha pensado en ellos.

¿Hay Alguien Que Espera Oír De Ti?
No puedes dar poca atención a la comunicación. En estos días todo el mundo corre con prisa y nadie tiene tiempo para hablar. No seas así. Envía una bonita tarjeta postal con unas líneas. Envía una carta regular con tus noticias y no te olvides de la Navidad y los cumpleaños. Usa el correo, usa el teléfono que a menudo sale barato en los fines de semana, manda un fax o un e-mail, usa mensajeros y cualquier otra manera de mantener el contacto y dar tus gracias a los amigos que te apoyan.

Fija Tus Ojos En Jesus
Es imposible exagerar la importancia de tus amigos. Vale más un grupito de seis hasta una docena que congregaciones enteras que se olvidan de tu nombre enseguida. Pero detrás de cada amigo está la gracia de Dios, y sobre él solo debes depender con una vida santa y disciplinada de oración, fe y confianza en sus promesas.

¿Dónde Comienzas?
Primero, haz un comienzo, porque las señales de Dios siguen, no vienen antes de tu paso de fe. Marcos. 16.17
Avisa A La Gente
¿Recuerdas la resurrección de Lázaro? Jesús hizo el milagro pero colaboró mucha gente en ese día. Personalmente visita a la familia y los amigos que Dios te ha dado para explicar tu visión y para pedir su confianza y oraciones. A lo mejor Dios les inspirará en ese momento o luego te preguntarán sobre tu apoyo pero siempre pide su amistad antes de pedir dinero. Cuando te den, siempre se muy agradecido. Para ti son la gracia de Dios mismo.

Informate Bien, Haz Un Presupuesto
Divide lo que necesitas para hacer que la meta sea más manejable. P/ej. si cada uno de 10 personas dan solo 1.000 pesetas al mes cobrarás 10.000 pesetas al mes. Es mucho pedir 10.000 pts. pero ¿verdad que hablarías acerca 1.000 pesetas sin vergüenza alguna?

¡Atención A Tu Yugular!
Le gusta al enemigo apretar la vena yugular de las finanzas porque así pone los frenos. Así que atención a sus ataques y no seas vencido por sus tentaciones de manipular a la gente con historias exageradas. Quizás te tentará ser flojo en tus propias ofrendas o comprometer tu integridad para sacar dinero, o ignorar a la gente que te da dinero regularmente. Queda cerca de Dios, perdona a todos los que no ayudan, y siempre trata a tus amigos como reyes.

LOS SERVIDORES DE LA IGLESIA BIBLICA.


El cuerpo de Cristo está constituido de millares de congregaciones y Cristo es soberano de cada una de ellas. Pero Cristo es Señor, también, de cada miembro en particular como escribió el apóstol Pablo: "Quiero que sepáis que Cristo es la cabeza de todo varón..." (1 Cor. 11:3).

CADA MIEMBRO
Cristo vino para servir y constituyó a la iglesia como un reino de servicio con el propósito de utilizar a cada miembro. En el sentido bíblico, cada cristiano es un ministro, ya que a cada uno les es dado un don o ministerio para la edificación del Cuerpo de Cristo. La organización de la iglesia local se basa en que cada miembro tiene una habilidad especial para el bien de la obra, unos de un modo y otros de otro modo. El Espíritu Santo se interesa en aprovechar estos dones o habilidades diversas para edificar la iglesia (1 Cor. 14:7).

Cada miembro encuentra un ejemplo perfecto en Cristo para su servicio. Imitando a Cristo, los hermanos pueden perseverar en servir, no importa las imperfecciones de sus compañeros o la falta de reconocimiento. Con lavar los pies, Cristo les enseñó la actitud correcta - no buscando posiciones sino aceptando hasta el lugar más humilde para servir a los demás (Mat. 20:28; Jn. 13:1-20; Fil. 2:1-8). El uso de las habilidades no crea competencias, complejos de inferioridad, vanagloria ni celos debido al amor y la gracia que predominan entre los hermanos (1 Cor. 13; 15:9-10).

LOS ANCIANOS
La iglesia bíblica funciona colectivamente gracias a la dirección de sus líderes que consideran las necesidades de los hermanos y del mundo para organizar y coordinar la participación de cada uno. Estos no constituyen una jerarquía arbitraria, sino que están para ayudar a la iglesia para alcanzar la meta de Dios de la manera más efectiva y eficiente. No hay puestos en la iglesia para privilegiados, sino funciones necesarios que estos servidores humildes reciben de Cristo para velar y dirigir su obra. Cada miembro que respeta a Dios se somete voluntariamente a la supervisión de éstos para que puedan cumplir con alegría su tarea de usar sabiamente los recursos humanos y materiales de la iglesia (Heb. 13:17).

¿QUIENES SON?
Según la Biblia, las congregaciones locales necesitan de líderes maduros, probados y respetados por la comunidad. Pablo y Bernabé "constituyeron ancianos en cada iglesia" (Hech. 14:23). Es interesante estudiar el oficio de éstos en el desarrollo espiritual de la iglesia primitiva. ¿Quiénes eran?
Hechos 20:17 dice que Pablo envió mensajeros desde la isla de Mileto y hizo llamar a los ancianos de la iglesia en Efeso. Entonces algo muy curioso sucede. Hablando con estos ancianos de Efeso, Pablo se refiere a ellos como obispos. Y si esto fuera poco, también da a entender que su trabajo principal es pastorear la iglesia. Observa con atención las palabras de Hechos 20:28, "..Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual El ganó por su propia sangre".

Observa que el Espíritu Santo aplicó las tres expresiones a los mismos hombres, llamádolos "ancianos", "obispos" y "pastores", siendo esta última palabra derivada de "pastorear". Las tres palabras en el griego del Nuevo Testamento son "presbuteroi", "episcopoi", y "poimenes". Pablo usó estos términos para designar al mismo grupo de personas, los cuales simplemente indican el tipo de hombre que debe cuidar de las congregaciones y de la naturaleza de su trabajo.

Primero, ellos deberían ser hombres relativamente viejos, dignos, maduros en experiencia, no solamente en el sentido físico, sino principalmente, en el sentido espiritual. Este es el sentido de la palabra, "presbuteros", que hoy se traduce generalmente en la palabra "anciano".

Segundo, ellos habrían de dirigir la congregación. Este es el significado de la palabra "episcopos" traducida por "obispo".

Tercero, ellos alimentan y cuidan del rebaño, como pastores, siendo éste el sentido de la palabra griega "poimein".

Cada congregación tenía, en aquella época, una pluralidad de ancianos o presbíteros, pastores u obispos. Esto es evidente cuando uno investiga numerosos pasajes como Hechos 14:23, Filipenses 1:1, Hechos 20:17, 28, etc. No hay ejemplo en la Biblia de un solo pastor u obispo dirigiendo a una congregación, a un grupo de presbíteros, menos de un obispo dirigiendo (como líder) a varias congregaciones. Nada habla de pastores jóvenes, dirigiendo a las congregaciones, ni tampoco de un solo pastor ejerciendo su autoridad sobre ellas, como acontece frecuentemente en muchos lugares del mundo. Los ancianos no tienen autoridad sobre otras congregaciones, pues el único derecho que ellos tienen es el de dirigir y cuidar su propia congregación (Hech. 14:23; 20:28), respondiendo a Cristo de manera directa por su trabajo.

LAS CUALIDADES DE LOS PRESBITEROS
La Biblia detalla las cualidades de estos líderes de las congregaciones en 1 Timoteo 3:1-7 y Tito 1:5-9, que son:
irreprensible
marido de una sola mujer
sobrio
prudente
decoroso
hospedador
apto para enseñar
no dado al vino
no pendenciero
no codicioso de ganancias deshonestas
amable
apacible
no avaro
que gobierne bien su casa
que tenga sus hijos sujetos
honestidad
no un neófito (principiante)
que tenga buen testimonio de los de afuera
justo
santo
que tenga hijos creyentes
hijos no insubordinados
no soberbio
no iracundo
retenedor de la Palabra
amante de lo bueno
dueño de si mismo
que exhorte y que convenza

Debido a estos requisitos, no todo hombre en la congregación puede ser un anciano o presbítero. Por ejemplo, los siguientes no califican: los más jóvenes, de menos experiencia, principiantes, solteros, recién casados, divorciados, los no aptos para enseñar la Palabra, los de reputación dudosa, los sin dominio propio, etc. Solamente los hombres calificados pueden ser nombrados para esta gran responsabilidad. Un miembro puede ser nombrado anciano o presbítero, solamente cuando hay una pluralidad de hombres calificados en la congregación. Por ejemplo, si hay solamente un hombre calificado, y ningún otro, él no puede asumir el cargo solo, pues tendrá que esperar por otros que también califiquen.

LOS DIACONOS
Hechos 6 registra el nombramiento de los primeros diáconos de la iglesia. Obviamente, las iglesias reconocieron la posición oficial de diácono, pues Pablo saludó a los "santos en Cristo Jesús que están en Filipos con los obispos y diáconos" (Fil. 1:1). 1 Timoteo 3:8-13 hace lista de las calificaciones para ser diácono:
honesto,
sin doblez de palabra,
no dado a mucho vino (tiene dominio de su apetito carnal),
no codicioso,
que guarde el misterio de la fe,
sometido a prueba (con experiencia),
irreprensible,
marido de una mujer
y que gobierne bien sus hijos

Y en Hechos 6:1-6 hay algunas características más del diácono, y son:
de buen testimonio,
lleno del Espíritu Santo
y lleno de sabiduría.

Al igual que los textos sobre ancianos, la Biblia aclara tanto el tipo de hombre como también la naturaleza de su servicio. Los diáconos son ayudantes especiales y cuidan principalmente la obra material de la congregación. Según el Nuevo Testamento, cada congregación ha de tener una pluralidad de hombres, especialmente nombrados para cuidar de las necesidades materiales de la iglesia. Además, el trabajo de ellos no se limita solamente al sector material, ya que Esteban y Felipe, dos de los siete siervos, más tarde se tornaron en evangelistas.

LOS EVANGELISTAS
En adición al servicio que presta cada hermano, cada congregación puede emplear a unos servidores especiales. Es verdad que todos los miembros son ministros y miembros funcionales del cuerpo de Cristo, pero la iglesia también puede contratar obreros adiestrados para obras especiales como evangelizar (1 Cor. 9:14). Evangelistas o predicadores se dedican a anunciar el evangelio, conforme a II Timoteo 4:2-5. Una congregación puede tener un evangelista, varios evangelistas, o ninguno, pues hay ejemplo de todas estas situaciones en el Nuevo Testamento. Las calificaciones del evangelista, segun 1 Timoteo 4:6-16, II Timoteo 2:1-3 y 4:1-5, incluyen:
estudiante dedicado de las Escrituras,
predicador y maestro de las Escrituras,
expositor de la doctrina bíblica,
animador de las cosas de Dios,
seguidor de la verdad,
no de fábulas y tradiciones,
buen luchador por Cristo,
ejemplo a los fieles en doctrina, comportamiento, amor, fe y pureza,
diligente en las cosas de Dios,
cumpliendo su ministerio,
sobrio
y capaz de resistir aflicciones.

El trabajo del evangelista es, principalmente, predicar y enseñar el evangelio donde vive y en todo lugar posible. Frecuentemente predica a los que no son cristianos. El trabajo de evangelista es iniciar, organizar y enseñar a nuevas congregaciones. Una vez que se ordenen ancianos en estas congregaciones, el evangelista ya no es el líder de las mismas, sino que, de allí en adelante, trabaja bajo la supervisión de los nuevos ancianos. Los ancianos son los únicos autorizados en la congregación, además de Cristo, la Cabeza de la iglesia. En el Nuevo Testamento la única organización para la iglesia se compone de Cristo como Cabeza, los ancianos como veladores, los diáconos como ayudantes, los evangelistas como predicadores. Todas las otras autoridades, como Sacerdote, Presidente, comité administrativo, Cardenal, Papa, etc., son extraños a la Palabra de Dios. En una congregación donde no hay estas personas claves (ancianos, diáconos y evangelistas), la iglesia debe sujetarse a aquellos hermanos que "ayudan y trabajan" (1 Cor. 16:16).

Algunos tratan de interpretar la expresión "Escribe al ángel de la iglesia en Efeso" (Apoc. 2:1) como para apoyar la idea de un "pastor" encargado de una iglesia, pero esta interpretación es errónea ya que "ángeles" quiere decir ángeles. No es correcto justificar una práctica con un sólo texto que no usa la palabra "pastor" sino "ángel" que literalmente significa "mensajero". Como hemos notado, no hay ejemplo en la Biblia para la idea popular de asignar a un solo hombre como "pastor" de la iglesia., sino que la Biblia llama "los pastores" a los ancianos de la iglesia.

CONCLUSION
Cristo es la única Cabeza sobre toda la iglesia. Los apóstoles del tiempo de Jesús, inspirados por el Espíritu Santo, eran testigos, embajadores y jueces autorizados por Cristo. Cada congregación, con sus propios ancianos, diáconos, evangelistas, maestros y demás miembros, constituía una entidad independiente de toda otra congregación. Esta es la organización bíblica de la iglesia y cualquier diseño diferente a éste es de origen humana y una desobediencia a la Palabra de Dios. Precisamente este proceder, el de organizar la iglesia contrario al patrón bíblico, es lo que crea y mantiene una de las cosas que más frustra a nuestro Señor Jesucristo: la división religiosa. Pero la división pierde su fuerza donde se practica el diseño original de Cristo para la organización de su iglesia.

