sábado, 7 de noviembre de 2009

CINCO PANES Y DOCES PECES

1. El pan era el alimento básico en tiempos de Jesús. Los ricos lo comían de trigo, los pobres de cebada. Las mujeres hacían el pan en las casas en pequeños hornos. Por escritos de la época, podemos saber con mucha aproximación el precio del pan en aquel tiempo. Lo que una persona comía diariamente equivalía a 1/12 de un denario, es decir, a 1/12 del jornal, pues lo más frecuente era que al día, en la mayoría de los oficios, se ganara un denario. El pan se comía en forma de tortas planas, poco gruesas, como las que aún hoy se usan en los países orientales. Para su comida diaria, un adulto empleaba al menos tres de esas tortas.

2. A unos tres kilómetros de Cafarnaum, muy cerca del lago de Tiberíades, está Tabgha, donde la tradición fijó desde muy antiguo el lugar en que Jesús comió panes y peces con una multitud de sus paisanos. Tabgha es la contracción en árabe del nombre griego “Heptapegon”, que quiere decir “Siete Fuentes”. La iglesia que hoy se visita en Tabgha está edificada sobre la que ya existía allí hace mil 400 años. Los mosaicos que hay en el suelo de esta iglesia, llamada “iglesia de la multiplicación”, son los del antiguo templo y tienen un gran valor artístico y arqueológico. En uno de esos mosaicos se representa un cesto con cinco panes y dos peces a sus lados.
Mateo 14,13-21; y 15,32-39; Marcos 6,30-44 y 8,1-10; Lucas 9,10-17; Juan 6,1-14.

BIBLIOGRAFÍA.

http://www.panamaprofundo.org/boletin/jesus/057_cinco-panes-doce-peces.htm

MESONES Y ALOJAMIENTOS PÚBLICOS.

Linda McKinnish Bridges

Nivel I
Un "mesón" o un "alojamiento público" en tiempos de la Biblia puede referirse a varias cosas. Puede referirse a un lugar para acostarse en el suelo para dormir una noche, o a un cuarto en casa de alguien al lado de la vía principal. Podía también ser un edificio público en el que se cobraba alquiler y en el que se servía comida.
En la parábola del Buen Samaritano, se usa la palabra pandocheion para referirse al "alojamiento" al que llevan al hombre herido. Esta palabra significa un lugar público equivalente a nuestra idea moderna de un hotel. En los siglos I y II d.C., los alojamientos públicos tenían una mala reputación. Así no es sorprendente que los judíos y los primeros cristianos recomendasen tener la casa abierta para el beneficio de los forasteros.

Nivel II
Aunque un viajero del siglo veinte puede mencionar las comodidades modernas como el servicio y la ropa de cama limpia para describir un lugar para quedarse durante un viaje largo, lo que se entendía en el siglo I a.C. por un alojamiento para pasar la noche era algo bastante diferente. Un "mesón" o un "alojamiento público" en tiempos de la Biblia puede referirse a varias cosas. Puede referirse a un lugar para acostarse en el suelo para dormir una noche, o a un cuarto en casa de alguien al lado de la vía principal. Podía también ser un edificio público en el que se cobraba alquiler y en el que se servía comida.
En el Nuevo Testamento se usan tres palabras griegas para describir un alojamiento o un mesón. En Lucas 2.7 María y José no encuentran alojamiento en el mesón, y Lucas lo describe como una kataluma. Significa en realidad un cuarto de huéspedes más que un mesón auténtico. La misma palabra se usa también para describir el lugar en el que Jesús y sus discípulos cenan juntos por última vez.
Otra palabra, que se usa en el libro de los Hechos 28.23 es ksenia. Esta palabra puede significar el concepto general de hospitalidad o una parte concreta de la casa de una persona, como un cuarto de huéspedes. Una tercera palabra para designar un "mesón" o un "alojamiento" se encuentra en la parábola del Buen Samaritano. El Samaritano lleva al hombre herido a un alojamiento. Esta vez la palabra es pandocheion, que quiere decir un lugar público, un lugar público como lo que entendemos hoy por un hotel. Los alojamientos públicos podían dar posada a los parcipantes en caravanas, y tenían sitio tanto para los animales como para las personas.
Los alojamientos públicos tenían una mala reputación en los siglos I y II d.C. Así que no es extraño que los judíos y los primeros cristianos recomendasen mantener la casa abierta para el beneficio de los forasteros. La tradición judía observaba el ejemplo de Abraham, que puso en práctica la hospitalidad con tres visitantes y recibió una gran dicha por su amabilidad (Gn 18.1-11). A los primeros cristianos se les advertía: "No se olviden de ser amables con los que lleguen a su casa, pues de esta manera, sin saberlo, algunos hospedaron ángeles" (Heb 13.2).
Nivel III
Un mesón y un alojamiento público son considerados generalmente como un lugar para alojar a los viajeros. En describir un lugar para quedarse durante un largo viaje, un viajero del siglo veinte puede mencionar las comodidades modernas como el servicio y la ropa de cama limpia. Sin embargo, lo que se entendía en el siglo I a.C. por un alojamiento para pasar la noche era algo bastante diferente. Un mesón o un alojamiento público en tiempos de la Biblia puede referirse a un lugar para acostarse en el suelo para dormir una noche, un cuarto en casa de alguien al lado de la ruta principal, o un edificio público en el que se cobraba alquiler y se servía comida a las personas individualmente, o en grupo como a los que viajaban en grandes caravanas.
Tres palabras griegas se usan en el Nuevo Testamento para describir un alojamiento: Una de ellas describe un lugar para dormir como un cuarto de huéspedes en casa de alguien o un lugar de alojamiento general, incluso con animales. En Lucas 2.7 María y José no encuentran alojamiento en el mesón, y Lucas lo describe como una kataluma, que literalmente significa "desatar" o "desguarnecer", quizá designando un lugar para que los animales pasen la noche así como también un lugar para que las personas duerman. La palabra se usa generalmente para describir un lugar de alojamiento. El significado en Lucas 2.7 está relacionado en realidad más con la idea de un cuarto de huéspedes que de un auténtico mesón. La misma palabra se usa también para describir el lugar en el que Jesús y sus discípulos cenan juntos por última vez. El lugar de la Última Cena fue probablemente un cuarto de huéspedes en una casa particular, en lugar de un lugar de reunión público por el que se cobraría alquiler y en el que se serviría comida.
Otra palabra griega que se traduce por mesón y posada describe concretamente la parte que más se usa en casa de una persona. El apóstol San Pablo se queda en un mesón cuando se halla bajo arresto domiciliario.
Hechos 28.23, es ksenia, que puede significar el concepto general de hospitalidad o una parte concreta de la casa de una persona, como un cuarto de huéspedes.
Una tercera palabra para un "mesón" o un alojamiento público se encuentra en la parábola del Buen Samaritano. El samaritano lleva al hombre herido a un alojamiento. Esta vez la palabra es pandocheion, que quiere decir un lugar público. Este término se acerca más a lo que entendemos en el siglo veinte como un alojamiento en un hotel que las otras dos palabras usadas en el Nuevo Testamento por mesón o alojamiento. En este alojamiento, el hombre podía pagar dinero por pasar la noche y porque le dieran comida y un lugar para su animal.
Los alojamientos públicos existían en tiempos de Grecia y durante todo el periodo romano, así como la costumbre de ofrecer hospitalidad en casa de una persona al forastero que viajaba. En los alojamientos públicos podían quedarse todos los participantes en una gran caravana, tanto animales como personas. A éstos con frecuencia se les daba el nombre de caravanserai. Aunque no tenemos ninguna prueba arqueológica, sabemos por fuentes literarias que estos alojamientos o mesones existían. Por ejemplo, en el Antiguo Testamento leemos que Rahab tenía un mesón cerca de la muralla de Jericó ( Jos 2.1), aunque no se puede saber exactamente donde. Además, el Mishnah judío hace varias referencias a mesones y mesoneros. Las referencias en el Mishnah dan testimonio de la utilización amplia de los alojamientos públicos, al menos en los primeros dos siglos antes de Cristo en Palestina. (Aunque escrito en el año doscientos después de Cristo, el Mishnah también revela costumbres y leyes judías corrientes al comienzo del siglo I). No obstante, un tema que se repite en el Mishnah es el de la mala reputación de los alojamientos públicos y los mesones. A los mesones y a los mesoneros no se les tenía mucho aprecio, al menos los rabinos que promulgaban la ley del Mishnah. El Mishnah pone a los mesoneros en el lugar más bajo de la degradación y afirma que "no debe dejarse al ganado en los mesones de los gentiles, ya que se sospecha que practican la bestialidad" (m. Abodah Zarah, 4.2). Además el Mishnah afirma que hay que dudar de la palabra de un mesonero: "Los sabios dijeron al rabino Akiba: '¿ Y la esposa de un sacerdote no debe ser [considerada tan digna de confianza] como la dueña de un mesón?'. Contestó: 'Sólo cuando la dueña de un mesón pueda ser considerada digna de confianza'".
Como los alojamientos públicos tenían tan mala reputación, no es sorprendente que los judíos y los primeros cristianos recomendasen mantener la casa abierta para el beneficio de los forasteros. La tradición judía observaba el ejemplo de Abraham, que puso en práctica la hospitalidad con tres visitantes y recibió una gran dicha por su amabilidad ( Gn 18.1-11). La hospitalidad era un deber reconocido desde los tiempos de los primeros beduinos hasta los del Nuevo Testamento. A los primeros cristianos se les advertía "no se olviden de ser amables con los que lleguen a su casa, pues de esta manera, sin saberlo, algunos hospedaron ángeles" ( Heb 13.2) y se les recomendaba: "recíbanse unos a otros en sus casas, sin murmurar de nadie" ( 1 P 4.9). Se alababan sus actos de hospitalidad: "Querido hermano, te estás portando fielmente en el servicio que prestas a los demás hermanos, especialmente a los que llegan de otros lugares" ( 3 Jn 5).

