lunes, 28 de junio de 2010

EL FENÓMENO SOCIAL DE LAS PANDILLAS Y DEL NEOTRIBALISMO URBANO.

Dr. Humberto Lagos Schuffeneger
(2008)

I - Definiciones introductorias:

- Pandillas: Grupos minoritarios, herméticos, cerrados sobre sí mismos, con una identidad primaria provista de una ideología simple, dirigidos por líderes con ciertos carismas que conducen al grupo con mando autoritario-dictatorial; adhesión es fanática; expresan agresividad y violencia.

- Tribus Urbanas: son caracterizadas como una forma de “neotribalismo emergente”, con una tipología integrada por: comunidades emocionales; “energía subterránea” que exige otros canales de expresión (ejs.: espacios festivos, recitales); nuevas formas de sociabilidad (ejs. códigos estéticos, rituales, lugares propios); interacción fuerte pero no continua; oponer a fragmentación y dispersión de “lo global” la necesidad de espacios y momentos compartidos. Las Tribus Urbanas pertenecen al género sociológico de las Pandillas.

- Este fenómeno de minorías emerge, con mayor o menor radicalidad, condicionado por situaciones sociales que “marcan” los espacios juveniles. En general, las ideologías fundantes de la estructuración de “pandillas” y “neotribalismos” son primarias, y las motivaciones de pertenencia adscriben a cuestiones emocionales que se relacionan, comúnmente, con carencias afectivas de quienes las integran.

- La motivación de estos “estilos de vida”, también marcados por una estética identificatoria, puede tener diversos orígenes; pero es claro que: pobreza, marginalidad, modelos delictivos, modelos de imitación, relativización del valor de la vida humana y de los espacios de justicia, hacen parte, entre otros, de las decisiones que originan la formación de pandillas y/o tribus urbanas, entidades que no sólo son refractarias a la sociedad genérica, sino que invocan drásticas conductas de odiosidad entre ellas mismas.

- Las pandillas más radicalizadas, tienen estructuras de mando con sesgos autoritario-dictatoriales. La pertenencia al grupo de este perfil sociológico “pandillero”, se relaciona con fanatismos acríticos e incondicionales. Las relaciones “sociales amistosas” sólo se producen con “pares” (con la misma familia pandillera); y las de disociación, con otros grupos del perfil que se analiza, o contra personas victimadas en encuentros casuales, en los que buscan certezas de no resistencia para agredir con violencia salvaje y compleja.

- El ingreso al grupo pandillero, no lo decide el postulante. Llegar a ser miembro implica, previamente, cumplir rituales exitosos de “aceptación” por el liderazgo, los que regularmente, se relacionan con conductas violentas y agresivas. El tipo de rituales de ingreso al ente pandillero específico, tiene peculiaridades propias en cada pandilla.

- Cuando estos grupos pandilleros se instalan, vía procesos de “imitación”, en las diversas sociedades, facilita su entronización la preexistencia de “simpatías de acogida” por parte de segmentos sociales que tienen interés en adscribir, inicialmente, al modelo “admirado”, que llega. Lo corriente es que el contacto del “modelo externo” con grupos locales, provoque procesos de recontextualización, de adaptación, de sus prácticas, dado que las sociedades de acogida presentan condiciones contextuales diferentes a aquellas en que se originó el modelo “imitado”.


II – El fenómeno pandillero en Chile.

- En 1997 se detectaba, más menos, 35 pandillas en el Gran Santiago.

- Entre 1999 - 2000 se duplica presencia pandillera en la dicha urbe.

- Al año 2006, conservadoramente, puede estimarse la existencia de grupos pandilleros, para todo el país, en una cifra superior a los 300. La mayoría de ellos es ubicable en el tipo sociológico de lo que se conoce como “tribus urbanas”, y no tiene como objetivo primordial el ejercicio de violencia, autodefiniendo su “identidad” como un “estilo de vida”.

- Las Pandillas, en su gran mayoría, si bien cargan fuertes referentes de agresividad no tienen, necesariamente, prácticas violentas internas y/o externas como conductas deseables, aún cuando marcan diferencias manifiestas entre sí y podrían, ante las “provocaciones” del medio social, al que contestan, o de otras agrupaciones pandilleras, reaccionar violentamente.

- Se caracterizan por: agresividad, lógicas rupturistas con lo social “normal”, enemistad con el medio social de origen, discordia con otras pandillas, marcaje territorial de sus hábitat, códigos materiales y simbólicos de identidad y diferenciación etc.