EVANGELISMO MUNDIAL

Evangelismo Mundial
Romanos 10:1-17

I. ¿Por qué vamos?
Porque los que no reciben a Jesucristo como su Salvador personal morirán y
pasarán la eternidad en el infierno. Jn. 3:1-7
1. Aún los paganos saben que hay un Dios. Rom. 1:18-21
2. Saben que han pecado contra Dios. Rom. 1:22-25
3. Saben que tendrán que enfrentarse con el juico por sus pecados. Rom. 1:32;
Filp. 2:9-11
4. Como no saben que Jesucristo murió por sus pecados, es nuestra
responsabilidad ir y contarles. Rom. 1:14-16; 10:13-17

II. ¿Quién debe ir?
Cada creyente nacido de nuevo es mandado ir a proclamar el evangelio a los
pecadores perdidos. La palabra de Dios lo clarifica:
1. Somos mandados a ir y compartir el evangelio a los pecadores perdidos.
Mat. 28:18-20; Marcos 16:15
2. Todos somos mandados a ir Mat. 28:19; Juan 20:21; Hch. 1:8
3. Dios llama algunos para servicio de tiempo completo Mat. 4:18-22;
Mar. 2:14; Hch. 13:1
*Dios no llama a todos a servirle de tiempo completo, pero todos debemos
servirle de todo corazón Mar. 5:18-20

III. ¿Dónde debemos ir?
1. Debemos empezar donde estamos Hch. 1:8
*Los discípulos fueron mandados a empezar en Jerusalén. Allí es donde
vivían. Debemos darnos cuenta que la gente donde vivimos irán al infierno si
no conocen a Cristo, al igual que los paganos alrededor del mundo.
2. Debemos ir a todo el mundo. Mar. 16:15; Luc. 24:46-47; Hch. 1:8

IV. ¿Cuando debemos ir?
Dios ha abierto las puertas para el evangelio en muchos lugares alrededor del
mundo donde antes estaban cerradas. Debemos ir ahora, mientras las puertas
están abiertas
1. Muchos mueren sin Cristo cada día. Heb. 9:27
2. La gente está en busca de la verdad. Hch. 8:26-40; Jn. 14:6
3. Hay muchos que tienen un corazón tierno para el evangelio. Jn. 9:4; Ef. 5:16
4. Los campos están listos para la cosecha. Jn. 4:35
5. Cristo viene pronto. 1 Cor. 15:51-53; 1 Tes. 4:13-18

V. ¿Qué podemos hacer?
1. Obedecer a Dios por empezar a hablar a otros de Cristo aquí donde estamos.
San. 4:17
2. Rendirnos a la voluntad de Dios para nuestra vida. Rom. 12:1-2; Ef. 6:6
3. Confíe que Dios sabe lo que es mejor para tu vida. Prov. 3:5-6
4. Si Dios te llama a servirle por tiempo completo, respóndele diciendo “Sí.”
1 Reyes 19:19-21; Rom. 11:29
5. Ore por los que han ido. Luc. 18:1; 1 Tes. 5:17, 25
6. Envíe a los que van. Rom. 10:14-15 (Ayude con sus diezmos y ofrendas de fe
para misioneros alrededor del mundo.)

EL SERMÓN EVANGELÍSTICO


Es mucho más sencillo que el de edificación. En la mayoría de los casos se fundamentan en un solo texto y no saltan de un pasaje a otro. De entrada está orientado a crear entre los asistentes, conciencia sobre la necesidad de aceptar a Jesucristo como su único y suficiente Salvador. El sermón, en estos casos, termina con una invitación a hacer decisión de fe por Jesús.

En Hechos 26:17-18 vemos que nuestra tarea a través del poder del Espíritu Santo es despertar a las almas: (l) abrir sus ojos, (2) iluminar sus mentes"para que se conviertan de las tinieblas a la luz", (3) producir conversión de la voluntad, "de la potestad de Satanás a Dios", (4) purificar sus conciencias a fin de que reciban "perdón de pecados", (5) que tengan seguridad de vida eterna, (ó) que vivan en santidad, separados para Dios.En este articulo consideremos siete aspectos del mensaje evangelístico.
l. Mensaje temático. El mejor enfoque generalmente es optar por un tema (por ejemplo: la paz, la felicidad, la libertad, el nuevo nacimiento, la cruz, la sangre) y desarrollarlo. El tema debe resultar interesante para el oyente. Al hablar iremos de lo conocido a lo desconocido, y de lo buscado a lo no buscado pero necesario. El mensaje evangelístico tiende a ser temático porque siempre se basa en un tema fundamental.
2. Mensaje Cristocéntrico. Al leer los mensajes de los grandes predicadores del pasado, descubrimos que eran plenamente Cristocéntricos. Somos llamados por Dios para hablar de Jesucristo a esta generación. Somos sus embajadores (2 Corintios 5:20). El objetivo es hablar de Jesucristo. No es posible que alguien sea predicador del evangelio si su tema central no es Jesús. Algunos creen que el evangelio es ayudar a los pobres, sin embargo ese es uno de los muchos resultados del evangelio. Otros enfatizan los dones de sanidad, una gran señal del poder de Dios pero no el evangelio en sí. Otro mensaje podría ser maravilloso, intrigante y hasta podría ser de Dios, pero el pastor, el evangelista y el maestro de la Biblia predican a Jesucristo.Pablo resume de esta manera las buenas nuevas que predicamos: Además os declaro, hermanos, el evangelio que os he predicado, el cual tambiénrecibisteis, en el cual también perseveráis; por el cual asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado, sois salvos, si no creísteis envano. Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí. Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucito al tercer día, conforme a las Escrituras y que apareció a Cefas, y después a los doce (l Corintios l5:1-5).
Un predicador del evangelio presenta el mismo mensaje central una y otra vez. Los títulos de nuestros mensajes, las introducciones y los ejemplosvarían y agregan color y dinamismo, pero al margen de ello nuestro mensaje es el mismo, y hablamos de la cruz, la resurrección, el arrepentimiento, la fe y el compromiso con Cristo. De lo contrario, no estamos predicando el evangelio. El corazón, la medula del mensaje cristiano, puede resumirse en las palabras de Juan 3:l6, el versículo que algunos han llamado el evangelio en miniatura: "Dios de tal manera amo al mundo que dio a su Hijo unigénito".
3. Lenguaje sencillo. El lenguaje es un puente en la comunicación, y a menos que la gente lo entienda, es ineficaz. Es crucial que el mensaje evangelístico sea predicadocon lenguaje sencillo y comprensible. No ha de ser un tratado teológico profundo, ni tampoco un estudio bíblico. Todo eso es magnifico para los que ya están en "el reino", pero por amor a los que están afuera es necesario hablar con sencillez y hacer a un lado la jerga cristiana evangélica.Palabras como justificación, redención y regeneración carecen de significado para quien no es creyente en Cristo. El predicador debe simplificar los términos difíciles, o bien usarlos y explicarlos inmediatamente, a fin de poder llegar al corazón de todos los oyentes.No me considero un buen predicador. A veces me parece que soy sumamente aburrido. Creo que la única razón por la que Dios me usa es que soy simple y explico su Palabra con sencillez de manera que cada uno entiende cómo puede obtener vida eterna.
4. Mensaje e ilustraciones. Empleemos la imaginación y seamos creativos al comunicar el mensaje de salvación. Los métodos no son sagrados; pueden cambiarse y adaptarse. Porotro lado el mensaje sí es sagrado y el fundamento jamás ha de modificarse.El mismo apóstol Pablo se acomodaba a todo el mundo (l Corintios 9:22). Cuando quería guiar a un judío a Cristo, se acomodaba a la forma de ser delos judíos: con los débiles él actuaba como débil. A todos se hizo todo para ganar a algunos por todos los medios posibles. Las ilustraciones y los ejemplos ayudan a mantener el interés de los oyentes. Alguien dijo que las ilustraciones son como abrir una ventana queen una habitación cerrada. Además, en la ilustración debe ilustrar una idea o pensamiento, y no simplemente estar allí porque es graciosa y dinámica. Lo ideal y lo más eficaz es que el predicador use ejemplos e ilustraciones actuales y acordes al tipo de público. De ser posible, los ejemplos deben tomarse de casos de la vida cotidiana y de cuestiones que resulten familiares a quien escucha.
5. Mensaje de buenas noticias.El se mensaje de buenas nuevas es para todo el mundo y gira alrededor de la persona de Jesucristo, exaltando su divinidad, santidad, su muerte en lacruz los y gloriosa resurrección. Nuestro objetivo en el mensaje evangelístico no es atacar al oyente ni ganar discusiones ni atacar a cierto tipo de personas como si fueran peores pecadores que otros, sino conquistar corazones para Dios. No se dé el lujo el de ofender a los demás. Proclame de manera positiva y con poder de lo alto las buenas nuevas de vida eterna.
6. Forma y estructura. Como en todo otro sermón, el evangelístico debe tener cierta forma y estructura. Al preparar el mensaje, mi sugerencia es hacer una lista con elpropósito principal, el tema, la manera en que lo enfocara, etc. Póngase en lugar de su audiencia y desarrolle el sermón desde esa perspectiva. Cuandouno predica un mensaje temático, debe evitar la tentación de saltar de un pensamiento a otro, sin una transición lógica.Piense en la introducción. Las primeras palabras son de importancia suprema. Si usted comienza a hablar en forma aburrida y monótona, es probable que nocuente con la atención del público. Si, por el contrario, comienza de manera dinámica, entusiasta e interesante, los oyentes están en sus manos para que, luego de la introducción, tengan sus oídos abiertos a la parte central del mensaje. Hay dos ideas que debemos tener en mente en forma continua. En primer lugar, cuál es la doctrina básica que quiero enfatizar en el mensaje.En segundo lugar, cuál es la necesidad del oyente, en que está interesado.De alguna manera, debo conectar la doctrina principal del mensaje con esa necesidad del oyente. Es aconsejable que el cuerpo central del sermón cuente con tres puntos principales; tres puntos son fáciles de recordar.Y por ultimo viene la conclusión, que en un sermón evangelístico es invitar al oyente a tomar una decisión por Cristo. En este momento culminante, elpredicador habla con autoridad divina y demanda entrega, aceptación, arrepentimiento y fe en la verdad del Cristo que acaba de proclamar.
7. Necesidad de un clímax. El mensaje evangelístico debe llevar a un clímax de decisión. Habrá aceptación o rechazo, pero no neutralidad. Confrontemos al oyente con lanecesidad de una decisión, y presentémosle una encrucijada. En la Biblia hay demandas (Mateo 4:19) y se habla de decisión (Juan 3:36). El inconverso debe comprender lo crucial de la decisión. Esta decisión de creer es un acto de la voluntad. Al hablar de clímax no me refiero a algo emocional sino espiritual. Haga que el oyente se encuentre ante una disyuntiva y se pregunte: ¿Qué voy a hacercon Cristo?Importancia de la invitaciónEn un admirable artículo el pastor luterano George Fry indicó: "Quizás la predicación de la iglesia no es persuasiva porque la deslealtad de nuestra época ha sido el divorcio de teología y evangelismo. La teología que carece del propósito práctico de ver convertidos degenera en un escepticismo irresponsable. La consecuencia de esta situación es una fe que no es intelectualmente sana ni emocionalmente satisfactoria".
Muchos cristianos ya no persuaden a los inconversos a seguir a Cristo pues están convencidos de que testificar de Cristo es hacer tragar el evangelio a viva fuerza; no testifican pues creen que es suficiente "predicar con el ejemplo".La sofisticación podría llegar a ser otra barrera en el evangelismo que demande decisión del oyente. Adoptamos los valores de nuestra sociedad y noqueremos ofender a nadie parecer raros ni perder nuestro status. Otros cristianos creen que la salvación es responsabilidad exclusiva de Dios, quesólo a Él le corresponde intervenir, y por lo tanto no sienten necesidad de persuadir a los incrédulos. Sin embargo, el objetivo de cada creyente en Cristo -y cuanto más de los predicadores y comunicadores cristianos- es entregar el mensaje de salvación y persuadir a otros a que se arrepientan y crean (2 Corintios 5:11-13). No sugiero que haya que apelar al emocionalismo ni tampoco tener un llamado a la consagración o a la entrega a Cristo cada cinco minutos. Pero si tememos ofender a alguien al hacer una invitación, el evangelismo se estanca y se vuelve inerte. Quienes quieran predicar un evangelismo poderoso deberánpracticar un evangelismo de decisión. No basta una presentación del evangelio de manera teológica, doctrinal y bíblica, ya que eso es vital pero incompleto. La predicación del evangelio debe ir acompañada de una invitación a los que han oído la Palabra y deseen recibir a Cristo. Si usted quiere ver fruto en la predicación del evangelio, dé a la gente la oportunidad de tomar su decisión. Esto no significa insistir para que levanten la mano o se paren, sino darles una oportunidad clara, abierta y equilibrada para que reciban a Cristo. Mira que yo estoy a la puerta y llamo. Si oyes mi voz y abres la puerta, yo entraré y juntos compartiremosuna comida como amigos (Apocalipsis 3:20 NVV). Cristo dice al oyente que debe abrir la puerta, que debe creer.
Al comunicar el mensaje y hacer la invitación, confrontemos al inconverso con compasión y amor a fin de que no cierre sus oídos ni su corazón a la voz de Dios. (Ver Josué 24:l5, l Reyes 18:21; Marcos 10:21.) Cuando yo era muchacho, con otros jóvenes cristianos habíamos formado un pequeño equipo evangelístico. Para animarnos en el ministerio varios hermanos de la iglesia compraron una carpa y nos pusieron a cargo de las reuniones. Nos dieron amplia libertad de acción pero nos hicieron una advertencia: No debíamos hacer invitaciones públicas para que la gente recibiera Cristo. Yo estaba de acuerdo con ellos. Sin embargo, pasaron los meses y fui dándome cuenta de que un mensaje sin invitación específica era una predicación incompleta. Reconocí mi error y comprendí que la invitación debía formar parte de unmensaje evangelístico, aunque habría que hacerla con equilibrio. La oportunidad de "probar" llegó.Habíamos ido a predicar a otro en pueblo, y esa noche el salón se había la llenado. Yo estaba impaciente porque iba a hacer la primera invitaciónpública de mi vida. Mi mensaje fue sencillo, basado en Juan 10:28. Antes de concluir hice la invitación, de la misma forma en que lo he hecho en losaños siguientes. Pedí que si deseaban recibir a Cristo, inclinaran la cabeza y oraran al Señor en su corazón. Luego pedí que levantaran la mano quienes hubiesen orado conmigo. Conté treinta y cinco manos y me asusté. Era obvio que los críticos tenían razón. Era habría todo manipulación emocional. -Pueden bajar sus manos. Gracias. Ahora déjenme explicarles de nuevo -dije, y dediqué otra media hora al pasaje, poniendo en claro cada aspecto, asegurándome de que comprendían el significado de la vida eterna y de una relación personal con Cristo. Oramos de nuevo y pedí que levantaran las manos: esta vez eran treinta y siete... Es cierto que ése fue un caso excepcional, sin embargo, me dejó marcado de por vida.La experiencia de mi madre también me ayudó a tomar esa determinación. Ella una vez me confesó: "Luis, muchas veces estuve a punto de recibir a Cristo, pero no lo hice porque el predicador no me daba la oportunidad. Te aconsejo entonces que cada vez que prediques el mensaje de salvación hagas la invitación para que la persona reciba a Cristo. Recuerda siempre que tal vezésa sea la última oportunidad que tenga para recibir al Señor". El evangelio incluye una invitación, una gran invitación a que la gente regrese a Dios, por lo tanto la invitación es parte integral de todo el paquete.¿Predica usted un evangelio que demanda decisión? ¿O acaso presenta un mensaje diluido que deja a la gente con una sensación agradable en cuanto austed como comunicador pero nada más...?
Antes de predicar: Recordar Antes de predicar el evangelio hay varias cosas que recuerdo y me digo: (l)Dios está siendo glorificado pues está acá y está en mí; (2) predicaré su Palabra, de modo que no debo sentirme inseguro; (3) la tengo fe en Dios pues Él está aquí; (4) Dios habla a través de mí; (5) espero que Dios haga la tarea y convierta a los pecadores; (6) reconozco que por mí mismo no puedo hacer nada, y humildemente confío en Dios; (7) pienso en los perdidos y en su destino eterno y pido al Señor que me dé compasión por ellos; (8) pido a Dios que reaviva a los cristianos a través de la verdad del evangelio; (9) espero cosecha de almas; (l0) recuerdo que tal vez ésta sea la última vez que escucharán el mensaje y pido a Dios que me dé sentido de urgencia. La incompleta tarea de ganar al mundo para Cristo es enorme. ¿Está usted dispuesto a mostrar compasión por los perdidos y a tener un sentido de urgencia en ganarlos para Cristo? ¿Está usted dispuesto a ser un obrero de Dios y a servirle con valentía santa? Comience a actuar ya mismo para acabar el trabajo que aún hay por delante.