NEHEMIAS: LA RECONSTRUCCION DE LAS MURALLAS.

por Ray C. Stedman

Durante mucho, mucho tiempo lo único que sabía acerca de Nehemías era que se suponía que era el hombre más bajo de la Biblia, por causa de un chiste en inglés acerca de su estatura "knee-high-miah. (un hombre que solo llega a la altura de las rodillas.) Me alegra haber descubierto mucho más acerca de este hombre a lo largo de estos años y espero que usted también lo haya descubierto porque es uno de los más importantes personajes del Antiguo Testamento, pero quizás no tan conocido como algunos otros.
Esdras y Nehemías son un solo libro en las escrituras hebreas, porque son parte del mismo relato. De hecho, los libros de Esdras, Nehemías y Ester corresponden todos ellos al mismo período general de la historia de Israel. En nuestras Biblia han sido invertidos en el orden cronológico en el que sucedieron. En otras palabras, de hecho Ester aconteció cuando Dios comenzó a moverse en medio de la cautividad de Israel con el fin de hacer que la nación regresase a su tierra. Eso fue poco después de la mitad de los setenta años, que había profetizado Jeremías que duraría la cautividad. Dios hizo que Ester, una joven doncella judía, ascendiese al trono de Persia como reina. Fue su esposo, el rey Asuero de Persia, el Artajerjes que se menciona en los primeros capítulos de Nehemías. Este rey pagano dio la orden de que Nehemías regresase a Jerusalén a construir las murallas de la ciudad. Tal vez eso justifique el interesante paréntesis que se produce en este libro en el capítulo 2, versículo 6, cuando Nehemías acudió al rey: "Entonces el rey (y la reina estaba sentada junto a él) me preguntó... Creo que esa reina debió ser Ester, la joven judía, que había alcanzado ese destacado lugar por la gracia de Dios.
Ni Artajerjes ni Asuero son los nombres de este rey, por lo que resulta muy confuso. Estos son en realidad títulos. Artajerjes quiere decir "el gran rey y Asuero significa "el padre venerable. De modo que ese no era el nombre del rey. Puede que sea de ayuda o puede que no, saber que este Artajerjes y Asuero es también Dario el Meda, que se menciona en el libro de Daniel. Y para añadir aún más a la confusión, el Artajerjes del libro de Nehemías no es el mismo Artajerjes del libro de Esdras. ¿He conseguido confundirle por completo?
Sea como fuere, en la historia de este pueblo, Ester, como instrumento de la gracia de Dios, fue enviada a ocupar el trono de Persia y conmovió de ese modo el corazón de su marido, el rey, que permitió a Nehemías, su copero, volver a Jerusalén. Nehemías comienza a reconstruir la ciudad de Jerusalén y unos veinticinco años después Zorobabel regresó con unos cincuenta mil cautivos procedentes de Babilonia, como se relata en el libro de Esdras.
Dios ha invertido este orden en las escrituras. En lugar de Ester, Nehemías y Esdras, se da la vuelta a estos libros y nos encontramos con Esdras, Nehemías y Ester. A las Escrituras no les preocupa simplemente la cronología, sino la enseñanza de cada uno de los libros. En estos tres libros encontramos la historia de la salida de la cautividad, para regresar a Dios. El libro de Esdras empieza con la contrucción del templo. La restauración de la casa de Dios es siempre la primera cosa para regresar a Dios. Luego viene la construcción de las murallas, como veremos en el libro de Nehemías, lo cual cubre la necesidad de seguridad y de fortaleza. Finalmente, el libro de Ester viene a ser la revelación del propósito de todo ello en la vida de la persona. Esa es una panorámica de estos tres libros.
El libro de Nehemías se divide en dos partes. Los primeros seis capítulos tratan acerca de la reconstrucción de la muralla, mientras que el resto de los capítulos, hasta el 13 tienen que ver con la reconstrucción del pueblo. Con estas dos tenemos el libro completo. ¿Qué es lo que simboliza una muralla? Uno de los lugares más famosos de nuestro mundo actual es la muralla de Berlín, que divide la ciudad en dos, pero normalmente una muralla simboliza la fortaleza y la protección. En las ciudades antiguas el único medio verdadero de defensa eran las murallas. Babilonia, como se cuenta en la historia de Daniel, eran de unos 380 pies de grueso y más de 100 pies de alto, unas murallas realmente masivas. Por lo tanto, la ciudad de Babilonia se consideraba a salvo.

¿Qué quiere decir, entonces, reconstruir las murallas de nuestra vida? Nehemías es el relato de la reconstrucción de las murallas de Jerusalén y a su vez Jerusalén es un símbolo de la ciudad de Dios, el lugar donde él habita y el centro de la vida para el mundo. Por lo tanto, en la vida de la persona, la reconstrucción de las murallas sería una imagen del restablecimiento de la fortaleza en esa vida. Todos hemos conocido a personas cuyas defensas se han desmoronado. Se han convertido en vagos, que van de un lado a otro por las calles de nuestras grandes ciudades, sin esperanza y completamente impotentes, pero con frecuencia Dios, en su gracia, extiende su mano y toca las vidas de algunas de estas personas y las trae con el fin de reconstruir las murallas. Esta es la imagen de la manera en que las murallas en cualquier vida, en cualquier iglesia local, en cualquier comunidad, en cualquier país, puede ser reconstruida a fin de convertirse en potencia y para que vuelva a tener un propósito.
El primer paso en este proceso aparece en el capítulo 1, versículo 4, que comienza con el interés por las ruinas. Nehemías dice:
"Cuando escuché estas palabras, me senté, lloré e hice duelo por algunos días. Ayuné y oré delante del Dios de los cielos."
Usted no logrará nunca construir las murallas de su vida sin que antes le preocupe enormemente las ruinas. ¿Se ha fijado usted detenidamente en alguna ocasión en las ruinas de su propia vida? ¿Se ha detenido usted alguna vez el tiempo suficiente como para meditar en lo que podría llegar usted a ser bajo la dirección de Dios y lo ha comparado con lo que es usted? ¿Ha examinado usted las posibilidades que Dios le ha concedido en su vida y se ha dado cuenta de lo mucho que se ha desviado de ese potencial? Al igual que Nehemías, ha recibido usted una palabra, en una forma u otra, acerca de la desolación y la ruina que existe. Cuando Nehemías escucha este informe acerca de Jerusalén, llora y ora durante días enteros, mostrando su profunda preocupación. Usted no logrará reconstruir las murallas de su vida hasta que no haya usted llorado primero por las ruinas.
A esto sigue la confesión. En el capítulo 1 hallamos la preciosa oración de Nehemías al confesar que la nación entera ha abandonado a Dios y reconoce la justicia del trato de Dios para con ellos. A eso le sigue de inmediato la entrega. El versículo 11 del capitulo 1 dice:
"Oh Jehová...esté atento tu oído a la oración de tu siervo y a la oración de tus siervos que quieren reverenciar tu nombre. Prospera, por favor, a tu siervo hoy..."
¿Para hacer qué cosa? Como ve usted, este hombre ha estado urdiendo un plan en su mente, mientras ha estado orando, acerca de cómo reconstruir las murallas. Tiene algo concreto que desea pedir. Pide:
"...prospera, por favor a tu siervo [Nehemías] hoy, concédele gracia ante aquel hombre."
¿Qué hombre? Lo vemos en el próximo versículo:
"Entonces yo servía de copero al rey."
De modo que aquí tenemos el caso de un hombre que por su preocupación y después de haber confesión de corazón, se entrega de lleno a un proyecto. Pide a Dios que comience a actuar en el corazón del rey y así es como debe de empezar cualquier regreso a la gloria de Dios. Debemos de sentir preocupación y a continuación debemos confesar. Luego nos comprometemos a la acción y también le pedimos a Dios que actúe a nuestro favor, porque invariablemente en una empresa como esta hay factores sobre los cuales no tenemos ningún control y Dios tiene que ocuparse de ellos.
Hace algún tiempo, en una conferencia para hombres, un hombre contó como en los primeros tiempos de su experiencia cristiana alguien le animó a orar acerca de aquellas cosas que estaban relacionadas con su trabajo, con la relación que tenía con su jefe y con sus otros compañeros de trabajo. Dijo: "Al principio no creí que orar fuese lo indicado, pero lo intenté y me di cuenta de que funcionaba. Creí que era aprovecharse injustamente de aquellos pobres paganos, pero funcionó tan bien que me di cuenta de que Dios había provisto la oración para nosotros. Nehemías es plenamente consciente de esto, de que es preciso que Dios se mueva en los diferentes aspectos en los que Nehemías no podía hacerlo. De modo que ora acerca de la posibilidad de ir a ver al rey. Cuando se encuentra ante su presencia, el rey se da cuenta de la tristeza reflejada en el rostro de Nehemias y le pregunta que qué desea. Se trata del mismo rey que se había casado con la que se convertiría en la reina Ester y es un hombre que siente ya una gran preocupación y conoce los problemas de los judíos, por lo que se muestra receptivo a la súplica de Nehemías para que les permita regresar a Jerusalén.
El próximo paso necesario en el programa de reconstrucción es el valor. En el versículo 9 del capítulo 2 leemos:
"Entonces fui a los gobernadores de Más Allá del Río, y les entregué las cartas del rey. El rey había enviado conmigo jefes del ejército y jinetes. Pero cuando lo oyeron Sanbalat el horonita y Tobías el siervo amonita..."
¿Reconoce usted estos nombres? Cuando leemos acerca de los amonitas, amoritas, amalequitas, hititas, jebusitas, perizitas y otros "itas tenemos una imagen del enemigo de Dios, es decir, la carne. Esta agencia satánica en el hombre se resiste inevitablemente a la obra, la voluntad y los caminos de Dios. Aquí tenemos esta misma enemistad; cuando los enemigos de Dios...oyeron esto, se disgustaron en extremo de que alguien viniese para procurar el bien de los hijos de Israel.
El valor se necesita de inmediato. Siempre que un hombre como Nehemías dice: "me levantaré y edificaré Satanás contesta siempre "entonces yo me levantaré y me opondré. Satanás hace las cosas difíciles cuando nos proponemos regresar a Dios.
Vemos además la necesidad de la cautela. Cuando Nehemías regresa a Jerusalén y cabalga por la ciudad de noche, no se limita sencillamente a colocar ladrillos uno encima de otro. No sale apresuradamente y hace que se sientan todos emocionados por edificar las murallas. De haberlo hecho hubiese caído en una profunda trampa tendida por sus enemigos. Lo primero que hacer es levantarse de noche, cuando nadie lo sabe, cabalga alrededor de las murallas de la ciudad y examina las ruinas, anotando con exactitud lo que es preciso hacer y realiza una inspección honesta. Estos tres principios de la reconstrucción, la muestra de preocupación, la confesión y el compromiso, así como el valor precavido, son básicos para hacer posible la reconstrucción. En el capítulo 3 nos enteramos de cómo llevó a cabo esta tarea de reconstrucción. Si las murallas de su vida están rotas, si sus defensas se han desmoronado, de modo que el enemigo le está atacando a usted por todas partes, y cae usted fácilmente en la tentación. Sugiero que preste usted una especial atención al proceso de la reconstrucción que encontramos en el libro de Nehemías. Lo primero de lo que nos enteramos es de que el pueblo estaba dispuesto a trabajar. En segundo lugar, que pusieron manos a la obra y comenzaron de inmediato a hacer algo al respecto. Nehemías, con la sabiduría que Dios le dio, hizo que cada uno de ellos se pusiera a trabajar en la parte de la muralla que estuviese más cerca de sus casas, de modo que participasen de manera personal en el trabajo. El resto del capítulo describe cómo realizaron la construcción. Todo ello giraba alrededor de las diez puertas de la ciudad de Jerusalén. Se asignaba a las personas una cierta porción de la muralla, definida por las puertas que permitían el acceso a la ciudad. Al leer este capítulo, encontrará usted el nombre de las diversas puertas y los nombres hebreos son sumamente importantes. Quisiera describirlos rápidamente para su propia edificación y al mismo tiempo podemos sacar una lección de cada una de ellas.

En primer lugar tenemos la Puerta de las Ovejas. Esta era la puerta a través de la cual se traían las ovejas a la ciudad para ser sacrificadas en el altar. Como es natural, la Puerta de las Ovejas representa al Cordero de Dios, cuya sangre fue derramada en la cruz por nosotros y, por lo tanto, revela el principio de la cruz. Ese es siempre el punto de partida para fortalecer su vida. Es preciso que reconozca usted el principio de la cruz, el hecho de que Dios va a moverse en su vida de tal manera que anule totalmente su propio ego, sus planes y su interés propio. La cruz es el instrumento del programa de Dios que sirve para hacer morir el ego y es a partir de ahí donde tenemos que construir para que tengamos fortaleza.