- La adhesión juvenil al “ modelo pandillero ”, se origina en variadas situaciones personales de sus integrantes. A título de ejemplo puede mencionarse: a) búsqueda de espacios sociales de personalización; b) ruptura con el “medio natural” (ejs.: familia, colegio, barrio); c) necesidades de cariño no atendidas en el lugar natural (la familia); d) atracción por la propuesta ideológica del enclave pandillero; etc.

- El fenómeno social de las Pandillas, no tiene estructuración de origen en los ambientes chilenos. El “modelo pandillero” se ha gestado en sociedades extranjeras, y llega a nuestro país como una propuesta “atractiva” que, vía mimesis (imitación), es asumida por algunos sectores infanto-juveniles específicos.

- Las Pandillas, en tanto que entes sociales con especificidad determinada, responden típicamente al perfil de “sectas” desde una perspectiva sociológica (grupos herméticos, exclusivos y excluyentes, con liderazgos “carismásticos”, con una verdad grupal – con expresiones ideológicas y estéticas – que se vive fanáticamente por los miembros de la entidad social de hecho).

- En general las Pandillas presentan sesgos ideológicos primarios. Los factores simbólicos que dan estructura al grupo tipológico, son elementales y básicos (ejs.: “imitación” , inestabilidad emocional, carencias afectivas, fanatismo por objetivos comunes, reproducción de certezas negadas en otros ambientes de proveniencia, repersonalización, seguridad, espacios propios, “poder y respeto”, etc.).

- Las Pandillas constituyen cuerpos sociales específicos, e independientes (“únicos, exclusivos y excluyentes”), aunque puede encontrarse factores de “atracción” externos que inspiren las conductas colectivas, y que, eventualmente, pueden, también, ser motivación de diversos grupos pandilleros (ejs: fanatismo por un club de fútbol, por grupos musicales, por tipos de música; identidad con un lugar geográfico; xenofobia, etc.).

- En los casos de Pandillas que adscriben a conductas de violencia, como prácticas sociales cotidianas, destacan con nitidez los grupos neonazis conocidos como Skinheads (“cabezas rapadas”), cuyas acciones odiosas se dirigen - a partir de una primaria inspiración ideológica asentada en un “nazismo hitleriano renovado”- en contra de lo que sus “ideólogos”denominan lacras sociales, lectura a partir de la cual las acciones delictivas de violencia xenófoba son definidas como “limpiezas” y/o “barridas”. Entre los grupos pandilleros violentistas se detecta algunas organizaciones Punk, que cuando deciden acciones de violencia se “uniforman” ( casacas, bototos con incrustaciones metálicas, cadenas de mayor grosor que las de “adornos”, etc.), y asumiendo sus ataques a personas y grupos, sobre los cuales actuar sobre seguro, asumen estas conductas de violencia como “pruebas de mérito” positivamente ponderadas al interior del grupo pandillero específico.

III – Antecedentes sobre el “movimiento nazi”.

- Se detecta, hacia los primeros años de la presente década, entre 70 y 80 mil militantes “duros” en alrededor de 33 países (en su mayoría son jóvenes ligados a actividades pandilleras e ideológicas), ejs.: Alemania 5.000; Brasil 1.500; España 500.
- Se constata nazificación de la red de internet (promoción ideológica; reclutamiento de militantes; compraventa de música, ropa, símbolos y accesorios nazis, reuniones y congresos “virtuales”, etc.). Centro Judío Internacional Wiesenthal ha identificado más de 4.000 páginas Web de corte ideológico nazi, con contenidos tales como: fabricación de artefactos explosivos, listados de nombres de judíos residentes en diferentes países, listados de “enemigos” en países latinoamericanos, como Chile y otros; fuertes acentos en “rehabilitar” la imagen de Hitler y su régimen, y en la negación de las acciones homicidas de la Segunda Guerra Mundial (en especial las ligadas al Holocausto).

- Es detectable que la ideología del nazismo post-hitleriano, realiza intensas actividades prácticas para reinstalar sus propuestas en diversas sociedades del mundo. Chile no es la excepción, y lo que se constata es la diversidad de frentes en que los grupos de textura nazi están actuando (ideología, difusión, acción pandillera,etc.) para reposicionarse y, en mi opinión, llegar a una expresión política pública. Las evidencias sociales de preocupación por las actividades de esta ideología perversa, que repone en primer plano momentos históricos traumáticos, se perciben en las reacciones privadas y públicas de diversos sectores ciudadanos; entre ellos los que el nazismo victimó con iniciativas odiosas y de exterminio.