http://sigueme.net/evangelismo/evangelio_evangelismo_misiones_mundiales.php?s=29

EL PASTOR COMO EVANGELISTA.

El Pastor como evangelista I
Por Salvador Dellutri

Ariel, mi hijo mayor, es veterinario. Como es esperable vive rodeado de animales y de publicaciones sobre el tema. Entre las cosas más interesantes tiene una lista clasificada de razas caninas donde figuran las características físicas y de carácter que tipifican a cada una de ellas y está acompañada de fotografías ilustrativas. En ese catálogo todo está perfectamente ordenado, discriminado y clasificado para facilitar la tarea del profesional. Pero cuando lo visito en su veterinaria veo que la mayoría de los perros que atiende son mestizos, no responden a los estereotipos puros. Me imagino que, así como físicamente son inclasificables, lo mismo debe pasar con su carácter. Le debemos a los griegos este celo por el ordenamiento y la clasificación, que es altamente útil para todas las disciplinas. Pero la realidad muchas veces no condice con el catálogo que nosotros hemos elaborado.

Cuando comenzaba mi ministerio creí que iba a ser un evangelista. Tenía veinte años cuando comencé a predicar en campañas evangelísticas de pequeñas iglesias en Buenos Aires y presentía que el Señor me había llamado para cumplir esa tarea. Pero la iglesia a la que asistía, una congregación también pequeña, estaba necesitada de maestros y continuamente estaba convocado a enseñar. Luego tuve que asumir la labor pastoral y entonces, confundido, me pregunté ¿para qué me quiere el Señor? ¿quiere usarme como pastor maestro o evangelista? Estaba tratando de definir de acuerdo a un esquema rígido cuál era el casillero en que el Señor me había colocado, pero la realidad se imponía y no podía abandonar ninguna de las dos tareas. Para seguir con la comparación diría que el perro no era de raza definida, era mestizo.

El Nuevo Testamento registra también esa realidad; los cristianos del primer siglo debían realizar tareas mixtas para cubrir todas las demandas del ministerio.

El Apóstol Pedro comienza su ministerio público en el día de Pentecostés, predicando a los judíos1. El Espíritu Santo obró poderosamente y se añadieron a la iglesia alrededor de tres mil personas2. Inmediatamente Lucas nos informa que los convertidos “perseveraban en la doctrina de los apóstoles”3, demostrando que a la evangelización añadían un trabajo de discipulado y pastoreo para que aquellos primeros cristianos crecieran en la fe. Más adelante, en el pórtico de Salomón4, luego del milagro de sanidad operado en el cojo, Pedro vuelve a confrontar a sus co-nacionales con el evangelio y alrededor de cinco mil personas se añaden a la iglesia5. Con posterioridad y por guía e indicación expresa del Espíritu Santo va a la casa de Cornelio y evangeliza a los primeros gentiles, quienes reciben el Espíritu Santo, son bautizados y pasan a formar parte del pueblo de Dios6. Pedro hacía una formidable labor de evangelista. Había aprendido del Señor quien, en compañía de sus discípulos, visitaba todas las ciudades y aldeas predicando el arrepentimiento, llamando a la gente a seguirlo, pero también se dedicaba a enseñar y pastorear a los suyos. Mateo registra esta labor integral realizada por el Señor: Recorría Jesús todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo. Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor.7 En este breve párrafo se describe el trabajo de enseñanza, evangelización y se revela el corazón pastoral de Jesús, a quien Pedro va a designar como “Príncipe de los pastores”8

Al final del Nuevo Testamento tenemos las dos epístolas de Pedro que nos muestran otro aspecto de su tarea, la de un consumado pastor preocupado por el rebaño, que busca sostenerlo y alimentarlo para que crezca espiritualmente y llegue a la madurez. En la primera de las epístolas dice “Ruego a los ancianos que están entre vosotros, yo anciano también con ellos…”9 incluyéndose en el número de pastores que el Señor estaba utilizando en aquella hora y les recomienda que apacienten la grey del Señor.10 Pedro actuaba como evangelista, maestro y pastor.

El caso del Apóstol Pablo es similar. Fue un consumado evangelista desde su conversión, y en la ciudad de Damasco predicaba a Cristo en la sinagoga11. Luego, al comenzar la obra misionera, extendió el reino de Dios por Asia Menor y Europa. Su estrategia era simple, pero eficaz; cuando llegaba a alguna ciudad que no había oído el Evangelio acostumbraba ir a la sinagoga y comenzar la tarea evangelizadora con sus compatriotas, luego ampliaba su radio de acción y se dirigía a los gentiles. Es notable su discurso en Atenas donde demuestra un profundo conocimiento de la idiosincrasia y problemática de los griegos, y una especial capacidad de adaptación a su auditorio, virtud propia de los evangelistas. En sus alegatos ante las autoridades, cuando estaba prisionero y debía defenderse, utilizaba esa oportunidad para proclamar el evangelio con fervor. El rey Agripa que lo escuchó durante su cautiverio en Cesárea tuvo que admitir “Por poco me persuades a ser cristiano”12 Al escribir a los corintios declara su pasión evangélica con encendidas palabras: Pues si anuncio el evangelio, no tengo por qué gloriarme; porque me es impuesta necesidad; y ¡ay de mí si no anunciare el evangelio!13 Pero desde el comienzo de su ministerio su labor fue múltiple. Al escribir a Timoteo, su hijo en la fe y destacado colaborador, declara: Para esto yo fui constituido predicador y apóstol (digo verdad en Cristo, no miento), y maestro de los gentiles en fe y verdad.14 Su labor itinerante consistía en predicar el evangelio, establecer iglesias y pastorearlas durante algún tiempo para luego encomendar a otros esa tarea y poder dirigirse a otro lugar para continuar la obra. En sus cartas descubrimos su tierno corazón pastoral, su amor al rebaño, el cuidado que ponía en alimentarlo convenientemente, mantenerlo saludable y activo. El Apóstol Pablo era un consumado evangelista, pero también un pastor de almas.

La obra del Señor no es una empresa comercial. En las empresas cada individuo que forma parte del plantel ocupa un cargo, tiene un lugar específico de trabajo y le establecen límites. Los organigramas y manuales de procedimiento describen la jerarquía y el alcance de la tarea de cada uno. Pero la iglesia del Señor no es una empresa sino un organismo vivo y el Espíritu Santo, que se caracteriza por su reactividad y versatilidad, puede tomar a un siervo de Dios y capacitarlo, según sea su voluntad y las necesidades el momento, para que cumpla múltiples funciones.

Al final del Evangelio de Mateo, cuando el Señor se despide de sus discípulos, encontramos la llamada “Gran Comisión”: “Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto Id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado, y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén”15 Este mandato sintetiza la primordial misión de la iglesia y desglosa el trabajo en dos partes fundamentales: evangelización y enseñanza.

El término “evangelio”, hoy es patrimonio del vocabulario religioso, es anterior al cristianismo y de uso secular. En la literatura clásica, por ejemplo, se usaba para designar la noticia de una victoria bélica, que era una buena noticia (evangelio) para los vencedores. Quien tenía el privilegio de transmitirla estaba evangelizando. Cuando el ángel Gabriel le comunica a Zacarías que va a ser padre le dice que le trae una “buena nueva”16, utiliza la misma palabra. Como consecuencia el evangelio de Jesucristo es la buena
noticia de la salvación que Dios ha consumado entregando a su Hijo para que muriera por nuestros pecados, y evangelizar es hacer llegar esa buena noticia a quien la necesita. El discípulo ha creído y aceptado la buena noticia, pero necesita conocer al Señor, sus enseñanzas y mandatos, y para eso necesita ser ayudado y alimentado en su crecimiento, una tarea esencialmente pastoral.

Si bien no podemos ignorar que hay quienes se destacan primordialmente como evangelistas, la evangelización debe ser un fuego que enciende el corazón y la vida de cada creyente, especialmente del pastor. No se puede permanecer indiferente ante un alma perdida, cada cristiano tiene que sentir su responsabilidad. La evangelización es una tarea de todos los salvados y así lo estableció el Señor cuando, luego de la resurrección, mandó a los suyos hacer discípulos a todos las naciones, predicándoles el arrepentimiento y el perdón de pecados17.

Domingo Faustino Sarmiento, el educador y promotor de la enseñanza popular en América, siendo gobernador de su provincia mandó a los vecinos que blanquearan el frente de su casa. Como la gente se resistió una mañana Sarmiento en persona salió a la puerta de su casa con un balde de cal, se remangó y pintó personalmente el frente. Ante el ejemplo todos los vecinos, silenciosamente, comenzaron a blanquear los suyos. El pastor, como ejemplo de la grey18, tiene que comprometerse con el evangelismo, convertirse en un activo predicador del evangelio sin por eso descuidar la labor pastoral. Si solamente insta a los hermanos a compartir el evangelio, pero no pone vigor en predicarlo, no tendrá resultados positivos. El ejemplo motivará al pueblo que seguramente lo acompañará haciendo su parte. El pastor tiene una notable ventaja para hacerlo porque conoce el entorno, la cultura, los códigos del lugar en que está trabajando y puede comunicarse con un alto grado de eficacia con la comunidad en la que a la que ha sido llamado a ministrar. Por lo tanto tiene que poner manos a la obra y verá los resultados.