El relato habla a continuación acerca de la Puerta del Pescado. ¿Qué le sugiere a usted "la Puerta del Pescado? ¿Recuerda usted que el Señor Jesús le dijo a sus discípulos "Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres.? (Mar. 1:17) Esto representa el testimonio del cristiano. ¿Se ha derrumbado la puerta en su vida? ¿Se ha desmoronado la muralla alrededor de la Puerta del Pescado? Si es así, es preciso volver a construir esta puerta de defensa y la muralla, porque el Señor Jesús dijo que todo cristiano debía de dar testimonio de él. Si esta muralla se ha derrumbado, se encontrará usted con que a través de ella entrará una y otra vez el enemigo. Si no ha dicho usted nunca ni una palabra a favor de Cristo, si no hay nunca ningún testimonio en su vida, entonces la muralla está rota y es preciso volver a reconstruir la Puerta del Pescado.

La próxima puerta es la Puerta Antigua, que encontrará usted en el versículo seis. ¿Qué simboliza esta puerta? Yo sugiero que representa la verdad. En la vida de muchos cristianos esta puerta está rota, porque ya no se basan en la verdad. La verdad es siempre algo antiguo y es sobre todo lo antiguo que lo nuevo ha de basarse. Alguien ha dicho muy acertadamente: "Todo lo que es verdad no es nuevo y lo que es nuevo no es verdad. Vivimos tiempos en los que la antigua verdad está siendo olvidada y en los que los hombres están eliminando todo lo que la iglesia representaba, diciendo que ya no necesitamos esas cosas. Pero si permitimos que esa antigua verdad sea eliminada, nos encontramos con que la muralla se derrumba y los enemigos tienen libre acceso a nuestra alma. La próxima puerta es la Puerta Antigua, que encontrará usted en el versículo 6. ¿Qué simboliza esta puerta? Yo sugiero que representa a Dios. La verdad no cambia jamás, fue verdad cuando fue transmitida y continuará siéndolo de aquí a mil años.
Pienso con frecuencia en la historia de un hombre que un día fue a visitar a un anciano músico. Llamó a su puerta y dijo: "¿Qué buena noticia tiene usted para hoy? Pero el músico no le contestó. Se dio la vuelta, cruzó la habitación y se acercó a donde estaba colgado un diapasón. Cogió un martillo y golpeó el diapasón de tal modo que la nota retumbó por toda la estancia.
Entonces el músico dijo: "eso, amigo mío, es un "la. Fue un "la ayer y lo fue hace cinco mil años y continuará siéndolo dentro de otros cinco mil años. Y entonces añadió, "el tenor que vive al otro lado del pasillo canta desentonando. La soprano que vive arriba no llega bien a las notas agudas y el piano que está en la habitación de al lado está desafinado. Golpeó el diapasón de nuevo y dijo: "Ese es un "la y eso, mi buen amigo, es la buena noticia hoy. Eso es verdad. La verdad es siempre igual, no cambia jamás. Necesitamos reconstruir la antigua puerta de la verdad.
La próxima puerta es la Puerta del Valle y vemos de inmediato lo que sugiere. Es el lugar de la humildad ¿no es cierto? Es un lugar de humildad mental y de corazón. Dios ha dicho en todas las páginas de las Escrituras que está en contra del orgullo del hombre. El busca a los humildes y contritos, a aquellos que han aprendido que no son indispensables, que han aprendido a tener una baja opinión de sí mismos y una alta opinión de Dios. Lo que él busca es esta actitud. Esta Puerta del Valle necesita con frecuencia ser reparada.
A continuación está la Puerta del Manantial. Ese nombre nos recuerda de inmediato las palabras que le dijo el Señor Jesús a la mujer que estaba junto al pozo: "...el agua que yo le daré será en él una fuente de agua, que salte para vida eterna. (Juan 4:14) Esta es una imagen del Espíritu Santo, que es un río de vida que corre en nuestro interior, es decir, el Espíritu que fluye en nuestras vidas y nos permite obedecer a su voluntad y a su palabra.
A esta sigue la Puerta del Agua, que es siempre el símbolo de la palabra de Dios. Lo interesante acerca de esta Puerta del Agua (contrariamente a la que se encuentra en el capitolio de la nación) es que no necesitaba reparación y era evidentemente la única parte de la muralla que aún se mantenía en pie. Menciona a las gentes que vivían junto a ella, pero no dice nada en cuanto a que necesitase ser reparada. La Palabra de Dios nunca se avería, por lo que nunca necesita ser reparada y lo único que necesita es ser nuevamente habitada.
Luego está la Puerta del Este. La Puerta del Este estaba en dirección a donde el sol sale y es la puerta de la esperanza. Es la puerta de la anticipación de lo que ha de venir cuando todas las pruebas y las luchas de esta vida terminarán y el glorioso sol nuevo saldrá sobre el nuevo día de Dios. Esta es una puerta que tiene que ser reconstruida en muchos de nosotros, que nos dejamos llevar por el espíritu de pesimismo de estos tiempos y nos sentimos desmoralizados por la desesperación de nuestra época.
A continuación encontramos la Puerta de los Caballos. En las Escrituras el caballo es un símbolo de la guerra o, en este caso, de la necesidad de batallar contra las fuerzas de las tinieblas. "porque nuestra lucha no es contra sangre ni carne nos dice el apóstol, "sino contra principados, contra autoridades, contra los gobernantes de estas tinieblas, contra espíritus de maldad en los lugares celestiales. (Efesios 6:12) ¡Esa es la batalla!
La novena puerta es la Puerta de la Inspección o, literalmente, "la puerta de la investigación. Este es, evidentemente, el lugar en el cual se llevará a cabo el juicio. De vez en cuando necesitamos detenernos a examinarnos a nosotros mismos, a volver a evaluar lo que estamos haciendo.
Esto nos vuelve a situar, en la última parte del capítulo, en la Puerta de las Ovejas, que es la puerta de la cruz. La cruz debe de estar al principio y al final de cada vida. De esta manera tan maravillosa, el libro de Nehemías, nos enseña lo que necesitamos hacer para fortalecer las murallas de nuestra vida.
Los próximos capítulos, del cuatro al seis, relatan la persecución que se produjo cuando estaban siendo edificadas las murallas de la ciudad. Como ya he sugerido, cuando empiece usted a reconstruir la fortaleza de su vida se encontrará usted con que de inmediato surgirá una fuerza, tanto de su interior como del exterior, que se resistirá a la obra de Dios en su vida, ejerciendo toda la influencia que puede ejercer en contra de usted. La persecución que se revela aquí puede resumirse con tres palabras: desdén, conspiración y sagacidad. Los enemigos intentaron burlarse o desdeñar lo que Dios estaba haciendo y cuando fracasaron, intentaron una conspiración. Se esforzaron por que los israelitas se vieran envueltos en un complot para echar abajo este trabajo y cuando no lo consiguieron intentaron distraer a Nehemías de su labor mediante toda clase de estratagemas sagaces, que se les pudo ocurrir, pero cuando llegamos al capítulo 6, versículo 15, nos encontramos con esta maravillosa frase:
"La muralla fue terminada el 25 del mes de Elul, en cincuenta y dos días."
¡Un récord extraordinario!
En la última parte del libro, en los capítulos 7 al 13, nos encontramos con la historia de una nueva instrucción y así es cómo se mantiene la fortaleza una vez construida. En el capítulo 8 nos encontramos con la importante reunión de todo el pueblo, convocada por Esdras, el sacerdote, que se nos cuenta además en el libro que lleva su nombre. Veamos los pasos que sigue. Comienza con la lectura de la ley, en el capítulo 8:5-6:
"Esdras abrió el libro a la vista de todo el pueblo [así es como se predica] porque él estaba más alto que todo el pueblo. Y cuando lo abrió, todo el pueblo se puso de pie. Entonces Esdras bendijo a Jehová, el gran Dios; y todo el pueblo, alzando las manos, respondió: --¡Amen! ¡Amen! Luego se inclinaron y adoraron a Jehová con el rostro a tierra."
Y leyeron del libro, de la ley de Dios, claramente, dándole sentido, para que el pueblo pudiera entender lo que se estaba leyendo.
Esto no es otra cosa que una predicación de exposición, que era el primer medio de retener la fortaleza que representaban las murallas.
Después de esto, el pueblo celebró la Fiesta de los Tabernáculos, cuando Israel tuvo que habitar en cabañas construidas con las ramas de los árboles para recordarles que eran sencillamente extranjeros y peregrinos en la tierra. A continuación está el recordatorio de las lecciones del pasado y en el capítulo 9 nos encontramos con la impresionante oración hecha por Esdras, en la que cuenta lo que Dios había hecho en la vida de este pueblo. Es siempre bueno que nos paremos a meditar en lo que Dios nos ha enseñado en el pasado y es una manera segura de conservar la fortaleza que Dios nos da. Después de esta oración, el pueblo firmó un pacto y acordaron hacer lo que les exigía la ley. Hicieron un pacto, disponiéndose a dar el paso de obediencia. Puedo decirles, basándome también en mi propia experiencia, que usted no podrá nunca conservar la fortaleza que Dios le da hasta que no esté usted dispuesto a obedecerle en lo que él le diga. Es preciso que le obedezca cuando le oiga y sepa usted lo que él quiere.
En el capítulo once está el reconocimiento de los dones entre el pueblo. Están los levitas, los encargados de vigilar las puertas, los cantores y otros diversos ministerios que se llevaban a cabo en el templo. De manera semejante, se nos dice en el Nuevo Testamento que descubramos los dones que nos ha concedido el Espíritu y que los pongamos por obra. "...aviva el don de Dios que está en ti le escribió Pablo a Timoteo (2ª Tim. 1:6) Si quiere usted conservar su fuerza, comience a usar lo que Dios le ha dado.
El capítulo 12 relata la dedicación de las murallas, la reunión del pueblo que marchó alrededor de ellas con instrumentos, cantando y gritando, tocando los instrumentos y regocijándose, clamando con gran gozo. No hay nada que pueda añadir más a la fuerza que tenemos en el Señor que expresar el gozo del Señor en nuestra vida.
El libro termina con una advertencia para que resistamos al mal. Podremos mantener nuestra fortaleza si adoptamos la actitud que adoptó Nehemías con respecto a Dios, que estuvo dispuesto a decir: "¡No! a las fuerzas que podían destruir lo que estaba haciendo Dios en su vida. Fíjese bien en lo que tuvo que hacer. En el capítulo 13, versículo 7, habiendo regresado a Babilonia y después a Jerusalén, dice:
"y cuando regresé a Jerusalén, comprendí el mal que había hecho Eliasib en atención a Tobias [a este hombre se le menciona por primera vez al comienzo del libro como un enemigo de los judíos], preparándole [al enemigo de Dios] una cámara en los atrios de la casa de Dios."
¡Había permitido a Tobias que se trasladase al templo! ¿Qué hizo Nehemías al respecto? Dijo:
Me puso terriblemente furioso y tiré todos los muebles de Tobias de la cámara.
Tiró los muebles de Tobias a la calle, pero eso no es todo. Se encontró con que habían engañado a los sacerdotes, por lo que restableció el dinero que les pertenecía. A continuación descubrió que por toda la ciudad la gente estaba haciendo caso omiso del sábado, trayendo mercancía y vendiéndola por las calles y en el versículo 19 dice:
"Sucedió, pues, que cuando oscurecía a las puertas de Jerusalén antes del sábado, ordené que fueran cerradas las puertas y que no las abriesen hasta después del sábado."
Les mantuvieron fuera de la ciudad, pero luego descubrió que algunos de ellos estaban esperando fuera de noche, junto a las puertas, con la esperanza que saliese alguien y de ese modo pudiesen hacer algo de negocio. ¿Qué hizo entonces? "Por lo que les amonesté diciendo: ¿Por qué permanecéis toda la noche frente al muro? ¡Si lo hacéis otra vez os echaré mano!,
Pero entonces descubrió otro problema más. El pueblo seguía casándose con las razas de alrededor, con las que les estaba prohibido hacerlo. Entonces Nehemías actuó de manera violenta. En el versículo 25 nos dice:
"Reñí con ellos, los maldije, golpeé a algunos de ellos, les arranqué los pelos [¡qué hombre! ]; y les hice jurar por Dios diciendo: ¡No daréis vuestras hijas a sus hijos, ni desposaréis sus hijas con vuestros hijos ni con vosotros!"
Pero tampoco acabó ahí la cosa. Se encontró con que uno de aquellos hombres, que era uno de sus principales enemigos, había hecho más que ningún otro para oponerse a que fuese edificada la muralla, era Sambalat el horonita. Leemos en el versículo 28:
"Uno de los hijos de Joyada, hijo del sumo sacerdote Eliasib, era yerno de Sambalat el horonita; [así que, ¿qué hizo con él?] por lo que le ahuyenté de mi."
Es posible que considere usted que Nehemías fue demasiado severo, pero en este caso, como verá, tenemos a un hombre que sabe que no se puede llegar a acuerdos con lo que está mal y que ha aprendido una de las más importantes lecciones que jamás puede enseñar el Espíritu de Dios a ninguna persona: a decir que no cuando es preciso hacerlo.
Fue precisamente sobre esta nota que el Señor Jesús comenzó su ministerio en Jerusalén. Al entrar en el templo y encontrar que estaba lleno de cambistas, que estaban profanando la casa de oración, hizo un látigo de cuerdas y les echó del templo. ¡No hay nada de moderado en esa actitud! Aquí tenemos a un hombre que se sentía muy furioso, que echaba chispas por los ojos, pero que con todo y con eso está perfectamente justificado en lo que hace porque está diciendo muy claramente que no a lo que profana el templo de Dios. Aquellos que han llevado la marca de Dios a lo largo de toda la historia de la iglesia han sido los que han aprendido a decir que no y lo han dicho en el momento oportuno. Leemos relatos de personas que han hecho pactos, como Martin Lutero, John y Charles Wesley, aquellos que han adoptado una postura contra el mal cometido por el mundo, y han sido siempre hombres y mujeres que han aprendido a decir que no y que han luchado en contra de todo cuanto profana el templo de Dios.
Así es cómo también nosotros mantenemos la fortaleza en nuestra vida. Al llegar al final de este libro, vemos que las murallas de Jerusalén se yerguen de nuevo y el testimonio de Dios queda nuevamente establecido en esta ciudad.
Oración
Padre nuestro, te damos gracias por permitirnos leer una vez más tu palabra, por poder encontrarnos con la verdad que afecta a nuestras vidas. Te pedimos que también nosotros podamos aprender, como lo hizo Nehemías, a ser disciplinados, valientes, confiados en ti, y a que estemos dispuestos a decir que no, a ser absolutamente implacables en contra de las fuerzas que minarían y debilitarían la vitalidad de nuestras vidas en ti. En el nombre de Cristo, amen.