- El Parlamento chileno, en los años 2006 y 2007, ha realizado intensas actividades informativas y de preocupación por el tema pandillero neonazi y por las evidencias públicas de actividades ideológicas y prácticas del nazismo hitleriano, que ponen de manifiesto intentos de rearticulación política y social.

IV - Pandillismo neonazi en Chile.

- Utilizan manuales de instrucción interna para adiestrar, práctica e ideológicamente, a los militantes (ej. “Manual del perfecto militante”). Los instructivos son de diversos órdenes. En lo que denominan “Nómina de Acta”, ordenan, perentoriamente, a sus afiliados preparación de nuevos reclutas, exigiéndoles:

“a) Realizar chapas a seudónimos para el grupo por razones de seguridad. Esta no puede cambiar a no ser de algo muy importante; b) Preparación física propia o en grupo, trabajo de resistencia y fuerza; c) Lectura sobre N.S. (Nacional-Socialismo) e historia Skinhead; d) Preparación de nuevos reclutas, siempre y cuando sean de confianza; e) Trae r consigo siempre un destornillador o alguna ‘herramienta’ para seguridad; y otras”.

Se organizan en células conformadas por entre 3 y 7 individuos hombres. La agrupación de “células” las denominan “clanes”, y cada uno de éstos tiene sus nombres propios (ej. “Martillos del Sur”, “Raza Chilena”). Fijan fechas y lugares de reuniones, además de crear una biblioteca básica con algunos libros y manuales de instrucción, fijan lugares y momentos de entrenamiento paramilitar, crean dirección electrónica y de correo.

Inician prácticas de “pruebas de mérito” (competencias de peleas y violencia interna para adiestrarse y medir su “hombría” ); comienzan acciones de “barridas” y/o “limpiezas” contra sus objetos sociales de odio ( extranjeros, homosexuales, otras pandillas, judíos, masones, “cristianos”, etc.).

Cada célula creada es independiente y los contactos con otra(s) se realizan a través del líder del respectivo grupo, o vía códigos (lugares, internet, etc.).

Existe una conducción central ideológica y práctica de las diferentes células pandilleras neonazis. A partir de las acciones que realizan, se puede estimar que el número de células operativas en el país se ubica, al año 2007, en alrededor de treinta pandillas.

Se adiestra a militantes celulares en el reconocimiento y manejo de los diferentes códigos internos. Ejs.: códigos numéricos para marcar presencia y territorios con rayados en muros: el número 88, que se traduce como el saludo nazi “Heil Hitler” (la letra “h” es la octava del abecedario); códigos de méritos personales que se expresan en diferentes colores de cordones de las zapatillas y de los bototos clásicos, los que indican reconocer participación en acciones de “barridas” ( homicidios, golpizas a homosexuales, agresiones a otros pandilleros “enemigos”, etc.).

Entre los códigos identificantes se encuentran, a título de ejemplo: tener perros pitbulls; uso de zapatillas New Balance (“N” de Nacional Socialista); vestir sweter deportivo LONSDALE (“NSDA”:letras de Partido Nacional Socialista, en idioma alemán; voz de Hitler grabada en teléfonos celulares, etc.).

Los Skinheads, o Cabezas Rapadas neonazis, en nuestra opinión jurídica, por sus acciones delictivas celulares concatenadas podrían tipificar el delito de asociación ilícita establecido en los artículos 292 al 295 del Código Penal chileno.

En hechos de violencia delictiva protagonizados regularmente por el neonazismo criollo de los “cabezas rapadas”, se puede reconocer nítidamente ciertas características típicas: a) sus ejecutores son miembros de células pandilleras neonazis compuestas, cada una, por no menos de 3 y no más de 7 militantes; b) sus comportamientos explícitos traducen adiestramiento paramilitar y “hablan” de ejercicios de adiestramiento proveniente de instructores con formación técnica en artes marciales y en el uso de diversos tipos de armas; c) las ropas usadas constituyen “uniformes identificatorios” y gradaciones en los rangos de autoridad interna; d) las tácticas, los objetivos humanos agredidos, las horas y días de ejecución de los actos de violencia delictual, el modus operandi genérico y específico, las comunicaciones internas y otras formas identificables en los procedimientos; etc., dan cuenta de planificación y concierto previo, de estrategias en el diseño de las acciones, y de ejecución de lo ordenado por los liderazgos. En perspectiva del Derecho Penal, se estaría ante una “...asociación formada con el objeto de atentar contra el orden social, contra las buenas costumbres, contra las personas o las propiedades...”, lo que “...importa un delito que existe por el solo hecho de organizarse.” Cada célula neonazi, creada con los propósitos delictivos que se evidencian, constituiría en sí misma una asociación ilícita.