Referencias:
1 Hechos 2
2 Hechos 2.41
3 Hechos 2.42
4 Hechos 3
5 Hechos 4.4
6 Hechos 10
7 Mateo 9.35-36
8 1 Pedro 5.4
9 1 Pedro 5.1
10 1 Pedro 5.2
11 Hechos 9.20
12 Hechos 26.28
13 1 Corintios 9.16
14 1 Timoteo 2.7
15 Mateo 28.18-20
16 Lucas 1.19
17 Lucas 24.47
18 1 Pedro 5.3

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martes, 15 de diciembre de 2009

EL ESPÍRITU SANTO DESDE EL PUNTO DE VISTA PENTECOSTAL

CAPÍTULO I. FONDO BÍBLICO E HISTÓRICO
INTRODUCCIÓN.
El estudio de la persona y de la obra del Espíritu Santo debe ser necesariamente, para el cristiano devoto, una cuestión de vital interés. Estudiar lo concerniente al Espíritu Santo, es estudiar lo concerniente a aquella actividad de Dios por medio de la cual El se mueve para comunicarse a sí mismo, y para ministrar aquellos que le pertenecen. El Espíritu Santo es aquélla persona de la santa trinidad cuyo oficio es tocar sobre el creyente, y servir como el canal divino que provee comunión personal. El conocimiento de Dios por parte del creyente no puede nunca ser completo si no conoce la tercera persona de la Deidad.

El ministerio activo del Espíritu Santo marca la edad de la Iglesia como la "Edad del Espíritu", en contraste con la era de los Evangelios que es descripta como la "Era del Hijo", y el Antiguo Testamento que es llamado "La era del Padre". Todos aquellos que están genuinamente en la Iglesia del Señor Jesucristo, son producto de la obra creativa del Espíritu Santo por medio de Sus múltiples ministerios.

El Espíritu Santo morando en el creyente le asegura la verdad que el Cristianismo no es la mera mirada intelectual en la naturaleza de una religión filosófica. Contrastando conceptos analíticos o naturalmente éticos, la doctrina Cristiana llega a ser una fe vivificada con ímpetu dinámico y validez convincente. La diferencia es debida al ministerio del Espíritu Santo. Puede ser dicho que en la medida que el creyente ha apropiado el Espíritu Santo, en esa medida ha participado del poder del Evangelio de Cristo Jesús.

Para el creyente, el Espíritu Santo es la llave a toda dádiva y aproximación espiritual. Bien se ha dicho: "El Espíritu Santo es la experiencia de Dios en el creyente", y "El Espíritu Santo es la acción viviente de Dios en el mundo". El Espíritu Santo en su ministerio se concierne especialmente en transmitir al creyente los frutos de la victoria de la obra consumada por Cristo sobre el Calvario.

El estudio del Espíritu Santo permite al creyente:
1. Apreciar más adecuadamente la naturaleza y la persona de Dios.
2. Comprender mejor la naturaleza de la Iglesia como cuerpo orgánico vivificado por el poder del Espíritu Santo.
3. Comprender el plan de Dios para el creyente y Su provisión divina para una vida Cristiana victoriosa.
Al estudiar acerca del Espíritu Santo el creyente no está estudiando acerca de un ser extraño; él está estudiando a Dios. La naturaleza y el ministerio del Espíritu Santo son exactamente los de Dios el Padre y Dios el Hijo.

Las enseñanzas de las Escrituras concernientes a la doctrina del Espíritu Santo son más limitadas que aquella que conciernen al Padre y al Hijo. El Espíritu Santo mismo es responsable de esto, pues El es autor de la Escritura. Modestamente el Espíritu Santo rehúsa sobrecargar Su obra con detalles acerca de Sí mismo. Aún cuando es positivo que Cristo haya hecho muchas referencias verbales acerca del Espíritu Santo durante Su ministerio terrenal, sin embargo no hay más que cinco referencias registradas en las Escrituras, pronunciadas antes de la semana de Su muerte. Sin embargo, fue necesario durante Sus últimos días sobre la tierra, y que Sus declaraciones concernientes al Espíritu Santo fuesen preservadas, y por consiguiente, encontramos numerosas referencias al Espíritu Santo en los discursos de Jesús durante la semana de la Pasión.

B) EL ESPÍRITU SANTO EN EL ANTIGUO TESTAMENTO.
El hecho de que la mayoría de las referencias al Espíritu Santo se hallan en el Nuevo Testamento no es suficiente razón para declarar que la doctrina del Espíritu Santo no esta en el Antiguo Testamento. Al considerar la doctrina del Espíritu Santo es esencial apelar a toda la Biblia, pues cada parte de los registros sagrados hacen su contribución apropiada. La Biblia es para el hombre el único origen de información divina revelada concerniente a esta verdad. Hay una referencia al Espíritu Santo al principio de la Biblia en Génesis 1.2, y otra al fin, en Apocalipsis 22.17.

Dos palabras distintas son usadas en el idioma original Hebreo: "RUACH" Y "NESHAMAH"
La primera significando el Espíritu de Dios o del hombre (determinado por el contexto), y la segunda significando el soplo de vida del cuerpo. Existe una gran variedad de referencias al Espíritu Santo en el Antiguo Testamento, un total de ochenta y seis (86), y se hallan en veintidós (22) de los treinta nueve (39) libros del Antiguo Testamento. Todas estas referencias preparan el terreno que luego ocupan los pasajes del Nuevo Testamento.

Entre los nombres usados para el Espíritu Santo en el Antiguo Testamento, la expresión "El Espíritu del Señor" ocurre por lo menos veinticinco (25) veces; "Espíritu de Dios" catorce (14) veces; y "Espíritu Santo" dos (2) veces. Aún cuando las enseñanzas o están del todo desarrolladas, los rudimentos de la doctrina están claramente trazados.

H.L. Turner declara: "Todo lo revelado acerca del Espíritu Santo en el Nuevo Testamento, ya ha sido hallado en el Antiguo Testamento, con una sola excepción. Esa es la palabra "Bautizar".

C) EL ESPÍRITU SANTO EN EL NUEVO TESTAMENTO.
Hay en el Nuevo Testamento doscientas sesenta y un (261) referencias sobre el Espíritu Santo es especial y directamente mencionado. Con la excepción de Filemón, II y III de Juan, el Espíritu Santo es mencionado en todos los libros del Nuevo Testamento.

El libro de Los Hechos tiene cincuenta y siete (57) pasajes que se refieren directamente al tema. Es el libro "especial" de las Escrituras que se refieren al Espíritu Santo; y se nos dice más acerca del ÉL aquí que en ningún otro libro.

Una de las grandes características de los pasajes del Nuevo Testamento acerca del Espíritu Santo, es la gran variedad de nombres con que ÉL es conocido.

D) EL ESPÍRITU SANTO EN LA HISTORIA.
Fue solamente con el correr del tiempo que la Iglesia transformó el legado escritural de la verdad concerniente al Espíritu Santo en una formulación doctrinal y teológica. Muchos de los Padres de la Iglesia Primitiva y la mayoría de los primeros credos hicieron referencia al Espíritu Santo, pero por o general la doctrina no fue hecha objeto de controversia, y por consiguiente no fue desarrollada. El credo de los Apóstoles que simplemente dice: "Creo en el Espíritu Santo", data del primer siglo en su compilación original.
Recién en el siglo cuarto (IV) le dio su forma moderna. Es evidente que las primeras décadas de la Iglesia por lo menos estaba entregada a la verdad de la existencia y el ser del Espíritu Santo.

Uno de los primeros autores que mencionaron el Espíritu Santo fue:
Clemente de Alejandría (155-220 D. C.). Escribió: "El espíritu Santo es uno y el mismo por todas partes". Él enseñó que el Espíritu Santo, descendiendo del cielo sobre el hombre, le hacía capaz de contemplar las cosas divinas.

Tertuliano describió en el (160-222 D. C. ), sobre el bautismo en aguas, una confesión específica de fe en el Espíritu Santo es indicada, antes de la inmersión. Tertuliano fue el primer Padre de la Iglesia que usó el término "trinidad" aplicado en referencia a las personas de la Deidad, colocando consecuentemente al Espíritu en la misma base con el Padre y con el Hijo.

En cierta ocasión Tertuliano se refirió al Espíritu Santo como el "Vicario" de Cristo. Esta palabra significa "substituto", pero desde entonces ha sido adoptada por la Iglesia Romana y es usada para el Papa.

Orígenes (186-253 D. C. ) En una declaración de las doctrinas de su tiempo dijo: "El Espíritu Santo es asociado con el Padre y el Hijo en honor y dignidad. No es claro si fue o no engendrado. Él inspiró a los escritores sagrados". De otros escritos es evidente que Orígenes adoptó la posición de creer que el Espíritu Santo es increado. Enseñó que el ministerio del Espíritu Santo era para otorgar santidad, y que la doctrina del Espíritu emanaba solamente de la revelación.

Por otro lado no todos los registros antiguos concuerdan con la ortodoxia.
Los Monarquíanos Al comienzo del (segundo) II siglo, enseñaban que el Espíritu Santo no es distinto del Padre y del Hijo.

Pelagio (360-420 D. C. ) rechazó la doctrina de la obra creativa del Espíritu en regenerar a los creyentes, y con esto comenzó una línea de pensamientos que ha llegado a estar representada por el Unitarianismo y ciertos liberales extremados.

La Escuela Macedonia Anterior al concilio de Nicea (425 D. C. ) negó la personalidad y la Deidad del Espíritu.
Hipólito (Siglo III) es responsable de haber presentado al Espíritu Santo como una mera fuerza en vez de una persona.

Aún los creyentes ortodoxos no siempre estaban de acuerdo con la sana doctrina. Las funciones de la Palabra y el Espíritu eran evidentemente confundidas.

La Homilía de Clemente (95 D. C. ) Menciona al Espíritu Santo, pero aparentemente adopta la posición de que el Espíritu era un ser creado. Aún cuando Tertuliano es considerado ortodoxo, también se nota que él enseñó que el Espíritu Santo era algo material, y que de alguna manera el Espíritu mejoraba los efectos del bautismo en agua. En términos generales, la doctrina del Espíritu que nos han dejado los Padres de la Iglesia es fragmentaria y falta de sistema, y en el juicio de la mayoría de los eruditos modernos de la Biblia sería declarada doctrina no-ortodoxa.

En el año 325 D. C. El Concilio de Nicea en su Credo original solamente declaró: "Creemos también en el Espíritu Santo". Fue más tarde en el año 381 D. C. Cuando el Concilio de Constantinopla preparó el Credo de Nicea más conocido, el cual declaró que fe ortodoxa incluye creer: "En el Espíritu Santo, el Señor y Dador de vida, quien procede del Padre, quien con el Padre y el Hijo juntamente es adorado y glorificado, quien habló por los Profetas". Es aparente que esta versión corregida del Credo de Nicea, quiso transmitir la idea de que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son seres no creados y que deben ser adorados en conjunto como un solo Dios. Sin embargo, fueron necesarios siglos de discusiones antes que finalmente el Credo apareciera con la declaración que completó la intención original del Credo.

Estas discusiones fueron conocidas como las controversias de "Proceso" (que precede).
En el siglo anterior al desarrollo de las controversias de proceso, tuvieron lugar en dos Concilios de la Iglesia:
1 - El Concilio de Alejandría (362 D. C. ).
2 - El Concilio de Constantinopla (381 D. C. ).

Trataron en parte de la doctrina del Espíritu Santo. La posición ortodoxa que mantenía que el Espíritu era de la misma sustancia del Padre y el Hijo, fue apoyada. Atanasio (300-373 D. C.) Durante este período el campeón de la ortodoxia, quién refutó a Arrio en el Concilio de Nicea, tuvo ocasión de disputa con Macedonio, Obispo de Constantinopla. Este último mantenía que el Espíritu Santo era un asistente y sirviente de la Deidad con la posición de un ángel.

Arrio, además de sus ideas confusas concernientes a la deidad de Cristo, había declarado que el Espíritu Santo era meramente un ser creado. Contra estos dos opositores, Atanasio fue vencedor.

La controversia de proceso surgió en el principio del Siglo V (quinto) y fue una disputa en cuanto a la terminología usada en el Credo de Nicea. Se llegó a la conclusión que la palabra latina "filioque" debiera ser agregada de tal manera que se leyese: "Quien procede del Padre y del Hijo". (La palabra filioque significa " y al Hijo").

En el Concilio de Toledo en España en el año 589 la palabra "filioque" fue oficialmente insertada en el Credo por los clérigos del occidente (romanos) que estuvieron presentes.