PROMESAS DE JESUCRISTO


Porque de tal manera amo Dios al mundo [a usted], que dió a su único hijo, para que todo aquel que en el cree, no se pierda mas tenga vida eterna." y el verso 17 dice: "porque no envió Dios a su hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo fuese salvo por El."
Otros versos biblicos que nos dan promesa de Vida Eterna:
"Mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será una fuente de agua que salte para vida eterna."(Juan 4:14)
"De Cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida." (Juan 5:24)
"Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquel que ve al hijo y cree en él, tenga vida eterna, y yo lo resucitaré en el dia postrero." (Juan 6:40)
"De cierto, de cierto os digo: El que cree en mi, tiene vida eterna."(Juan 6:47)
Promesas para tus seres amados inconversos:Lc 5:32 No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimientoLc 19:10 Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.Jn 3:3 Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.Jn 3:17 Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.Hch 11:14 él te hablará palabras por las cuales serás salvo tu, y toda tu casa.Hch 16:31 Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa.Ro 5:8 Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.1 Co 7:13-16 Y si una mujer tiene marido que no sea creyente, y él consiente en vivir con ella, no lo abandone. Porque el marido incrédulo es santificado en la mujer, y la mujer incrédula en el marido; pues de otra manera vuestros hijos serían inmundos, mientras que ahora son santos. Pero si el incrédulo se separa, sepárese; pues no está el hermano o la hermana sujeto a servidumbre en semejante caso, sino que a paz nos llamo Dios. Porque ¿qué sabes tú, oh mujer, si quizá harás salvo a tu marido? ¿O qué sabes tú, oh marido, si quizá harás salva a tu mujer?1 P 3:1-2 Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos; para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas, considerando vuestra conducta casta y respetuosa.2 P 3:9 El señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.
Promesas para tus hijos:Sal 8:2 De la boca de los niños y de los que maman, fundaste la fortaleza, A causa de tus enemigos, Para hacer callar al enemigo y al vengativo.Sal 91:11-12 Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden en todos tus caminos. En las manos te llevarán, para que tu pie no tropiece en piedra.Sal 127:3-5 He aquí, herencia de Jehová son los hijos; Cosa de estima el fruto del vientre. Como saetas en mano del valiente, así son los hijos habidos en la juventud. Bienaventurado el hombre que llenó su aljaba de ellos; No será avergonzado cuando hablare con los enemigos en la puerta.Pr 3:4 Y hallarás gracia y buena opinión ante los ojos de Dios y de los hombres.Pr 22:6 Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.Is 44:3 Porque yo derramaré aguas sobre el sequedal, y ríos sobre la tierra árida; mi Espíritu derramaré sobre tu generación, y mi bendición sobre tus renuevos.Is 49:25 Pero así dice Jehová: Ciertamente el cautivo será rescatado del valiente, y el botín será arrebatado al tirano; y tu pleito yo lo defenderé, y yo salvaré a tus hijos.Is 54:13 Y todos tus hijos serán enseñados por Jehová; y se multiplicará la paz de tus hijos.Col 3:20 Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, porque esto agrada al Señor.2 Ti 3:15 y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús.
Promesas de prosperidad:Sal 23:1 Jehová es mi pastor; nada me faltará.Sal 34:10 Los leoncillos necesitan, y tienen hambre; Pero los que buscan a Jehová no tendrán falta de ningún bien.Sal 37:25 Joven fui, y he envejecido, y no he visto justo desamparado, ni su descendencia que mendigue pan.Mt 6:31-33 No os afanéis, pues diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.Lc 6:38 Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir.2 Co 9:6-8 Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará. Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre. Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra.Fil 4:19 Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.3 Jn 2 Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma.
Promesas para tu matrimonio:Gn 2:18 Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él.Gen 2:24 Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne.Sal 101:2 Entenderé el camino de la perfección cuando vengas a mí. En la integridad de mi corazón andaré en medio de mi casa.Pr 3:5-6 Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas.Pr 10:12 El odio despierta rencillas; Pero el amor cubrirá todas las faltas.Ro 13:10 El amor no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la ley es el amor.1 Co 13:4-8 El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará.Ef 4:31-32 Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.Ef 5:21-33 Someteos unos a otros en el temor de Dios. Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor; porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador. Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo. Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha. Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama. Porque nadie aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como también Cristo a la iglesia, porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos. Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne.1 P 3:1-11 Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos, para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas, considerando vuestra conducta casta y respetuosa. Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos, sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios. Porque así también se ataviaban en otro tiempo aquellas santas mujeres que esperaban en Dios, estando sujetas a sus maridos; como Sara obedecía a Abraham, llamándole señor; de la cual vosotras habéis venido a ser hijas, si hacéis el bien, sin temer ninguna amenaza. Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo. Finalmente, sed todos de un mismo sentir, compasivos, amándoos fraternalmente, misericordiosos, amigables; no devolviendo mal por mal, ni maldición por maldición, sino por el contrario, bendiciendo, sabiendo que fuisteis llamados para que heredaseis bendición. Porque: El que quiere amar la vida y ver días buenos, refrene su lengua de mal, y sus labios no hablen engaño; apártese del mal, y haga el bien; busque la paz, y sígala.1 Jn 4:15-21 Todo aquel que confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, y él en Dios. Y nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros. Dios es amor; y el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él. En esto se ha perfeccionado el amor en nosotros, para que tengamos confianza en el día del juicio; pues como él es, así somos nosotros en este mundo. En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor. Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero. Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quién ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto? Y nosotros tenemos este mandamiento de él: El que ama a Dios, ame también a su hermano.
Promesas para sanidad:Ex 15:26 Y dijo: Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te enviaré a ti; porque yo soy Jehová tu sanador.Sal 103:3 El que perdona todas tus iniquidades, El que sana todas tus dolencias.Sal 107:20 Envió su palabra, y los sanó, y los libró de su ruina.Pr 4:20-22 Hijo mío, está atento a mis palabras; inclina tu oído a mis razones. No se aparten de tus ojos; guárdalas en medio de tu corazón; porque son vida a los que las hallan, y medicina a todo su cuerpo.Is 53:5 Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.Jer 17:14 Sáname, oh Jehová, y seré sano; sálvame, y seré salvo; porque tú eres mi alabanza.Jer 30:17 Mas yo haré venir sanidad para ti, y sanaré tus heridas, dice Jehová; porque desechada te llamaron, diciendo: Esta es Sion, de la que nadie se acuerda.Mal 4:2 Mas a vosotros los que teméis mi nombre, nacerá el Sol de justicia, y en sus alas traerá salvación; y saldréis, y saltaréis como becerros de la manada.Mt 8:8 Respondió el centurión y dijo: Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; solamente di la palabra, y mi criado sanará.Mt 9:35 Recorría Jesús todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia del pueblo.Mr 16:15-18 Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado. Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán.Lc 6:19 Y toda la gente procuraba tocarle, porque poder salía de él y sanaba a todos.Stg 5:14-16 ¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor.3 Jn 2 Misericordia y paz y amor os sean multiplicados.
Promesas para la paz interior:Sal 37:11 Pero los mansos heredarán la tierra, y se recrearán con abundancia de paz.Sal 119:165 Mucha paz tienen los que aman tu ley, y no hay para ellos tropiezo.Is 26:3 Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado.Is 26:12 Jehová, tu nos darás paz, porque también hiciste en nosotros todas nuestras obras.Is 55:12 Porque con alegría saldréis, y con paz seréis vueltos; los monte y los collados levantarán canción delante de vosotros, y todos los árboles del campo darán palmadas de aplauso.Jn 14:27 La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.Ro 5:1 Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo.Ro 8:6 Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz.Ro 14:17-19 Porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo. Porque el que en esto sirve a Cristo, agrada a Dios, y es aprobado por los hombres. Así que, sigamos lo que contribuye a la paz y a la mutua edificación.Ro 15:13 Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo.Fil 4:6-7 Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.
Jn 14:2) "En la casa de mi Padre muchas moradas hay voy pues a preparar lugar para vosotros".
(Jn 14:3) "Vendré otra vez y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy vosotros también estéis".
(Jn 14:12) "El que cree en mí las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará".
(Jn 14:13) "Todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre lo haré".
(Jn 14:16) "Yo rogaré al Padre y os dará otro consolador, para que esté con vosotros para siempre, el Espíritu de verdad".
(Jn 14:18) "No os dejaré huérfanos, vendré a vosotros".

CITAS SOBRE LA SANTIDAD.

SANTIDAD (Documento Católico)

Citas de la Sagrada Escritura
1. [.. .] quien ha empezado en vosotros la buena obra, la llevará a cabo hasta el día de la venida de Nuestro Señor Jesucristo. Flp 1, 6.
2. [...] Mas Dios, dador de toda la gracia, que nos llamó a su eterna gloria, El mismo os perfeccionará, fortificará y os consolidará. l Pdr 5, 10.
3. Llegado en poco tiempo a la perfección, vivió una larga vida. Sub4, 13.
4. Anda en mi presencia y sé perfecto. Gen 17, 1.
5. Sed pues, perfectos, como perfecto es vuestro Padre celestial. Mt 5, 48.
6. En el amor no hay temor, pues el amor perfecto desecha el temor; porque el temor supone castigo, y el que teme no es perfecto en el amor. 1 Jn 4, 18.
7. Yo he venido para que tengan vida, y la tengan abundante. Jn 10, 10.
8. Pero el que guarda su palabra, en ése la caridad de Dios es verdaderamente perfecta. En esto conocemos que estamos en El. 1 Jn 2, 5.
9. Sí quieres ser perfecto, ve, vende cuanto tienes dalo a los pobres, y tendrás un tesoro en los cielos, y ven y sígueme. Mt 19, 21.
10. Sed santos para mí, porque yo, Yavé, soy santo, y os he separado de las gentes para que seáis míos. Lev 20, 26.
11. Por cuanto que en El nos eligió antes de la constitución del mundo para que fuésemos santos e inmaculados ante El en caridad. Ef 1, 4.