Más de un siglo anterior al Concilio de Toledo, la Iglesia Oriental había abrazado las enseñanzas de Theodoret, enseñanzas opuestas a la doctrina del "proceso" del Espíritu del Hijo. Por lo tanto la acción tomada en el Concilio de Toledo no fue aceptable a la Iglesia Oriental. El punto de vista de la Iglesia Oriental era que solamente Cristo podía ser descrito como "Procediendo de" en su encarnación. Las diferencias suscitadas entre el Oriente y Occidente en relación a la controversia del proceso fueron una de las causas mayores que finalmente produjeron la división entre las Iglesias del Oriente y Occidente en el año 1054 D.C.

Debe ser notado que en conexión con el Espíritu Santo la expresión "procede" es bíblica: "...el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre.." Juan 15.26. Se mantiene el hecho de que el Espíritu Santo, eternal y esencialmente procede como un aspecto específico de la naturaleza divina.

Walvoord dice: "... Proceso tal como la generación eterna de Cristo no es parte de creación, comienzo de existencia, o análogo en ninguna manera a las relaciones físicas comunes en la esfera humana. Por el contrario. "Procede" de la misma naturaleza de la Deidad, siendo esta necesaria a su existencia. Sin el Espíritu Santo, la Deidad no sería lo que es".

Por el hecho de que el Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo, no es más inferior, como tampoco lo es Cristo en Su posición como resultado de la "generación de Cristo".

A través de los siglos desde los tiempos primitivos hasta el presente, los conceptos pertinentes al Espíritu Santo muy rara vez han sido enfatizados adecuadamente, pero por lo general entre aquellos quienes eran verdaderos Cristianos, han sido mantenidos ortodoxamente.

Excepciones a esto incluyen tales movimientos como los místicos del siglo XVI (16)
quienes eran conocidos por "Luz Interior" , en los Socinianos del mismo siglo. Sebastián Frank, quien murió en 1542, del movimiento Luz Interior, enseño que el Espíritu Santo es una posesión natural del hombre que le permite alcanzar "vistazos de comprensión" en las Escrituras.

El Socinianismo adoptó la posición de que el Espíritu Santo es nada más que el poder y la influencia de Dios.
A medida que el antiguo liberalismo se desarrolló, la persona del Espíritu Santo fue más y más subordinada. Schleiermacher (1768-1834), enseñó que el Espíritu Santo era una emanación de Cristo y meramente una fuerza espiritual obrante. Ritschl (1822-1889), transfirió la persona del Espíritu a un concepto de un poder impersonal que emanaba de Dios y que moraba en la Iglesia.

El desarrollo final de tal dirección de pensamiento trajo como resultado la oscuridad de distinciones, de tal manera que la persona y el ser del Espíritu Santo se confunde con cualquier buen propósito en el corazón humano.

El movimiento de Oxford de Inglaterra en la segunda mitad del siglo XVIII (18), trajo a la escena una disputa pertinente al sentido del "Soplo Divino" del Espíritu o la inspiración de las Escrituras.

Este movimiento, naturalmente, se identificó con la iglesia del liberalismo y rechazó la tradicional inspiración plenaria de las Escrituras. En los Estados Unidos de América, medio siglo más tarde. Horacio Bushnell (1802-1876) descontaba al Espíritu Santo como agente especial en la salvación del hombre. Además Buschnell mantuvo la idea de que el carácter de una persona era transmitido por la generación natural y que solamente precisaba ser nutrido y animado en vez del nuevo nacimiento.

Consecuentemente los maestros de esta época, decidieron expulsar al Espíritu, tanto de Su ministerio en relación a las Escrituras, como de Su ministerio en relación al nuevo creyente.

La neo-ortodoxia de hoy da lugar a una entrega interior y a una experiencia personal que tienen paralelos con una obra genuina del Espíritu Santo, pero al efectuar una investigación precisa de las enseñanzas de esta doctrina, la misma es hallada tristemente fallida.

El concepto neo-ortodoxo del Espíritu Santo aparenta ser cualquier cosa que uno desee hacerlo; un sentir de convicción, un sentir de desesperación un sentir de represión propia. No hay una comprensión genuina de un Espíritu Santo divino y personal quien lleva a cabo una obra milagrosa en el corazón y la vida del convertido.
La entrega existencial de la neo-ortodoxia aparenta sustituir en lugar de la regeneración milagrosa operada por el Espíritu, la entronización del "ego" interior.

Finalmente la heterodoxia de la neo-ortodoxia en su doctrina del Espíritu Santo es también evidente en su posición concerniente al ministerio del Espíritu en inspirar e iluminar las Escrituras.

El punto de vista neo-ortodoxo no está dispuesto bajo ningún punto de vista a colocar al Espíritu Santo en la posición que le corresponde: En el centro de la revelación de Dios. La neo-ortodoxia se contenta con hablar acerca de la Escritura "inspiradora", y considera que la obra que es hecha por el Espíritu Santo es hecha como una obra subjetiva en el lector, en vez de un proceso objetivo que garantiza un libro infalible.

E) LOS TITULOS (NOMBRES) DEL ESPÍRITU SANTO Y SU SIGNIFICADO.
Las Escrituras nos presentan una amplia variedad de designaciones en referencia al Espíritu Santo, muchas de las cuales son vitalmente importantes para la comprensión de Su naturaleza y el desarrollo de Su obra.

EL ESPÍRITU SANTO.
Lucas 11.13 - "Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre Celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?"

Este nombre enfatiza el carácter moral del Espíritu, pero no significa que el Espíritu es más santo que el Padre o el Hijo. Este título tiene preferencia a Su carácter oficial.

El es el autor de Santidad. Este título lo distingue de todo otro espíritu en el mundo.
A Él ha sido encomendada la obra de ejecutar santidad divina en todo el universo, y en el hombre. Este título, Espíritu Santo pone el énfasis, no sobre la persona, sino sobre el poder, la manifestación y la operación del Espíritu.

EL ESPÍRITU DE DIOS.
Efesios 4.30 - "Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención".

Este título enfatiza el origen divino, el carácter divino y el poder divino del Espíritu. El Espíritu está específicamente relacionado con el Padre, pues procede del Él. Además representa al Padre aquí en la tierra, y es el canal del poder de Dios. Hay once (11) títulos en las Escrituras que prueban Su relación con el Padre: Espíritu de Dios - Espíritu del Señor - Espíritu de nuestro Dios - Su Espíritu - Espíritu de Jehová - Tu Espíritu - Espíritu del Señor nuestro Dios - Espíritu del Padre - Espíritu del Dios viviente - Mi Espíritu - y Espíritu de Él. El Espíritu Santo ha sido prometido por Dios, dado por Él, y enviado de Él, con el fin que Él cumpla la buena voluntad del Padre.

EL ESPÍRITU DE CRISTO.
Romanos 8.9 - "... Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él".

El Espíritu Santo está muy especialmente relacionado con el Señor Jesucristo. El imparte la vida de Cristo (Romanos 8.2), Él produce el fruto de Cristo (Filipenses 1.11), Él revela las cosas de Cristo (Juan 16.16), Él imparte el poder de Cristo (Hechos 1.8 y Juan 14.12) y Él toma el lugar de Cristo ascendido (Juan 14.16-18). Cinco (5) títulos relacionan al Espíritu Santo con el Hijo: Espíritu de Cristo - Espíritu de Cristo Jesús - Espíritu de Jesús - Espíritu de Su Hijo - Espíritu del Señor. El Espíritu ministra para hacer a Cristo presente en la Iglesia, y para formar a Cristo en el creyente tan real como Él formó el cuerpo del Jesús humano antes de Su nacimiento aquí en la tierra.

EL CONSOLADOR.
Juan 14.26 - "Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho".

"Consolador" es el título dado al Espíritu Santo en el Evangelio de San Juan capítulo 14.16. La Palabra "Consolador" viene de la palabra "paracletos" en el idioma original griego y significa: "Uno llamado al lado de otro para el propósito de ayudarle". El Espíritu Santo como Paracleto es Aquél que está listo para proveer: coraje, fuerza, sabiduría, y gracia para toda necesidad. Él puede suplir todo cuanto un compañero amante puede proveer al corazón humano anhelante. Él Espíritu Santo como Consolador representa al Señor Jesucristo al creyente. El Espíritu es dado para que Él sea a los creyentes aquí en la tierra lo que Cristo sería si Él estuviere presente personalmente.

EL ESPÍRITU DE GRACIA.
Hebreos 10.29 - " ... e hiciere afrenta al Espíritu de Gracia?".

Aún cuando Cristo es el origen y la fuente de Gracia, el Espíritu Santo es el canal por el cual esta gracia es transmitida a la humanidad. Hace real en la vida de los creyentes las provisiones potentes del don de la gracia. La designación del Espíritu Santo por medio de este título implica que su bondad para con los hombres no depende de la dignidad de los hombres.

6. EL ESPÍRITU DE GLORIA (GLORIOSO).
1º Pedro 4.14 - "Si sois vituperados por el nombre de Cristo, sois bienaventurados, por que el glorioso Espíritu de Dios..."

El espíritu Santo se dedica a traer gloria para Dios, e impartir "gloria" en el corazón de los creyentes. "Gloria" lleva en sí la idea de honor y de alabanza ascripta en la adoración.

El Espíritu Santo, al llenar al creyente con un sentido de lo divino, le mueve a rendir este honor y alabanza.

EL ESPÍRITU DE VERDAD.
Juan 16.13 - "Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda verdad..."
Pero cuanto Dios es el autor de la verdad, Su Espíritu, es el Espíritu de verdad. El Espíritu es aquél que revela la vedad, un testigo de la verdad, y la personificación de la verdad, opuesto al espíritu de error. Una prueba bien definida de que el creyente ha sido llenado del Espíritu es si su vida y mensaje están en armonía con la verdad. Fue Jesús quien dio este título al Espíritu Santo. Lo usó tres veces. Puede decirse que el Espíritu Santo manifestó completamente Su palabra como espíritu de verdad al inspirar a los escritores del Sagrado Libro.

Fue allí donde dio testimonio del Padre y del Hijo en toda verdad. El error y el engaño están en abierta contradicción con la naturaleza del Espíritu Santo, y fue por esta causa que Ananías y Safira perdieron la vida. Hechos 5.1-11.

EL ESPÍRITU DE VIDA.
Romanos 8.2 - "Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte".

"Creo en el Espíritu Santo, el Señor, y Dador de la vida" consta en el antiguo credo, El Espíritu de vida nos libra de la ley del pecado, nos da vida espiritual y produce en nosotros fruto. El Espíritu vivifica al hombre muerto en delitos y pecados, y les imparte nueva vida. En la presencia del Espíritu Santo, la ley del pecado y de la muerte que es la herencia natural de hombre es reemplazada por un torrente de vida divina que fluye dentro del creyente.

9. EL ESPÍRITU SANTO DE LA PROMESA.
Efesios 1.13 - "En el también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa".

Es así llamado porque el recibimiento de su poder y de su gracia constituye una de las bendiciones sobresalientes prometidas en el Antiguo Testamento. Ezequiel 36.27; Joel 2.28.

Él cumple las promesas del Señor en las vidas de los creyentes y en el corazón del creyente da seguridad de que todas las promesas del Señor serán cumplidas. El Espíritu Santo está relacionado con las promesas concernientes al Señor Jesucristo en Su primera y segunda venida, y también a las promesas de Dios a Cristo durante su venida aquí en la tierra.

10. EL ESPÍRITU DE ADOPCIÓN.
Romanos 8.15 - "...sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!".

Cuando una persona es salvada, no solamente se le da el nombre de hijo de Dios, y es adoptado en la familia divina, sino que también recibe dentro de su alma la conciencia de que es participante de la naturaleza divina.
El Espíritu Santo que imparte esa conciencia al creyente de que es hijo de Dios, y es Su presencia en el creyente la que constituye el impartimiento de la naturaleza divina dentro del ser del creyente.

El ESPÍRITU DE SABIDURÍA
Éxodo 28.3 - "...a quienes yo he llenado de espíritu de sabiduría..."

Toda la sabiduría verdadera procede del Espíritu Santo y Él es el autor y el canal de la sabiduría. Véase en Isaías 11.2; Efesios 1.17.

12. EL ESPÍRITU DE ARDIMIENTO (DEVASTACIÓN).
Isaías 4.4 - "Cuando el Señor lave las inmundicias... con espíritu de juicio y con espíritu de devastación (ardimiento)".

La función de ardimiento del Espíritu enfatiza el ministerio del Espíritu en buscar, refinar, consumir la escoria, e iluminar. La palabra "ardimiento" se utiliza en la antigua versión de Cipriano de Valera.

F) LOS SÍMBOLOS DEL ESPÍRITU SANTO Y SU SIGNIFICADO.
Pardington dice: "La palabra SÍMBOLO, viene de dos palabras griegas: SUN, que quiere decir justo; y la palabra BALIO que quiere decir tirado; significando literalmente algo que ha sido tirado junto con otra cosa, uno al lado del otro, el uno para representar y explicar el otro. En otras palabras un símbolo es un emblema material que muestra y descubre una verdad espiritual".

Estos símbolos, son dados por Dios para que podamos más fácilmente comprender lo que el idioma mismo no puede explicar o expresar. Son empleados para describir las operaciones del Espíritu Santo.