SELECCIÓN DE TEXTOS
Todos los fieles, cada uno en su propio camino, son llamados a la santidad
4804 En mis charlas con gentes de tantos paises y de los ambientes sociales más diversos, con frecuencia me preguntan: ¿Y qué nos dice a los casados? ¿Qué, a los que trabajamos en el campo? ¿Qué, a las viudas? ¿Qué, a los jóvenes? Respondo sistemáticamente que tengo un solo puchero. Y suelo puntualizar que Jesucristo Señor Nuestro predicó la buena nueva para todos, sin distinción alguna. Un solo puchero y un solo alimento: mi comida es hacer la voluntad del que me ha enviado, y dar cumplimiento a su obra (Jn 4, 34). A cada uno llama a la santidad, de cada uno pide amor: jóvenes y ancianos, solteros y casados, sanos y enfermos, cultos e ignorantes, trabajen donde trabajen, estén donde estén. (J. ESCRIVÁ DE BALAGUER, Amigos de Dios, 294).
4805 Nuestro fin debe ser nuestra perfección; nuestra perfección es Cristo. (S. AGUSTIN, Coment. sobre el Salmo 69).
4806 El estilo de la vida espiritual propia de los laicos debe recabar su nota característica del estado de matrimonio y de familia, de soltería o de viudez, de la situación de enfermedad, de la actividad profesional y social. No deje, por tanto, de cultivar con asiduidad las cualidades y dotes que, adecuadas a tales situaciones, les han sido dadas, y hagan uso de los dones personales recibidos del Espíritu Santo. (CONC. VAT. II, Decret. Apostolicam actuositatem, 4).
4807 Todos estamos llamados a la santidad; para todos hay las gracias necesarias y suficientes; nadie está excluido [...].
La tentación más engañosa y que se repite siempre, es la de querer cambiar la sociedad, cambiando solamente las estructuras externas; querer hacer feliz al hombre en la tierra, satisfaciendo únicamente sus necesidades y sus deseos.(JUAN PABLO II, Hom. 26-X-1980).
4808 La devoción debe ser practicada de una forma por el caballero y de otra por el artesano; por el criado y por el príncipe; por la viuda y por la soltera; por la doncella y por la casada; hay que relacionar su práctica con las fuerzas, las ocupaciones y los deberes de cada estado. Yo te ruego que me respondas [...]: ¿Sería justo que el obispo observase una vida de soledad semejante a la del monje cartujo? Y si los casados no quisieran poseer nada como los capuchinos, y el artesano pretendiese estar todo el día en el templo como los religiosos; y el religioso, entregado a toda suerte de relaciones para servir al prójimo, como el obispo, ¿no sería todo ello devoción ridícula, desordenada e intolerable? [...]. No [...], la devoción nada perjudica cuando es verdadera; al contrario, todo lo perfecciona; y cuando se pronuncia contra la vocación de alguno hay que considerarla como falsa. (S. FRANCISCO DE SALEs, Introd. a la vida devota, 1, 3, 19-20).
4809 La llamada a la santidad y la consiguiente exigencia de santificación personal, es universal: todos, sacerdotes y laicos, estamos llamados a la santidad; y todos hemos recibido, con el Bautismo, las primicias de esa vida espiritual que, por su misma naturaleza, tiende a la plenitud. (A. DEL PORTILLO, Escritos sobre el sacerdocio, p. 111).
4810 Quedan, pues, invitados y aun obligados todos los fieles cristianos a buscar insistentemente la santidad y la perfección dentro del propio estado. Estén todos atentos a encauzar rectamente sus afectos, no sea que el uso de las cosas del mundo y un apego a las riquezas contrario al espíritu de pobreza evangélica les impida la prosecución de la caridad perfecta. Acordándose de la advertencia del Apóstol: Los que usan de este mundo no se detengan en eso, porque los atractivos de este mundo pasan (cfr. 1 Cor 7, 31). (CONC. VAT. II, Const. Lumen gentium, 42).
4811 Tienes obligación de santificarte. -Tú también. -¿Quién piensa que ésta es labor exclusiva de sacerdotes y religiosos? A todos, sin excepción, dijo el Señor: «Sed perfectos, como mi Padre Celestial es perfecto». (J. ESCRIvÁ DE BALAGUER, Camino, n. 291).
4812 Lo han imitado los santos mártires hasta el derramamiento de su sangre, hasta la semejanza con su pasión; lo han imitado los mártires, pero no sólo ellos. El puente no se ha derrumbado después de haber pasado ellos; la fuente no se ha secado después de haber bebido ellos.
Tenedlo presente, hermanos: en el huerto del Señor no sólo hay las rocas de los mártires, sino también los lirios de las vírgenes y las yedras de los casados, así como las violetas de las viudas. Ningún hombre, cualquiera que sea su género de vida, ha de desestimar su vocación: Cristo ha sufrido por todos Con toda verdad está escrito de él: Nuestro Salvador quiere que todos los hombres se salven y lleguen al pleno conocimiento de la verdad. (S. AGUSTIN, Sermón 304).
4813 Todos los fieles cristianos, de cualquier condición y estado, fortalecidos con tantos y tan poderosos medios de salvación, son llamados por el Señor, cada uno por su camino, a la perfección de aquella santidad con la que es perfecto el mismo Padre. (CoNc. VAT. II, (Const. Lumen gentium, 11).
4814¿Qué es la santidad? Es precisamente la alegría de hacer la Voluntad de Dios. (JUAN PABLO II, Hom. 18-1-1981).
Santidad en las tareas de cada dia
4815 No hay situación terrena, por pequeña y corriente que parezca, que no pueda ser ocasión de un encuentro con Cristo y etapa de nuestro caminar hacia el Reino de los cielos.(J. ESCRIVÁ DE BALAGUER, Es Cristo que pasa, 22).
4816 Una mujer ocupada en la cocina o en coser una tela puede siempre levantar su pensamiento al cielo e invocar al Señor con fervor. Uno que va al mercado o viaja solo, puede fácilmente rezar con atención. Otro que está en su bodega, ocupado en coser los pellejos de vino, está libre para levantar su ánimo al Maestro. El servidor, si no puede llegarse a la iglesia porque ha ido de compras al mercado o está en otras ocupaciones o en la cocina, puede siempre rezar con atención y con ardor. Ningún lugar es indecoroso para Dios. (S. JUAN CRISÓSTOMO, Hom. 4, sobre la Profetisa Ana).
4817 Todos los fieles cristianos, en cualquier condición de vida, de oficio o de circunstancias, y precisamente por medio de todo eso, se podrán santificar de dia en día, con tal de recibirlo todo con fe de la mano del Padre celestial. (CONC. VAT II, Const. Lumen gentium, 41>.
4818 No es posible creer en la santidad de quienes fallan en las virtudes humanas más elementales. (A. DEL PORTILLO, Escritos sobre el sacerdocio, p. 28).
4819 En esa tarea profesional vuestra, hecha cara a Dios, se pondrán en juego la fe, la esperanza y la caridad. Sus incidencias, las relaciones y problemas que trae consigo vuestra labor, alimentarán vuestra oración. El esfuerzo para sacar adelante la propia ocupación ordinaria, será ocasión de vivir esa Cruz que es esencial para el cristiano. La experiencia de vuestra debilidad, los fracasos que existen siempre en todo esfuerzo humano, os darán más realismo, más humildad, más comprensión con los demás. Los éxitos y las alegrías os invitarán a dar gracias, y a pensar que no vivís para vosotros mismos, sino para el servicio de los demás y de Dios. (J. ESCRIVÁ DE BALAGUER, Es Cristo que pasa, 49).
4820 [...] equivocaríamos el camino si nos desentendiéramos de los afanes temporales: ahí os espera también el Señor; estad ciertos de que a través de las circunstancias de la vida ordinaria, ordenadas o permitidas por la Providencia en su sabiduría infinita, los hombres hemos de acercarnos a Dios. (J. ESCRIVÁ DE BALAGUER, Amigos de Dios, 63).
4821 Son más numerosos sin comparación los acontecimientos cuyo realce social queda por ahora oculto: es la multitud inmensa de las almas que han pasado su existencia gastándose en el anonimato de la casa, de la fábrica, de la oficina; que se han consumido en la soledad orante del claustro; que se han inmolado en el martirio cotidiano de la enfermedad. Cuando todo quede manifiesto en la parusía, entonces aparecerá el papel decisivo que ellas han desempeñado, a pesar de las apariencias contrarias, en el desarrollo de la historia del mundo. Y esto será también motivo de alegría para los bienaventurados, que sacarán de ello tema de alabanza perenne al Dios tres veces Santo. (JUAN PABLO II, Hom. 11-II-1981).
Sólo Dios puede llenar el corazón humano
4822 Nos hiciste, Señor, para ti, y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti. (S. AGUSTIN, Confesiones, 1, 1).
4823¿Buscáis aquí -en este mundo- el alimento como cosa preciosa? Dios será vuestro alimento. ¿Buscáis aquí los abrazos carnales? Mi felicidad está en unirme a Dios (Sal 72, 28). ¿Buscáis aquí las riquezas? ¿Cómo no poseeréis todo, pues gozaréis de Aquel que ha hecho todo? Para quitar toda inquietud a nuestra fe he aquí, en fin, lo que el Apóstol dice de esta vida: Dios es todo en todos (1 Cor 15, 28). (S. AGUSTIN, Sermón 255, sobre el «alleluia»).
4824 (Jesucristo) tiene sed de nuestra sed. (S. GREGORIO MAGNO, Sobre el Bautismo, 40).
4825 Nuestro Salvador está siempre a disposición de los sedientos y, por su benignidad, atrae a la celebración del gran día a los que tienen sus entrañas sedientas, según aquellas palabras suyas: El que tenga sed que venga a mí y que beba. (S. ATANASIO, Carta 5).
4826 Es mejor para mi, Señor, sufrir la tribulación, con tal de que tú estés conmigo, que reinar sin ti, disfrutar sin ti, gloriarme sin ti. Es mejor para mí, Señor, abrazarme a ti en la tribulación, tenerte conmigo en el horno de fuego, que estar sin ti, aunque fuese en el mismo cielo. ¿Qué me importa el cielo sin ti?; y contigo, ¿qué me importa la tierra? (S. BERNARDO, Sermón 17).
4827 Hacia el El dirigen su mirada todos los que sienten necesidad de santificación; hacia El tiende el deseo de todos los que llevan una vida virtuosa, y su soplo es para ellos a manera de riego que los ayuda en la consecución de su fin propio y natural.
Fuente de santificación, luz de nuestra inteligencia, El es quien da, de si mismo, una especie de claridad a nuestra razón natural, para que conozca la verdad. (S. BASILIO MAGNO, Sobre el Espíritu Santo, 9).
4828 Mas ¡con qué sed se desea tener esta sed! Porque entiende el ánima su gran valor y es sed penosisima que fatiga y trae consigo la misma satisfacción con que es amada aquella sed; de manera que es una sed que no ahoga sino a las cosas terrenas, antes da hartura; de manera que cuando Dios le satisface, una de las mayores mercedes que puede hacer al alma es dejarla con la misma necesidad, y mayor queda siempre de tornar a beber esta agua. (SANTA TERESA Camino de perfección, 19, 2).
4829 Pasa aquí de algún modo como en el cielo, que los que más conocen a Dios comprenden lo infinito que les queda por conocer. Y los que menos le ven no les parece tanto lo que les queda por conocer. (S. JUAN DE LA CRUZ, Cántico espiritual, 7, 9).
4830 Es propio de los buenos no gozar en donde hay grandes convites, sino en donde brilla la bondad. (S. JUAN CRISÓSTOMO, en Catena Aurea, vol. III, p. 22).
Santidad y «cosas pequeñas»
4831 La santidad «grande» está en cumplir los «deberes pequeños» de cada instante. (J. ESCRIvÁ DE BALAGUER, Camino, n. 817).
4832 María santifica lo más menudo, lo que muchos consideran erróneamente como intrascendente y sin valor: el trabajo de cada día, los detalles de atención hacia las personas queridas, las conversaciones y las visitas con motivo de parentesco o de amistad. ¡Bendita normalidad, que puede estar llena de tanto amor de Dios! (J. ESCRIVÁ DE BALAGUER, Es Cristo que pasa, 148).
Santificación del trabajo
4833 Los que viven entregados al trabajo, con frecuencia duro, conviene que en ese mismo trabajo humano se perfeccionen, ayuden a sus conciudadanos, traten de mejorar la sociedad entera y la creación; mas aún, traten también de imitar, en su activa caridad, a Cristo, cuyas manos se ejercitaron en el trabajo, y que continúa trabajando siempre por la salvación de todos en unión con el Padre; gozosos en la esperanza, ayudándose unos a otros a llevar sus cargas y sirviéndose del trabajo cotidiano para subir a una mayor santidad, incluso apostólica. (CONC. VAT. II, Const. Lumen gentium, 41).
4834 Se trata de santificar el trabajo ordinario, de santificarse en esa tarea y de santificar a los demás con el ejercicio de la propia profesión, cada uno en su propio estado. (J. ESCRIVÁ DE BALAGUER, Es Cristo que pasa, 122).
4835 Desde ahora, pues, hermanos, cantemos, no por amenizar nuestro descanso, sino para sostener nuestros trabajos, como se canta de camino: «Canta pero camina; mantén tu trabajo cantando; no te dejes llevar de la pereza; canta y camina». ¿Qué quiere decir «camina»? Progresa, progresa en el bien [...], progresa en la verdadera fe, progresa en la santidad. Canta y camina. (S. AGUSTíN, Sermón 256).
4836 A veces, nuestras caminatas llegaban al monasterio de Las Huelgas, y en otras ocasiones nos escapábamos a la Catedral.
Me gustaba subir a una torre, para que contemplaran de cerca la crestería, un auténtico encaje de piedra, fruto de una labor paciente, costosa. En esas charlas les hacía notar que aquella maravilla no se veía desde abajo. Y, para materializar lo que con repetida frecuencia les había explicado, les comentaba: ¡esto es el trabajo de Dios, la obra de Dios!: acabar la tarea personal con perfección, con belleza, con el primor de estas delicadas blondas de piedra. (J. ESCRIVÁ DE BALAGUER, Amigos de Dios, 65).
4837 Comprendían, ante esa realidad que entraba por los ojos, que todo eso era oración, un diálogo hermoso con el Señor. Los que gastaron sus energías en esa tarea, sabía perfectamente que desde las calles de la ciudad nadie apreciaría su esfuerzo: era sólo para Dios. ¿Entiendes ahora cómo puede acercar al Señor la vocación profesional? ~ tú lo mismo que aquellos canteros, y tu trabajo será también operatio Dei, una labor humana con entrañas y perfiles divinos. (J. ESCRIVÁ DE BALAGUER, Amigos de Dios, 65).
Prontitud y alegría en nuestro trato con Dios y con los demás
4838 Toda santidad fingida está muerta; porque no obra impulsada por Dios, y más bien no debiera llamarse santidad; así como un hombre muerto no es hombre, así como los farsantes que fingen y simulan las personas de otros no son las personas que imitan. (ORIGENES, en Catena Aurea, vol. III, p. 129).
4839 Es éste un distintivo del hombre justo: que, aun en medio de sus dolores y tribulaciones, no deja de preocuparse por los demás; sufre con paciencia sus propias aflicciones, sin abandonar por ello la instrucción que prevé necesaria para los demás, obrando así como el médico magnánimo cuando está él mismo enfermo. Mientras sufre las desgarraduras de su propia herida, no deja de proveer a los otros el remedio saludable. (S. GREGORIO MAGNO, Moralia, 3).
4840 En lo que está la suma perfección, claro está que no es en regalos interiores ni en grandes arrobamientos ni visiones ni en espíritu de profecía; sino en estar nuestra voluntad tan conforme con la de Dios, que ninguna cosa entendamos que quiere, que no la queramos con toda nuestra voluntad, y tan alegremente tomemos lo sabroso como lo amargo, entendiendo que lo quiere Su Majestad. (SANTA TERESA, Fundaciones, 5, 10).
4841 Importa mucho entender que vais bien, porque en diciendo a algún caminante que va errado y que ha perdido el camino, le acaece andar de un cabo a otro, y mientras anda buscando por donde ir se cansa y gasta el tiempo y llega más tarde. (SANTA TERESA, Camino de perfección, 22, 3).
4842 La devoción viva y verdadera presupone el amor de Dios; mejor dicho, no es otra cosa que el verdadero amor de Dios [...]. La devoción no es otra cosa que una agilidad o viveza espiritual, por cuyo medio la caridad actúa en nosotros y nosotros actuamos en ella con prontitud y alegría. (S. FRANCiSCO DE SALES, Introd. a la vida devota, 1, 1).
4843 Suelen tener tedio (los principiantes) en las cosas que son más espirituales y huyen de ellas, como son aquellas que contradicen el gusto sensible [...]. Y así por esta acidia retrasan el camino de perfección. (S. JUAN DE LA CRUZ, Noche oscura, 1, 7).
4844 Si nos nos determinamos a tragar de una vez la muerte y la falta de salud, nunca haremos nada. (SANTA TERESA, Camino de perfección, 11, 4).
Con santidad personal se vencen todas las dificultades
4845 Ante cualquier dificultad, ésta es la panacea: santidad personal, entrega al Señor. (J. ESCRIvÁ DE BALAGUER, Es Cristo que pasa, 160).
4846 La cultura más amplia y más escogida [...], la actividad y el acierto en la acción, aun en los casos en que pueda producir algún bien a la Iglesia y a los individuos, faltando la santidad, acabarían por reportarle con frecuencia lamentables perjuicios. Pero aquel que tenga santidad y por la santidad se distinga, por humilde que parezca, puede emprender y llevar a buen fin obras de gran provecho para el pueblo de Dios. (S. Pío X, Exhortac. Haerent animo).
4847 El alma, cuanto más avanza en la perfección, tanto más fuerte y valerosa se vuelve en orden a soportar las penalidades que le puedan sobrevenir. (S. DOROTEO, Instrucción 7).
4848 Cuanto más alto llegue uno, tanto más tiene que sufrir en este mundo, porque debilitándose el amor de nuestra alma hacia las cosas del presente siglo, van aumentando cada vez más sus adversidades. De aquí que vemos a muchos que obran el bien, y sudan bajo el grave peso de las tribulaciones. Pero según las palabras del Señor, dan fruto por la paciencia, porque recibiendo las pruebas con humildad, son admitidos después al descanso en la gloria. De esta manera es pisoteada la uva y se licúa adquiriendo el sabor del vino; de esta manera abandona la oliva, sus heces, y su zumo se convierte en aceite puro, después de molida y prensada; de esta manera es como, por medio de la trilla, se separa en las eras el grano de la paja y es llevado limpio a los graneros. Por consiguiente, todo el que desee vencer los vicios, procure sufrir con humildad las penas de su purificación, para que se presente tanto más limpio ante el juez, cuanto más le purifica ahora el fuego de la tribulación. (S. GREGORiO MAGNO, Hom. 15 sobre los Evang.).
4849 Un poquito de este puro amor [...], más provecho hace a la Iglesia, aunque parece que no hace nada, que todas las obras juntas. (S. JUAN DE LA CRUZ, Cántico espiritual, 2, 29).
Lucha ascética cada día
4850 Ya sabe que, venga lo que viniere, no ha de tornar atrás. Es como uno que está en una batalla, que sabe que si le vencen no le perdonarán la vida y que ya que no muere en la batalla ha de morir después, pelea con más determinación y quiere vender bien su vida y no teme tanto los golpes, porque lleva delante lo que le importa, la victoria, y que le va la vida en vencer. (SANTA TERESA, Camino de perfección 23, 6).
4851 Pedimos y rogamos que nosotros, que fuimos santificados en el bautismo, perseveremos en esta santificación inicial. Y esto lo pedimos cada día. Necesitamos, en efecto, de esta santificación cotidiana, ya que todos los días delinquimos, y por esto necesitamos ser purificados mediante esta continua y renovada santificación. (S. CIPRIANO, Trat. sobre la oración, 11-12).
4852 Juntos andemos, Señor; por donde fuéredes tengo que ir; por donde pasáredes tengo de pasar. (SANTA TERESA, Camino de perfección, 26, 6).
4853 Todos lo santos han abominado de las dignidades, las alabanzas y los honores, y, por el gran desprecio que sentían por si mismos, no deseaban sino las humillaciones y los oprobios. ¿Eres tú quizá más santo que ellos? (J. PEcci León XIII-, Práctica de la humildad, 52).
4854 Muchos hay que envejecen en la tibieza y relajación que han contraído en su adolescencia, intentando granjearse autoridad no por la madurez de su vida, sino por su edad avanzada. (CASIANO Colaciones, 2).
4855 Muchos hay en la Iglesia que se parecen a este siervo (el que escondió el talento) que, temiendo entrar en el camino de una vida mejor, no se atreven a sacudir la pereza de su cuerpo; y creyéndose pecadores tiemblan de tomar el camino de la santidad, y no se horrorizan de permanecer en sus iniquidades. (S. GREGORIO MAGNO, en Catena Aurea, vol. III, p. 232).
4856 El aprovechamiento del alma no está en pensar mucho, sino en amar mucho. (SANTA TERESA, Fundaciones, 5, 2).
El principal objetivo del hombre
4857 Este debe ser nuestro principal objetivo y el designio constante de nuestro corazón: que nuestra alma esté continuamente unida a Dios y a las cosas divinas. Todo lo que le aparte de esto, por grande que pueda parecernos, ha de tener en nosotros un lugar puramente secundario o, por mejor decir, el último de todos. Inclusive debemos considerarlo como un daño positivo. (CASIANO, Colaciones, 1).
4858 El tiempo exige de ti que anheles alcanzar a Dios con los tuyos, de la misma forma que el piloto anhela vientos favorables y el marinero sorprendido por la tempestad suspira por el puerto. (S. IGNACIO DE ANTIOQUíA, Epístola a S. Policarpo).
4859 Ahora, tornando a los que quieren ir por él y no parar hasta el fin -que es llegar a beber de esta agua de vida-, cómo han de comenzar digo que importa mucho y el todo una grande y muy determinada determinación de no parar hasta llegar a ella, venga lo que viniere, suceda lo que sucediere, trabájase lo que se trabajare, murmure quien murmurare, siquiera llegue allá, siquiera se muera en el camino, siquiera no tenga devoción para los trabajos que hay en él, siquiera se hunda el mundo. (SANTA TERESA, Camin0 de perfección, 21, 2).
4860 Las palabras del Señor nos advierten que, en medio de la multiplicidad de ocupaciones de este mundo, hay una sola cosa a la que debemos tender. Tender, porque somos toda vía peregrinos, no residentes; estamos aún en camino, no en la patria definitiva; hacia ella tiende nuestro deseo, pero no disfrutamos aún de su posesión. Sin embargo, no cejemos en nuestro esfuerzo, no dejemos de tender hacia ella, porque sólo así podremos un día llegar a término. (S. AGUSTIN, Sermón 103).

Santidad y apostolado
4861 El Señor no dice solamente: Quiero, queda limpio, sino que extendió la maño y tocó al leproso. Esto es muy digno de retener la atención. ¿Por qué, en efecto, cuando bastaba querer y hablar para limpiarlo, lo toca con su mano? Me parece que no había más razón que la de mostrar que se situaba no por debajo de la Ley, sino por encima, y que no existe nada impuro para el que es puro [...] Su mano no se hizo impura por el contacto con la lepra; al contrario, el cuerpo del leproso quedó purificado por esta santísima mano. Es que Cristo no vino únicamente para curar los cuerpos, sino para elevar las almas a la santidad [...]y enseñarnos que la única lepra temible es el pecado [...J. (S. JUAN CRISÓSTOMO, Hom. sobre S. Mateo, 25).
4862 El cristiano ha de encontrarse siempre dispuesto a santificar la sociedad desde dentro, estando plenamente en el mundo, pero no siendo del mundo, en lo que tiene -no por característica real, sino por defecto voluntario, por el pecado- de negación de Dios, de Oposición a su amable voluntad salvifica. (J. ESCRIVÁ DE BALAGUER, Es Cristo que pasa, 125).
4863 Duos ha hecho un cielo nuevo, una tierra nueva, como dice el Profeta. ¿Qué cielo? El firmamento de la fe en Cristo. ¿Qué tierra? El corazón humano, dice el Señor, que se empapa de la lluvia que cae del cielo y que produce numerosas espigas. En esta creación el sol, sin duda, es la pureza de vida; las estrellas son las virtudes; el clima, una vida limpia; el mar, la profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia; las hierbas y los brotes, la doctrina buena donde el pueblo, rebaño de Dios, va como a pastar y a pacer. (S. GREGORIO MAGNO, Hom. de Pascua).
4864 La santidad no depende del estado -soltero, casado, viudo, sacerdote-, sino de la personal correspondencia a la gracia, que a todos se nos concede, para aprender a alejar de nosotros las obras de la tinieblas y para revestirnos de las armas de la luz: de la serenidad, de la paz, del servicio sacrificado y alegre a la humanidad entera (cfr. Rom 13, 12). (J. ESCRIVÁ DE BALAGUER, Hom. Sacerdotepara la eternidad, 13-IV-1973).
4865 Las obras de misericordia son la prueba de la verdadera santidad. (SANTO TOMÁS, en Catena Aurea, vol. II, p. 15).
4866 En esto consiste la perfección de la vida cristiana: en que, hechos partícipes del nombre de Cristo por nuestro apelativo de cristianos, pongamos de manifiesto, con nuestros sentimientos, con la oración y con nuestro género de vida, la virtualidad de este nombre. (S. GREGORIO DE NISA, Trat. sobre el modelo cristiano).

JESUCRISTO ES EL SEÑOR.

Jorge Himitián

Algunos hemos estado escuchando desde hace ya unos cuantos años, varias décadas, el tema del Reino de Dios.Personalmente, mis ojos fueron alumbrados en enero del año sesenta y ocho, cuando tenía apenas unos veintiseis años. Estando en mi casa, preparando el mensaje para ese domingo en la noche para la congregación donde era pastor, la luz de Dios irrumpió sobre mi tiempo de oración y de estudio de la Palabra. Parecía que me estaba volviendo loco al comprender la verdad acerca del Reino de Dios. Me preguntaba a mí mismo, ¿cómo pude yo estar tan ciego ante un tema como éste?. ¿Cómo es que habiendo nacido en un hogar evangélico, habiendo ido a la escuela dominical desde pequeño, teniendo siempre en casa el culto familiar con mis padres, cómo habiendo escuchado quizás, cientos y miles de sermones a través de los años, cómo después de haber estudiado cuatro años en un seminario evangélico, nunca había escuchado a ningún evangelista, ni a ningún maestro, ni a ningún pastor, ni predicador, hablar acerca del Reino de Dios?. No podía entender. O yo me estaba volviendo loco cuando cayó el velo de mis ojos esa tarde y comencé a quedarme maravillado ante las Escrituras, o algo muy serio estaba mal dentro de la teología evangélica tradicional, de la cual yo formaba parte.Hasta ese entonces tenía la misma mentalidad, la misma comprensión. Creo que fue simplemente la gracia de Dios que quiso empezar así. Con los más insignificantes, con los más pequeños, con los que no tienen títulos, con los niños, porque a esa edad y con apenas dos años de pastorado, me consideraba un principiante. Pero Dios irrumpió en mi corazón con Su luz, con Su verdad. Y desde aquel día en adelante, muchas cosas cambiaron en mi vida, en mi ministerio, en nuestra congregación y en cientos de congregaciones en nuestro país y en otros países también.Creo firmemente que el Reino de Dios no es un tema, sino “El” tema.Jesús esperó treinta años para empezar su ministerio y cuando al fin llegó el momento habló diciendo: “El reino de Dios se ha acercado, arrepentíos y creed en el evangelio”. Crean en esta buena noticia. Su primer mensaje fue el Reino de Dios.. Tres años habló sobre el Reino de Dios. Y cuando murió y resucitó, se apareció a sus discípulos por cuarenta días y les habló acerca del Reino de Dios. Los cuarenta últimos días, Jesús resucitado siguió hablando acerca del Reino de Dios. El “querigma” (anuncio, proclama) que Jesús predicaba era que el Reino de Dios se había acercado a los hombres. Obviamente, se había acercado en la persona del Hijo. Así que el tema de la predicación, de Jesús fue el Evangelio del Reino de Dios.Mateo, para no usar la expresión “Dios”, ya que escribió su Evangelio para los judíos, y para los judíos había que tratar de evitar la repetición del nombre de Dios, por ese mandamiento, el tercero, que dice, “no tomarás en vano el nombre de Dios”, Por las dudas, los judíos trataban de usar sinónimos. Por eso Mateo, respetando la sensibilidad de los judíos, cuando escribe su Evangelio, en vez de decir, el Reino de Dios, pone, el Reino de los Cielos. Y otra vez, se dice sencillamente, el Reino.Muchos, lamentablemente, lo confunden con el cielo. El Reino de los Cielos no es el cielo. El Reino de los Cielos, es el Reino de Dios. Es el reinar de Dios, es el reinar de los Cielos, donde está Dios. Pero el Reino, no es el cielo. Significa que hay alguien que está en el trono, que es un Rey. Y El ahora, acerca otra vez a los hombres, la oportunidad de entrar bajo el gobierno, bajo el reinado de Dios. Así que, Reino de los Cielos y Reino de Dios, son sinónimos.

TEOLOGÍA DE LA EXPIACIÓN Y CALVINISMO.

Teología de la Expiación
LA NECESIDAD DE LA EXPIACIÓN
(E. J. Thomas)
Todas las citas bíblicas se encierran entre comillas dobles ("") y estas han sido tomadas de la Versión Reina-Valera Revisada en 1960 excepto en los lugares en que, además de las comillas dobles (""), se indican otras versiones, tales como: Versión Moderna, traducción de 1893 de H.B.Pratt, Revisión 1929 (Publicada por Ediciones Bíblicas - 1166 PERROY, Suiza) Versión Reina-Valera Antigua (RVA) LBLA (La Biblia de las Américas, Copyright 1986, 1995, 1997 by The Lockman Foundation, Usada con permiso)

La necesidad de la Expiación
Mientras la Biblia está sembrada con expresiones del amor y la gracia de Dios, es un error suponer que alguna vez, por un instante, o en el menor de los grados, Él renuncie a Su Justicia, santidad, o majestad. Sería una imperfección en su divino carácter, si uno de sus atributos o cualidades fuere ejercido a expensas de otro. Hay mucho malentendido acerca de esto. Algunos parecen pensar que para perdonar el pecado, Dios simplemente tiene que pronunciar un decreto, dar un mandamiento, y todo está hecho. Eso, ellos suponen, es todo lo que se requiere. Pero si eso fuese así, ¿en qué clase de condición quedaría el universo? Si el perdón de las transgresiones fuese un simple asunto de emoción en la mente de Dios, ¿dónde estaría la seguridad de la ley? No existiría. Dios no podría mantener más Su trono. Si alguna vez se hiciese público en el universo, que la infracción de las leyes divinas no tuvo consecuencias, y que esto daría por cerrado el tema, el resultado sería un caos moral: no habría ninguna estabilidad moral en el universo.

Pero lo opuesto de esto es la verdad. A causa de que Dios es justo, Él no puede tratar con el pecado de esta forma tan liviana y fácil. Acaso Cristo no dijo:-"hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido." (Mateo 5:18). "De toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio." (Mateo 12:36).