1. EL FUEGO. - "... él os bautizará en Espíritu Santo y fuego"
Mateo 3.11.
El fuego calienta, ilumina, purifica, prueba, produce energía, y genera poder. El fuego consume el combustible, y refina o purifica aquello que no puede ser consumido. Espiritualmente, presenta la presencia de Dios en Su capacidad como Juez. En el creyente, el Espíritu Santo, como el poder de Dios, purifica el alma, consume la escoria, e imparte pasión ardiente y gran celo. El Espíritu como fuego ministra calor al corazón y luz a la mente.

2. VIENTO. - "El viento sopla de donde quiere... así es todo aquel que es nacido del Espíritu". Juan 3.8.
El viento simboliza la obra redentora del Espíritu como misteriosa, invisible, poderosa, penetrante, que da vida, exhalarante y refrescante. Es invisible en su operación e inesperado en sus consecuencias. De los originales Hebreo y Griego, la palabra Espíritu puede ser traducida: espíritu, o viento, o aliento. El Espíritu Santo es el aliento (hálito), exhalado de Dios. El Espíritu Santo es la atmósfera en la cual el creyente vive.
Sin la constante renovación y vivificación del Espíritu que imparte vida, el creyente no podría sobrevivir. Véase Ezequiel 37.7-10. Job dijo: "El Espíritu de Dios me hizo, Y el soplo del Omnipotente me dio vida". Job 33.4.

3. AGUA. - "Mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás".
Juan 4.14.
El poder del Espíritu Santo hace en el terreno de lo espiritual lo que el agua hace en el orden material. E agua purifica, refresca, apaga la sed y convierte el campo estéril en tierra fructífera. Purifica lo que está manchado y restaura la limpieza; es un símbolo muy apropiado de la gracia divina que no solamente limpia el alma sino que le añade belleza. El agua es un elemento indispensable de la vida física: el Espíritu Santo es como un elemento indispensable de la vida espiritual.

"Agua viva" es el agua en contraste con las aguas estancadas de cisternas o pantanos; es un agua que salta a borbotones y fluye siempre en comunicación con la o el material del cual procede.

El creyente tendrá agua viva solamente mientras esté en contacto con su divina fuente, que es Cristo Jesús mismo. El Espíritu limpia de los hábitos pecaminosos, y sirve como fuente que produce ríos de santidad, y se transforma en un río de vida que satisface las demandas del alma, refrescándola y renovándola, para que Su presencia sea bendición al que recibe, y a otros por medio del que recibe.

4. NUBE, LLUVIA Y ROCIO. Salmo 72.6; Salmo 133.3; Oseas 14.5.
Así como la lluvia o el rocío desciende sobre la tierra árida y seca para refrescarla, de la misma manera el Espíritu Santo desciende sobre el alma del creyente que responde a la voz del Espíritu.

5. SELLO. - "... fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa".
Efesios 1.13.

Véase además Efesios 4.30 y 2ª Corintios 1.22. El sello es puesto sobre una cosa de valor y denota una transacción terminada, como así también algo que es genuino, incambiable y de gran valor.

En los tiempos de la Biblia el sello demostraba la propiedad, daba autoridad y prometía seguridad. Véase Daniel 6.17. En vista de que el contrato de la redención de Dios bilateral - hecho entre el Dios el Padre y Dios el Hijo - la función del Espíritu es la de servir como testigo, a fin de que nunca se dude de la eficiencia de la misma. Al mismo tiempo, el Espíritu mismo es el sello que Dios el Padre pone en el corazón del creyente a fin de asegurarle la certeza de una transacción completa. En todo caso, cuando el Espíritu descansa sobre el creyente, existe evidencia, indiscutible de que el mismo se ha apropiado de la validez de la obra consumada en el Calvario.

6. ACEITE. - "El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres..."
Lucas 4.18; Hebreos 1.9

En los tiempos de la Biblia, la unción con aceite era usada primordialmente para limpiar, suavizar y relajar; y para hermosura como sub-producto. Muchos de los rituales del Antiguo Testamento requerían el uso del aceite, y en solemne ceremonia de unción de aceite, los reyes, profetas y sacerdotes fueron puestos aparte para su llamamiento divino. El creyente ungido del Nuevo Testamento representa su real sacerdocio, 2ª Pedro 2.9, pues por la virtud de la unción del Espíritu, cada creyente es tanto sacerdote como rey. Como aceite, el Espíritu es visto no solo en la unción sino también en la sustentación (aceite es alimento), proveyendo luz, sanando, y suavizando. Así como fue prohibido imitar el aceite de la unción en el Antiguo Testamento y usarlo para propósitos seculares, de igual manera nadie puede imitar con validez la unción del Espíritu Santo.

7. PALOMA. - "... y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él"
Mateo 3.16.
El interés del Señor en este suceso es evidente por el hecho que se registra en los cuatro evangelios. Una tradición judía traduce Génesis 1.2. de la siguiente manera: "El Espíritu de Dios como una paloma cobijaba el haz de las aguas". Las características de la paloma son: gentil, tierna, graciosa, inocente, suave, pacífica, pura, paciente, fácilmente contristada o asustada y fiel. El hecho de que el Espíritu Santo es representado como una paloma indica que Él nunca demanda ni fuerza a los suyos; Él obra por medio de suaves directivas o persuasiones. Cristo instruyó a los creyentes de ser "sencillos como palomas", Mateo 10.16. El tener al Espíritu Santo morando dentro como paloma es saber que uno está en paz con Dios.

8. VINO. - "...Venid, comprad sin dinero y sin precio, vino ..."
Isaías 55.1.
Es un símbolo de alegría, Salmo 104.15; un ingrediente de la adoración, Joel 1.10; y un complemento del pan, Jueces 19.19.
El vino del Espíritu es el estímulo espiritual Divino que Satanás procura falsificar por medio del estímulo del alcohol.
El vino es aquello que suelta las restricciones e inhibiciones, da denuedo y produce abundancia de palabras. El trabajo del Reino requiere obreros vigorosos, entusiastas y estimulados, para una realización de obra más efectiva. La expresión de los observadores en el día de Pentecostés fue cínica: Hechos 2.13. Fue en el vigor y el estímulo de esta clase de relación con el Espíritu Santo como los apóstoles proclamaron el mensaje del Evangelio en ese día y vieron tres mil almas añadidas a la Iglesia.

9. ARRAS. - "... y nos ha dado las arras del Espíritu en nuestros corazones".
2ª Corintios 1.22.
Las "arras" es la seña de pago de algo que será pagado en su totalidad en un tiempo futuro. Véase Números 13.2325. Las arras obligan a ambas partes a cumplir su parte del contrato.
Cuando Dios da de Su Espíritu Santo al creyente, ÉL se compromete a mantener para siempre Su provisión para ese creyente. De igual manera, el creyente al recibir el Espíritu se entrega a sí mismo a perpetua fe en su Señor. El Espíritu Santo que Dios da en esta vida es solamente un "arras", pero su otorgamiento es prueba amplia de que bendiciones inagotables del mismo calibre están disponibles, y que serán derramadas.

CAPÍTULO II LA PERSONALIDAD Y DEIDAD DEL ESPÍRITU SANTO.
A) PERSONALIDAD DEL ESPÍRITU SANTO.
La personalidad del Espíritu Santo es uno de los aspectos más descuidados. Aún creyentes responsables se refieren al Espíritu Santo como "eso" o como "algo" en vez de considerarlo como ÉL, y en muchos casos no existe el concepto de la posibilidad de una relación personal entre el Espíritu y el creyente. Él debe ser distinguido de una mera influencia, emanación o manifestación.

El Dr. R. A. Torrey dice: "Es de suma importancia que nosotros decidamos si el Espíritu Santo es solamente algo misterioso y un poder maravilloso que nosotros en nuestra debilidad e ignorancia podamos de alguna manera alcanzar y usar, o si el Espíritu Santo es una persona, infinitamente sabia, infinitamente santa, e infinitamente tierna, QUIEN va a tomar posesión de nosotros y usarnos".

E el desarrollo de la historia, la iglesia declaró como herejía las enseñanzas de los Arrianos, Sabelianos y Socinios, quienes o bien rechazaron o ignoraron la personalidad del Espíritu Santo.
Cada uno de estos grupos trató de adherirse a la idea que el Espíritu Santo es meramente la energía que eternamente procede de Dios.

Esta posición ha caracterizado al movimiento Unitario moderno.
Cambrón dice: "El nombre personal del Espíritu Santo es desconocido. Se le designa con el título "Espíritu Santo", lo que Él es; este no es su nombre. El silencio de las Escrituras en relación a su nombre es muy significativo. Retiene Su propio nombre para que el nombre del Señor Jesucristo sea exaltado".

"Personalidad" no es el cuerpo físico compuesto de ojos, manos, pies, oídos, etc. La verdadera "persona" es el espíritu dentro del cuerpo. El Espíritu Santo es una persona; pero Él es un Espíritu que no posee un cuerpo físico. No es necesario que el Espíritu Santo tenga un cuerpo físico como nosotros para ser una Persona. Los elementos esenciales de la personalidad son cuatro:
Intelecto - Poder de pensamiento. 1ª Corintios 2.10-13; Juan 14.26.
Sensibilidad - Poder de sentir las cosas. Romanos 15.30.
Voluntad - Poder de hacer a nuestro deseo. 1ª Corintios12.11.
Conciencia moral - Conocer el bien y el mal. Juan 16.9; Juan 16.13.

1. EL ESPÍRITU SANTO TIENE UN OFICIO QUE DAMANDA UNA PERSONALIDAD.
"Y yo rogaré al Padre, y os dará otro consolador, para que esté con vosotros para siempre ..." Juan 14.16,17.
Fue Cristo mismo quien designo el oficio básico principal del Espíritu Santo: CONSOLADOR. Otros oficios incluyen el de: Autor, 2ª Timoteo 3.16; Maestro y guía, Juan 14.26; Testigo de Cristo, Juan 15.26; y el de Creador, Salmo 104.30.

En las Escrituras, solamente el Señor Jesús usó la palabra CONSOLADOR para describir el oficio del Espíritu Santo. Implicó con esto que el Espíritu Santo habría de ser para los creyentes, lo que Él había sido para sus discípulos aquí en la tierra.

La palabra CONSOLADOR significa: instructor, guía, abogado, uno que comparte, uno que da consejo, gobernador, asistente ayudante o cuidador. Es además, la palabra "Paracleto".

Ciertamente, ninguno de estos oficios puede ser efectuado por una "mera influencia" impersonal.

PRONOMBRES PERSONALES APLICADOS AL ESPIRITU SANTO.
El Señor Jesús prefirió hablar acerca del Espíritu Santo como el CONSOLADOR , pues esta palabra permite el uso de un pronombre personal masculino. Juan 16.7 y 14. En el capítulo 16 de San Juan el pronombre personal masculino "ekeinos" es usado dos veces en referencia al Espíritu Santo. Una sana base teológica ha sido usada al traducir Romanos 8.16 y 26 con la expresión "El Espíritu mismo".

EL ESPÍRITU SANTO ES IDENTIFICADO CON OTRAS PERSONALIDADES.
El hecho que el Espíritu Santo es la tercera persona de la santa trinidad es prueba notable de Su personalidad. Esto se ve en la fórmula de bautismo y en las bendiciones de la Biblia.

Mateo 28.19 y 2ª Corintios 13.14.
El Espíritu se identifica con los creyentes al hacer decisiones personales. Hechos 15.28. Aún cuando el Espíritu es un Canal de Poder, sin embargo no es meramente un poder mecánico ni inanimado. Las Escrituras hacen una distinción entre el Espíritu y Su poder. Hechos 10.38 y 1ª Corintios 2.4.

En la manera de obrar, el Espíritu Santo y nuestro Señor son uno. Si el Padre es una persona, también lo es el Espíritu. 2ª Corintios 3.17.

HECHOS PERSONALES ADSCRIPTOS AL ESPÍRITU SANTO.
a) "todo lo escudriña, aún lo profundo de Dios". 1ª Corintios 2.10.
b) El Espíritu Santo habla. Hechos 13.2, 21.11, 1ª Timoteo 4.1.
c) El Espíritu Santo intercede por nosotros. Romanos 8.26.
d) El Espíritu Santo nos enseña. Juan 14.26, Nehemías 9.20.
e) El Espíritu Santo nos guía. Hechos 16.6, Romanos 8.14.
f) El Espíritu Santo testifica. Juan 15.26.
g) El Espíritu Santo participa o tiene comunión. 2ª Corintios 13..13.
h) El Espíritu Santo obra milagros. Hechos 10.38.
i) El Espíritu Santo llama y pone en puesto. Hechos 20.28.
Estos pasajes muestran operaciones personales del Espíritu, tales como: Su hablar, Su dirigir y guiar, Su retener y dar convicción, y todo esto solo puede ser adscripto a una persona.
Tales características exceden la actividad de una mera influencia o emanación. Todos aquellos que aceptan la inspiración y veracidad de las escrituras deben sentirse convencidos con el hecho de Su personalidad revelada por medio de Sus acciones.

EL ESPÍRITU SANTO ES SUSCEPTIBLE AL TRATAMIENTO POERSONAL.
El Espíritu Santo puede ser afectado por las acciones de personas de igual manera que cualquier otra persona puede ser afectada pues:
El Espíritu Santo es contristado. Efesios 4.30.
El Espíritu Santo es enojado. Isaías 63.10.
El Espíritu Santo es resistido. Hechos 7.51.
Es posible rebelarse contra el Espíritu Santo. Isaías 63.10.
El Espíritu Santo es mentido. Hechos 5.3.
El Espíritu Santo es afrentado. Hebreos 10.29.
El Espíritu Santo es blasfemado. Mateo 12.31-32.
El Espíritu Santo puede ser apagado. 1ª Tesalonicenses 5.19.
El Espíritu Santo en sí mismo es una persona divina, distinta, viviente, poderosa e inteligente. Él está vital íntimamente relacionado con el Padre y el Hijo. Por cierto que Él no es meramente una bendición, o sentimiento, influencia o la mera refulgencia procedente de Dios el Padre, así como se exhala el aliento del cuerpo. En la época del Antiguo Testamento, Él reveló al Padre; en tiempos del Nuevo Testamento fue por medio de Él que Cristo fue concebido, y es por medio de Él hoy día que todo convertido recibe vida espiritual que no debe ser restringida o medida por ningún "recipiente" humano en el cual Él mora.
Se ha dicho: "Cristo es el abogado para con el Padre por nosotros, mientras que el Espíritu Santo es nuestro Abogado del Padre con nosotros". Él esta presente para usar al creyente como canal divino, y de llevar a cabo la obra del Reino sobre la tierra. Como persona, Él es bondadoso y sabio, y digno de la confianza y rendición total del creyente.

Sanders dice: "Si Él fuera meramente una influencia, nuestro blanco constante sería: ¿Cómo puedo obtener más de esta influencia? Pero si Él es una Persona Divina, nuestra actitud consistente será: ¿Cómo puede él tener más de mí?".

El Espíritu Santo hoy día busca ser para los creyentes lo que Cristo fue para sus discípulos, cuando anduvo sobre la tierra, los creyentes pueden disfrutar la comunión del Espíritu, y en el proceso, humillarse, a fin de que vivan bajo Su control. Es particularmente en virtud del hecho de que el Espíritu mismo es una persona, que en el proceso de relacionarse con los creyentes, les es posible hacer real la persona del Señor Jesucristo. Siendo ÉL mismo una persona le es posible hacer partícipe al creyente la persona de Cristo.

LA DEIDAD DEL ESPÍRITU SANTO.
Como resultado de las disputas teológicas del siglo IV (cuarto) y V (quinto) se llegó a la afirmación de la deidad del Espíritu Santo en el Concilio de Calcedonia en el año 451 D. C.

En su existencia esencial, el Espíritu Santo no difiere de Dios el Padre y Dios el Hijo. Con ellos Él es coigual y coeterno. Sus atributos son idénticos con los del Padre y el Hijo, visto que en esencia ambos son deidad. Es bien válido y correcto decir que el Espíritu Santo es Dios.

NOMBRES DIVINOS DADOS AL ESPÍRITU SANTO
Las Escrituras nombran a Dios o al Señor y al Espíritu Santo en el mismo contexto, lo que indica que los nombres son claramente intercambiables. Es así, que el Espíritu es llamado Dios y Señor. Hechos 5.3-4; 1ª Corintios 12.4-6; 1ª Corintios 3.16; 2ª Corintios 3.17.

EL ESPÍRITU SANTO POSEE ATRIBUTOS DIVINOS.
Cuatro de los atributos de la deidad son adscriptos al Espíritu Santo:
a) Eterno Hebreos 9.14
b) Omnipresente (en todo lugar) Salmo 139.7-10.
c) Omnisciente (Sabe y conoce todo) Juan 14.26 y 16.13.
d) Omnipotente (todo poder) Lucas 1.35.
La vida de existencia propia poseída por el Espíritu Santo le caracteriza definitivamente como Divino, Romanos 8.2.

3. EL ESPÍRITU SANTO HACE HECHOS Y OBRAS DIVINAS.
Muchas cosas llevadas a cabo por el Espíritu Santo, solamente pueden se hechas por un ser divino: crear, levantar a los muertos e impartir vida, regenerar, dar convicción, y echar fuera demonios. El Espíritu Santo es descrito en las Escrituras como el ejecutor del plan divino; Él es el agente activo y el poder de la deidad. Job 26.13; Romanos 8.11; Juan 3.5-7; Juan 16.8; Mateo 12.28.

El Espíritu Santo es el principio fundamental de vida activa en todo el universo. Adán vivió porque el Espíritu Santo "Sopló aliento de vida", Génesis 2.7; y todo organismo viviente desde este día, depende de él. Job 33.4. El Espíritu Santo como principio de vida fue responsable de la concepción del Señor Jesús. Y como "Señor y dador de vida" pudo levantar a Jesús de entre los muertos transformándolo en las primicias de los que durmieron.

La inspiración de las Escrituras y el origen de la profecía divina son obras del Espíritu Santo en su deidad. 2ª Pedro 1.21. Todo esto ciertamente establece el hecho de la deidad del bendito Espíritu Santo.

4. EL ESPÍRITU SANTO ESTA REALACIONADO CON EL PADRE Y CON EL HIJO.
L a Escritura identifica explícitamente al Espíritu Santo como un miembro de la deidad:
a) En el bautismo de Jesús Mateo 3.13-17.
b) en el mandato apostólico Mateo 28.19.
c) En la fórmula de bautismo Mateo 28.19.
d) En la administración de la Iglesia Efesios 4.4-8 y 1ª Corintios 12.4-6.
Aquí le vemos sobre la misma base de igualdad con el Padre y el Hijo. El Espíritu Santo existe como el poder y la virtud de Dios, y Él es el medio por el cual Dios mismo se transmite y se comunica a hombre. La salvación del creyente es llevada a cabo como un esfuerzo cooperativo por la Trinidad co-igual y coeterna. Padre, Hijo y Espíritu Santo son personalidades separadas, pero cada uno representando la totalidad de la esencia divina, y por lo tanto disfrutando relaciones el uno con el otro, y aplicando pronombres personales el uno al otro. Cómo puede el Espíritu Santo ser uno con Dios y el Hijo, y al mismo tiempo distinto de Dios y el Hijo, constituye una parte del misterio de la trinidad.

5. LA ESCRITURA INTERPRETA AL ESPÍRITU SANTO SER DIOS.
En varias ocasiones, el Nuevo Testamento, al referirse al Antiguo Testamento, adscribe al Espíritu Santo obras o puntos de vista, que en el momento original fueron atribuidos a Dios o al Señor. Compárese Isaías 6.8 con Hechos 28.25; con Hebreos 3.7-9 y Jeremías 31.33 con Hebreos 10.15,16. El Espíritu Santo es Dios, y por lo tanto Él es el agente y ejecutor de los propósitos divinos. El Espíritu de Dios mismo comunicándose al hombre, de igual manera que el Hijo es Dios manifestándose a sí mismo al hombre. Las características del Espíritu Santo son tales que lo que es conocido de Él, no puede ser predicado en ningún otro que no fuera Dios mismo. Experimentalmente el creyente en quién Dios el Espíritu Santo opera, dará gustosamente testimonio de la realidad de la deidad del Espíritu operando en él.

En la experiencia del creyente, hay un solo Espíritu divino, el Espíritu Santo, y Él es al mismo tiempo el Espíritu del Padre y el Espíritu del Hijo.

CAPÍTULO III LA OBRA DEL ESPÍRITU SANTO.LA OBRA DEL ESPÍRITU SANTO EN EL UNIVERSO FÍSICO.
Es bien claro en las Escrituras que el Espíritu Santo fue agente en la creación original.
Génesis 1.2; Salmo 33.6; Job 33.4; Job 26.13. Y la función especial del Espíritu Santo parece haber sido la de dar orden y organización a lo que estaba siendo creado.

La Escritura introduce al Espíritu Santo en el segundo versículo de la Biblia para hacer evidente su asociación con la obra creativa divina. El Espíritu Santo además es el principio básico de vida en todo el universo físico. No solo en la vida de las plantas y en la vida animal, pero también en la vida humana.
Desde la época de la creación original hasta el presente, el Espíritu ha sostenido el universo físico. Salmo 104.30.

WALVOORD dice: "La creación ha sido ordenada por Dios en tal manera, que en cierta medida se sostiene a sí misma; pues la vida de las plantas y de los animales se perpetúan a sí mismas. Sin embargo, detrás de todo este fenómeno maravilloso está la obra del Espíritu Santo, sosteniendo, dirigiendo y renovando".

LA OBRA DEL ESPIRITU SANTO EN EL HOMBRE NO REGENERADO.
El Espíritu Santo constantemente busca de guiar a todos los hombres a buscar y a conocer a Dios. Sus esfuerzos son resistidos por el hombre carnal y por el Adversario. Véase Juan 14.17 y 1ª Corintios 2.14.
El espíritu Santo obra sobre la persona no regenerada desde afuera; ÉL no mora el inconverso.
La obra básica del Espíritu para con el no regenerado es la de CONVICCIÓN. ÉL ministra para proveer un "sentido de maldad - pecado" a fin de que el hombre se sienta impelido a apropiarse de la justicia de Cristo Jesús.
Hay un triple aspecto de la obra de convicción de pecado:
Descubrir el pecado.
Denunciar el pecado.
Pronunciar juicio sobre el pecado.
Consecuentemente es solamente por medio del ministerio del Espíritu Santo que el pecador se convierte, y nunca por el mero esfuerzo o argumento humano. Y como "Fiscal" divino, el Espíritu Santo obra personalmente en las vidas de los seres humanos. Cristo lo expresó claramente en San Juan 16.7-11, donde tres aspectos son claramente enseñados:
El pecado de incredulidad. Versículo 9.
La justicia de Cristo. Versículo 10.
El juicio de Satanás. Versículo 11.
El Espíritu Santo hace efectiva la predicación del Evangelio y el llamado a la penitencia.
Una buena parte del ministerio del Espíritu Santo consiste en Su testimonio de Cristo a través de las vidas de los creyentes en los cuales ÉL mora.
El Dr. Torrey dijo: "El Espíritu Santo no tiene otro medio de alcanzar a los inconversos excepto por medio de nosotros que ya somos salvos". Nótese la declaración de Pedro en Hechos 5.30,32.

C) LA OBRA DEL ESPÍRITU SANTO EN EL ANTIGUO TESTAMENTO.
Cristo en Juan 14.17, al decir "el Espíritu mora con vosotros, y estará en vosotros", hizo notar el contraste entre el creyente del Antiguo Testamento y el creyente del Nuevo Testamento en su relación con el Espíritu Santo. Las Escrituras en el A. T. indican lo siguiente:

1. El Espíritu vino sobre él Números 24.2; Jueces 11.29.
2. Llenado del Espíritu Éxodo 31.3; Miqueas 3.8.
3. Posó sobre ellos el Espíritu Números 11.25-26.
Cambrón dice acerca de la era del Antiguo Testamento:
El Espíritu Santo los llenó pero nunca hizo morada con ellos.
"Ningún creyente del Antiguo Testamento fue bautizado con el Espíritu Santo. El bautismo inicial vino el día de Pentecostés, cincuenta días después que Cristo resucitó".
Véase Salmo 51.11; Éxodo 31.3,4.; Jueces 13.24,25; 2ª Pedro 1.21.
Puede ser dicho que en la era del Antiguo Testamento las operaciones del Espíritu Santo estaban bajo la voluntad soberana de Dios.
Turner clasifica el ministerio del Espíritu Santo en el A. T. En cuatro:
Políticamente, como con Moisés o Saúl para dar poder e investidura.
Números 11.15,17; 1ª Samuel 10.6,10.
Moralmente, como con Gedeón para prepararlo para guiar al pueblo
al avivamiento nacional. Jueces 6.34.
Físicamente, como con Sansón dándole fuerza, o como con Ezequiel dándole energía. Jueces 14.6 y Ezequiel 2.2.
Intelectualmente, como con Bezaleel y sus ayudantes, dándoles capacidad para construir el tabernáculo. Éxodo 31.2,3; 35.31,35.

LA OBRA DEL ESPÍRITU SANTO EN EL SEÑOR JESUCRISTO.
Toda la vida de Cristo aquí en la tierra fue consistentemente identificada con el Espíritu Santo. Notemos lo siguiente:
1. Su nacimiento Lucas 1.34,35.
2. Su bautismo en agua. Juan 1.32; Mateo 3.16.
3. Su tentación Mateo 4.1; Marcos 1.12; Lucas 4.1,2.
4. Su ministerio Lucas 4.14; 4.17,21; Isaías 61.1,2; 11.1,2.
5. Su muerte Hebreos 9.14; Lucas 9.30,31; Juan 2.19; Mateo 16.21.
6. Su resurrección Romanos 1.4; 8.11; 1ª Pedro 3.18; Juan .1,3.
7. Su ascensión Juan 1.33; Juan 16.7; Hechos 2.33.
En nuestra era podemos decir que el Espíritu Santo no obra en el Señor Jesucristo sino que obra por Él. Consecuentemente, el Espíritu Santo ministra para revelar a Cristo al creyente y para reproducir en Él la vida de Cristo.