Luego, esto es una cosa muy solemne. Es solemne acordarse de que ni un solo pecado, de cualquier criatura mortal, nunca puede acontecer sin recibir su debida recompensa de castigo. La justicia exige esto. Si Dios no mantiene Sus leyes invioladas así, Él deja de ser justo; Él ya no puede gobernar más en medio de Sus criaturas; Sus criaturas conocerían que Sus leyes no significaban lo que decían, y esas leyes serían tratadas con desprecio; o, haciéndolas cumplir algunas veces, cuando Él escoge, y otras veces no, Él sería un tirano arbitrario y poco razonable. Al ser Dios así, poco razonable y variable, Sus propias criaturas Le faltarían el respeto, y el universo estaría en desorden.

Pero alguien dirá, ¿Cómo es, entonces, que el perdón libre es proclamado en el evangelio? ¡Ah! eso es lo que la cruz explica. Hablando humanamente, Dios tuvo que enfrentarse con esta dificultad; Él amaba al pecador pero, ¡no podía hacer absolutamente nada con sus pecados! Aquí estaba el dilema; y el camino de salida se encontró en el don de Su Hijo, al hacerse carne, y en humana naturaleza, de hecho al llevar, sufrir y experimentar el castigo debido a todos mis pecados. Hay dos notables expresiones usadas para darnos a entender lo que la naturaleza de Dios es: "Dios es amor" (1 Juan 4:8), pero también -"Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él." (1 Juan 1:5). La luz en Su naturaleza demanda que toda tiniebla y pecado deban ser desterrados lejos de Su presencia. Nadie con una mancha de pecado puede acercarse a Él. De hecho, con una mancha de pecado sobre nosotros, no desearíamos hacerlo; nuestro deseo sería huir lejos, lejos de esa luz que nosotros no podríamos soportar.

Con todo, Su corazón de amor anhelaba tener al pecador en Su propio hogar. Y Él encontró, y proporcionó, un modo por el cual esto podía ser llevado a cabo, y que es este -"Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios." (1 Pedro 3:18). Pero para entender esto, nosotros debemos entender algo de la persona de Cristo. Si Él hubiese sido solamente hombre, por mucho que haya sido justo y perfecto, Su muerte no habría sido un sacrificio adecuado para los pecados de millones de seres humanos. Si un ángel - el más alto - el arcángel - pudiese haberse ofrecido él mismo - su vida no era suya propia para darla; pero de haberla dado, habría sido totalmente insuficiente. Además, como Gobernador del universo, Dios no podía llegar a acuerdos con Sus criaturas por infracciones de Sus leyes. Sus leyes no estarían, entonces, salvaguardadas de ser quebrantadas de nuevo; ya que estarían abiertas a que otra persona, en un tiempo futuro, tomase el riesgo de quebrantar la ley, sabiendo que él o algún otro por él, podría ofrecer aquello que satisfaría al Todopoderoso por su crimen. Así, parece estar claro que Dios no podía aceptar nada de Sus criaturas en satisfacción por la rebelión.

Entonces, ¿qué se debía hacer? ¿Podía Dios dejar el pecado sin castigo, y así tener Su carácter empañado, como Uno que puede ser complaciente con el mal? ¡No! no obstante lo que suceda, Dios debe mantener Su propia gloria intachable. Pero el amor que podía amar a pecadores indignos encontró un camino de salida para la salvación de ellos. Lo que la criatura no pudo hacer, Dios mismo lo ha hecho. El Padre dio al Hijo, y el Hijo, en amor y compasión, asumió la tarea. Él se hizo carne, para ofrecer, en la naturaleza de hombre, lo que la ofendida Majestad del cielo podía aceptar. Y esto no fue una fantasía. Él experimentó la ira de Dios debido al pecado. Él mismo llevó nuestros pecados en Su propio cuerpo en el madero. ¡Miren al jardín de Getsemaní! Él pide, implora, que si fuese posible, la copa que incluso Él anticipaba con tanto sufrimiento, pasara de Él. Él no estaba aún bebiendo la copa, la copa de la temible ira de Dios contra el pecado, sino la simple anticipación Le hizo sudar como grandes gotas de sangre cayendo hasta la tierra. No fueron los sufrimientos humanos los que hicieron propiciación por el pecado; ni el látigo, o los clavos, o el escarnio; estos fueron sufrimientos de parte del hombre por la justicia. Más que esos, muchos más que esos Él sufrió en la cruz de parte de Dios por el pecado, "a aquel que no conoció pecado, le hizo pecado, a causa de nosotros, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él." (2 Corintios 5:21 - Versión Moderna). Ninguna criatura podría haber soportado la ira de Dios contra el pecado; pero Él, siendo Dios, así como hombre, pudo hacerlo; y la gloria de Su persona le dio al sacrificio un valor que no sólo fue profundo, sino infinito.

Luego, si alguna vez pudiese haber sido posible para Dios renunciar a un ápice de Su justicia, habría sido hecho, entonces, a petición de Su propio Hijo amado. Pero eso sería imposible. Pronto ustedes verían al sol caer del centro de nuestro sistema, y todos quedaríamos en tinieblas y confusión. Sería más fácil abandonar la ley de gravedad, que Dios se desviase ni una hebra de Su justicia. Escuchen la súplica agonizante en Getsemaní - "¡Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa! mas no como yo quiero, sino como tú." (Mateo 26:39 - Versión Moderna). Y Él "se fue de nuevo, por segunda vez, y oró diciendo: ¡Padre mío, si esta copa no puede pasar, sin que yo la beba, hágase tu voluntad!" (versículo 44 - Versión Moderna). "Y dejándolos de nuevo, se fue, y oró por tercera vez, diciendo otra vez las mismas palabras." (versículo 44 - Versión Moderna). Entonces Él se levanta, y pasa con tranquilidad y dignidad incomparable a través de todos los horrores de esa hora; las laceraciones del látigo Romano, a causa de las cuales, algunas veces el criminal moría; la escarnecedora corona de espinas, la obscenidad de los soldados, los esputos sobre Él, los golpes en el rostro, la forma burlona en que hincaron la rodilla delante de Él, los interrogatorios delante de Pilatos, a quién Él dice tranquilamente:- "No tendrías potestad alguna contra mí, si no te hubiera sido dada de arriba." (Juan 19:11 - Versión Moderna).

¡Cuán majestuosamente humilde se yergue Su figura a través de estas escenas! Y, con todo, esto era solamente preliminar - sólo el vestíbulo del sufrimiento por el pecado en que Él debe entrar aún. Porque esto no fue sufrir por el pecado: esto era sufrir de parte de los hombres por la justicia. Fue solamente sobre la cruz que Él llevó nuestros pecados; e incluso entonces, no fue el hecho de haber sido clavado, o la sed - estas eran aflicciones humanas. Más allá y sobre todo esto, Jehová cargó en Él el pecado de todos nosotros. La mente humana más grande nunca puede concebir a lo que Él tuvo que someterse, a experimentar y soportar la ira de Dios contra el pecado. Esto es lo que arrancó de Él el clamor: "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?" La cruz de Cristo mantiene vigente el testimonio eterno de que no se puede prescindir de la justicia de Dios, ni puede ser abatida.

Por consiguiente, si Dios y el pecador se encuentran una vez en juicio, no puede haber sino un resultado - condenación; y si la culpa es inamovible, salvo por medio de la sangre de Cristo, se infiere que el castigo y la proscripción deben ser eternos.

Pero aparte de ser el testimonio de la justicia divina y eternal, la cruz de Cristo es también el testimonio del amor insondable de Dios. Ya que, ¿por qué se permitió que Cristo fuese crucificado? No por algún pecado Suyo propio, ya que Él no tenía ninguno. Pero lo que contemplamos allí, es al único Hombre justo que jamás haya vivido, sufriendo por el pecado sobre la cruz: el único Hombre justo, ¡abandonado por el Dios siempre justo! Sabemos bien la solución de la incógnita: - "Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados." (Isaías 53:5). ¡Oh! ¡qué amor hubo en Él para pasar a través de todo esto, para proporcionar una vía de escape para pecadores indignos y desagradecidos! Y qué amor en Dios para dar a Su Hijo, - "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna." (Juan 3:16).

La justicia de Dios es un hecho solemne. El superficial sistema de pensamiento llamado Nueva Teología no tiene medios para satisfacerla; pero Getsemaní y el Calvario son las advertencias públicas de Dios a la humanidad, de que las demandas de Su justicia deben ser satisfechas. Si de alguna forma se hubiese podido escapar de ellas, o pudiesen haber sido burladas, el Hijo de Dios no habría sido enviado nunca aquí abajo a nuestro mundo. Pero en el Calvario Él satisfizo, para el creyente, cada demanda que la justicia tenía contra él, y la sangre de Jesucristo, el Hijo de Dios, nos limpia (a los creyentes) de todo pecado. Son tres veces felices aquellos que están al abrigo de esa sangre; terrorífico será el despertar de aquellos que son tan necios como para pensar que ellos pueden evadirse o burlarse de las demandas de la justicia divina.

E. J. Thomas
Traducido por: B.R.C.O. - 13.05.2005.-
Título original en Inglés: "THE NECESSITY OF THE ATONEMENT"
by E. J. Thomas
Publicado en inglés en "THE BIBLE TREASURY"
Vol. 174 New Series, Junio 1910





CALVINISMO
Es un sistema de interpretación cristiana concerniente a la salvación formulado por el teólogo protestante Juan Calvino (1509-1564). Subraya la predestinación y la salvación. Los cinco puntos característicos del calvinismo fueron desarrollados en respuesta a la doctrina de Arminio.

El calvinismo enseña:
1) La depravación total: el hombre está afectado por el pecado en todo su ser, cuerpo, alma, mente y emociones;
2) La elección incondicional: El favor de Dios hacia el hombre se debe por completo a la libre elección divina y nada tiene que ver con nada que el hombre haga. Es completamente inmerecido y no se basa en nada bueno que Dios vea en el hombre;
3) La expiación limitada: Cristo no llevó los pecados de cada hombre que jamás haya vivido, sino sólo los de aquellos que fueron elegidos para salvación (Juan 10:11,15);
4) La gracia irresistible : El llamado que Dios hace a alguien para su salvación no puede ser resistido;
5) La perseverancia de los santos: No es posible que alguien salvado una vez pierda su salvación. Los cinco puntos pueden recordarse con más facilidad por el crónimo TILIP (depravación Total, elección Incondicional, expiación Limitada, gracia Irresistible, Perseverancia de los santos).


EXPIACIÓN
Es la cancelación del pecado. La expiación y la propiciación son similares, pero la expiación carece de la connotación de tratar con la ira de Dios, de aplacarla a través de un sacrificio. En general, la propiciación es más amplia: cancela el pecado y aplaca la justa ira de Dios. La expiación es solamente la cancelación del pecado. Jesús fue nuestra propiciación (1 Juan 2:2; 4:10 - "propiciación" en Reina-Valera y Biblia de las Américas; "sacrificio por nuestros pecados" en la Nueva Versión Internacional) .

MINISTERIO DE APOLOGEMINISTERIO DE APOLOGETICA E INVESTIGACION CRISTIANA
WWW.CARM.ORG/ESPANOL/INDEX.HTM
Diccionario Teológico; http://www.carm.org/espanol/dicionario.htm