E) LA OBRA DEL ESPÍRITU SANTO EN LA IGLESIA.
La Iglesia debe su origen y existencia misma al Espíritu Santo.
El día de Pentecostés el principio de vida fue impartido a la Iglesia, y mientras que la Iglesia exista aquí en la tierra, ese mismo Espíritu Santo continuará morando en la Iglesia y dándole la vida tan especial.
Hay un sentido en el cual el Espíritu Santo es "Encarnado" en la iglesia, así como la segunda persona de la Trinidad fue encarnada en la humanidad de Jesús. El Espíritu Santo es aquél por medio de quien el Señor Jesucristo se hace presente en Su Iglesia. El don del Espíritu Santo el día de Pentecostés es inseparable de la obra del Hijo sobre el Calvario.
El Espíritu Santo opera para edificar la Iglesia. Efesios 2.22.
Fusiona a los creyentes que constituyen la iglesia. 1ª Corintios 2.13. y por morar en todos los creyentes, el Espíritu provee unidad para la Iglesia. 1ª Corintios 3.16; Efesios 4.3.
Es la presencia del Espíritu Santo morando en los creyentes e impartiendo la vida de Cristo que determina el hecho que la Iglesia es un organismo y no una organización.
Una de las contribuciones importantes del Espíritu Santo a la Iglesia es constituida por el hecho que ha dado y confirma la Palabra escrita. Por medio de una intuición directa en el corazón del creyente el Espíritu Santo constituye una declaración de que Dios es el Autor de las Escrituras.
Todos los negocios y el programa de la Iglesia en la tierra deben estar bajo la dirección y la guía del Espíritu Santo. Hechos 20.28; 15.28. La Iglesia progresa en la medida que el Espíritu Santo es permitido de ser el líder.
La unidad de la Iglesia es obra del Espíritu Santo. Efesios 4.3. No es el deseo del Espíritu Santo de proveer uniformidad, pero sí unidad con diversidad. Es unidad espiritual, no unión organizacional.

LA OBRA DEL ESPÍRITU SANTO EN EL CREYENTE.
El Espíritu Santo se constituye en el poder y la capacitación para el creyente, para toda operación y función espiritual. Para que un creyente pueda ser espiritual, se requiere la presencia y el ministerio del Espíritu Santo. Su ministerio es interno, tocando profundamente el ser en quien obra. El creyente no debe estar satisfecho con tener una "teología" del Espíritu Santo; debe tener un sentir viviente de Su presencia y poder. El Espíritu Santo:
1. Regenera. Juan 3.5 - Tito 3.5 - Juan 3.6.
2. Da seguridad Romanos 8.16 - Efesios 4.30.
3. Mora en el creyente Romanos 8.9 - Juan 14.17 -1ª Corintios 3.16,17
1ª Corintios 6.19 - 2ª Corintios 13.5
4. Santifica Gálatas 5.22,23 - 1ª Pedro 1.2
5. da fortaleza 1ª Tesalonicenses 1.5 - Efesios 3.16.
6. Guía y dirige Romanos 8.14 - Juan 16.13 - Juan 14.26.
7. Ayuda al creyente en la adoración y en la oración. 1ª Corintios 14.15 -
Efesios 6.18 - Romanos 8.26.
8. Vivifica Romanos 8.11.
9. Adopta Romanos 8.15,16.
10. Tiene comunión Filipenses 2.1 - 2ª Corintios 13.14.
11. Unge. 1ª Juan 2.20,27.
12. Sella. 2ª Corintios 1.22 - Efesios 1.13.

CAPÍTULO IV EL BAUTISMO EN EL ESPÍRITU SANTO


LA NATURALEZA DEL BAUTISMO DEL ESPÍRITU.
La palabra "Bautismo" siempre implica el ser completamente cubierto, y cuando la idea es relacionada con el Espíritu Santo implica la saturación completa del ser interior por la Tercera Persona de la Deidad. Este bautismo es una comunicación directa entre Dios y el hombre, y también debe ser un estado de completa rendición.
Aún la lengua funciona de acuerdo al control del Espíritu. Santiago 3.8 - Hechos 2.4.
La experiencia de recibir el bautismo del Espíritu Santo es el último paso en el proceso de modificar la carne y de rendirse al Espíritu. Romanos 8.13.
Frecuentemente, aún cuando no necesariamente el bautismo del Espíritu Santo produce como resultado una "sacudida emocional intensa" en el creyente, que llena el alma de éxtasis celestial.
La persona que recibe el bautismo del Espíritu Santo, es inundado con gloria divina que electrifica su naturaleza. Un Pentecostés personal puede ser descrito como "un nuevo descubrimiento del Señor Jesucristo viviente, hecho cuando Dios, el Espíritu Santo comienza su morada en el creyente". Debe ser por lo tanto recordado que las relaciones de la persona, ya sean tenues o intensas, son las relaciones de la carne y no son manifestaciones del Espíritu. Es obvio que los ciento veinte (120) en el aposento alto fueron movidos profundamente, pues dijeron de ellos: "Están llenos de mosto". Hechos 2.13.
La experiencia del bautismo del Espíritu Santo libra al que busca de sí mismo y lo identifica con la Deidad. Por primera vez, el creyente es sometido a la operación sin límites de lo divino; un pequeño "gusto" de lo que un día será amplio. 2ª Corintios 1.22. y la Escritura hace claro el hecho que la porción que recibe el creyente es solamente las arras de lo que disfrutaremos. Efesios 1.13, 14.
Loa teólogos evangélicos no están de acuerdo con la posición Pentecostal, sin embargo tienen su propia posición bien definida en relación a la plenitud del Espíritu.
Talbot dice: "Tiene más del Espíritu el hombre que ha sido llenado del Espíritu, que aquél que no ha sido llenado? No, por el contrario, el Espíritu tiene más de algunos creyentes que de otros".
Cambrón dice: "Sería mejor decir ser 'controlado' por el Espíritu, en vez de decir 'llenado' por el Espíritu". La verdad básica es que: "NO ES CUANTO DEL ESPÍRITU UNO TIENE, SINO CUANTO DE UNO TIENE EL ESPÍRITU". Es evidente que para ser lleno del Espíritu, no hay lugar para el ego.

FONDO HISTÓRICO DE LA DOCTRINA DEL BAUTISMO DEL ESPÍRITU.
La venida del Espíritu Santo en el día de Pentecostés fue declarado como el cumplimiento específico de Joel 2.18,19, profecía que prometió la experiencia a todas las personas de diferentes clases. Isaías 28.11; 1ª Corintios 14.22.
Juan el Bautista incluyó la predicción del bautismo del Espíritu, como aspecto del ministerio del Mesías que habría de venir. Lucas 3.16; Juan 1.33. Durante su ministerio terrenal nuestro Señor se refirió al cumplimiento de la profecía de Joel. Los Evangelios registran ocho predicciones hechas por Cristo de un derramamiento Pentecostal.
El Pentecostés original validó la obra de Cristo, y constituyó un acontecimiento dispensacional al venir a la tierra para morar en Su Iglesia, el Espíritu Santo, el administrador
Divino, véase también Juan 14.16; Marcos 16.17; Juan 16.7; Hechos 1.5; Juan 7.37-39, Juan 14.26; Juan 15.26; Lucas 11.13; Lucas 24.49.
La fiesta de Pentecostés en el Antiguo Testamento tomó lugar cincuenta (50) días después de la Pascua. Representaba el comienzo de la cosecha. Simbólicamente, el derramamiento inicial del Espíritu en el día de Pentecostés fue el comienzo de la cosecha del Evangelio. Los 120 tuvieron que esperar, no porque no estuviesen listos para recibir, sino que Dios no estaba listo para derramar su Espíritu. Sin embargo, esos días de espera produjeron, sin lugar a dudas, una medida de sumisión y rendición y rendición sí mismos. Desde ese día, el esperar no es descrito. Véase Hechos 10.44.
Aun cuando el Espíritu de Dios había obrado anteriormente en la tierra, El no había establecido su morada permanente en los corazones de creyentes para constituirlos en Iglesia. El derramamiento del Espíritu significaba que el Mesías había completado su obra redentora y había ascendido a la gloria.
El pentecostal original fue un tiempo llamativo fenomenal de carácter sobrenatural. El público no fue atraído por debate teológico, sino por el milagro de las lenguas, y de las lenguas de fuego y aun el impacto hecho sobre el edificio donde estaban congregados, como si Dios dijera al mundo que el derramamiento Pentecostal no era un incidente trivial.
Una experiencia similar al modelo de Loa Hechos 2 continuó siendo normal en la Iglesia del Nuevo Testamento. Hay un total de cinco casos en el libro de los Hechos que describen un derramamiento Pentecostal similar en clases y manifestación al caso original del día de Pentecostés. El último caso registrado en la Biblia está en Hechos 19, y esto tomó lugar unos veinte y uno años después del derramamiento original. El modelo Pentecostal parece haber sido bien autenticado y establecido.
Testimonios de experiencias Pentecostales en la Iglesia Primitiva, datan de la fecha de los primeros escritos de los padres durante el II y III siglo:
Ireneo (130-202) escribió: "Llamamos personas 'perfectas' aquellas que han recibido el Espíritu de Dios, y quienes por medio del Espíritu de Dios hablan lenguas".
Clemente de Alejandría - Hacía mención de "un derramamiento total del Espíritu Santo".
Tertuliano - Durante la misma época hizo mención de la continua manifestación de los dones del Espíritu.
Crisóstomo (347-407) declaró: "Todo aquel que era bautizado en tiempos apostólicos, inmediatamente habló en lenguas; de inmediato recibieron el Espíritu".
San Agustín (354-430) escribió: "Todavía hacemos lo que los Apóstoles hicieron cuando les impusieron las manos a los Samaritanos y pidieron el descenso del Espíritu sobre ellos. Esperamos que los convertidos hablen en nuevas lenguas".
A medida que se fue desarrollando la Iglesia Romana, el aspecto fenomenal del bautismo en el Espíritu Santo gradualmente se transformó en un ritual. Al llegar al fin del siglo V (5), la practica general era que se constituía una pequeña sala detrás del altar, y era usado como el lugar donde recibir el Espíritu Santo. Luego de ser bautizado en agua, el candidato pasaba a la sala de oración, y allí el obispo el imponía las manos y era ungido con aceite. El obispo pedía a Dios que enviase el Espíritu Santo, pero también gradualmente con el correr del tiempo, no se esperaba ninguna manifestación. Consecuentemente, hoy día, la ceremonia de la confirmación es el resultado, y la Iglesia Romana mantiene que en el momento de ese rito el candidato recibe el bautismo en el Espíritu Santo. No se hace mención del hablar en lenguas.
A través de los tiempos la historia nos preserva el registro de la manifestación Pentecostal, no solamente entre el pueblo evangélico pero también entre los miembros de la Iglesia Romana, Monjes del siglo XIII (13) practicaban en hablar en lenguas.
San Vicente Ferrer (1350-1419) tenía el don de lenguas.
Francisco Xavier (1506-1552) misionero en la China, según la Enciclopedia Católica hablaba en lenguas.
Souer En su Historia de la Iglesia Cristiana (volumen 3, página 406) dice: "El Doctor Martín Lutero fue un profeta, evangelista, hablador en lenguas e intérprete en una persona, investido con todos los dones del Espíritu Santo".
Tomás Walsh - Ayudante de Juan Wesley, escribió en su libro diario el 8 de marzo de 1750.
"Esta mañana el Señor me dio un lenguaje que yo no conocía, elevando mi alma hacia ÉL en una manera maravillosa".
R. Boyd - En su libro Pruebas y Triunfos de Fe (1875), escribió acerca de los avivamientos de D.L. Moody en Inglaterra: "Cuando llegue a los cuartos de los jóvenes de la Asociación Cristiana de jóvenes, la reunión encendida por el fuego celestial, los jóvenes estaban hablando en lenguas y profetizando. ¿Qué significaba esto? Simplemente que el hermano Moody les había estado hablando durante la tarde".
F.B. Meyer - Cuando visitó Estonia encontró a congregaciones de bautistas en las cuales escribió a Londres: "Dios está renovando entre esta gente aquellas maravillosas manifestaciones que fueron evidentes durante la primera predicación del Evangelio. El don de lenguas se oye a menudo en las reuniones. Cuando estos mensajes son interpretados significan lo siguiente: JESÚS VIENE PRONTO OTRA VEZ; JESÚS ESTA CERCA; ESTEMOS LISTOS".
Carlos G. Finney y D. L. Moody - Estos Evangelistas dieron testimonio de experiencias espirituales que eran positivamente Pentecostales en su naturaleza y en sus resultados.
Al comienzo del presente siglo, en el día de Año Nuevo de 1901, el Espíritu Santo descendió en forma Pentecostal sobre un grupo de estudiantes en un pequeño Instituto Bíblico en la ciudad de Kansas en los Estados Unidos. Este derramamiento fue precedido por estudios minuciosos de las Escrituras, y los alumnos habían llegado a la conclusión de que la evidencia del bautismo en el Bautismo del Espíritu Santo era hablar en nuevas lenguas. De allí se esparció en Texas y a California, donde el año 1906 tomó lugar un gran derramamiento que a continuado a todas partes del mundo en lo que va del siglo XX.

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