V - Datos sobre la presencia del nazismo en Chile.

El Movimiento Nacional Socialista (MNS) tiene referencias históricas desde el 5 de abril de 1932 en el territorio nacional (algunos colonos migrantes alemanes).

En 1938, el MNS apoyó, por “cercanía ideológica”, a Carlos Ibáñez del Campo en sus intentos de acceso al poder político por cualquier medio.

En décadas de los años 40 y 50 (siglo XX), hubo activa creación de grupos ideológicos nazis inspirados por Hitler y su proyecto racista.

Luego de la derrota alemana en la Segunda Guerra Mundial, prófugos nazis “buscan y encuentran refugio en Chile”.

Década de fines de los años 60’ ve emerger la svástica nazi, con algunas “reformulaciones tipológicas e ideológicas”, en el grupo político de extrema derecha “Patria y Libertad”.

En las décadas de los años 50’- 60’, se instala en Chile el enclave sectario religioso nazi “Colonia Dignidad”, bajo conducción del hitleriano Paul Schäffer, y contando con un hermético entorno protector que conjugaba apoyos ideológicos militantes y simpatizantes, expresados en sectores políticos, económicos, religiosos, etc.

Desde antes del golpe de estado de 1973, se conjugaban espacios de entendimiento entre los liderazgos del enclave nazi y grupos uniformados y civiles que tramaban la acción castrense en contra del gobierno de Salvador Allende Gossens. Con posterioridad al derrocamiento del régimen político de la Unidad Popular, se estableció una activa relación entre las entidades golpistas y Colonia Dignidad para el apoyo, de Schäffer y su entorno, a las políticas represivas..

En la década de los años 80’ - contando con simpatías ideológicas del nazismo instalado y perviviente, y de sectores castrenses asentados en el régimen militar-, comienza a estructurarse el fenómeno pandillero neonazi de los Skinheads o “cabezas rapadas” en el territorio nacional.

En la última década del siglo XX, y habiéndose iniciado los procesos de recuperación democrática en el país, se evidenciaba, muy soterradamente, la adhesión de algunos funcionarios uniformados a la ideología nazi expresada en el pandillismo skinheads hitleriano.
En la década de los años 2000 - específicamente el año 2006 – se establece judicialmente la relación de algún personal castrense y de policía (militar, aviación, carabineros) con pandillas neonazis, y con participación en prácticas de tipo paramilitar realizadas por militantes de algunas células.

En la década que se inicia con el año 2000, las actividades delictivas de los Skinheads pro nazis se hacen notorias y graves, expresando el odio racial en contra de sectores de población a los que motejan como “basuras criminales que deben ser eliminados”, y respecto de los cuales realizan “barridas y limpiezas” con: sistematicidad, frecuencia regular, planificación previa, y similitud, que dan cuenta de conductas ilícitas elaboradas desde un patrón rector común.

VI - Desestabilización social y pandillismo radicalizado.

Como constatación específica que se relaciona con el fenómeno pandillero general y, especialmente, con las prácticas de los “cabezas rapadas neonazis”, se puede afirmar que su instalación en la sociedad chilena obedece a actividades miméticas, de imitación de modelos generados en otras sociedades (ejs. europeas, norteamericanas, centroamericanas), y que sus prácticas y conductas, como ya está sucediendo en la realidad cotidiana, tenderán a que los grupos específicos, que asumen el “modelo externo”, repitan las ya experienciadas en la sociedades originarias.

En este ambiente de reproducción de modelos pandilleros, debe prestarse atención a los comportamientos de múltiples agrupaciones sociales de la tipología descrita, que se estructuran en las sociedades centroamericanas, especialmente en los casos de las pandillas denominadas “Maras” (originarias de Guatemala) y “Salvatruchas” (cuya génesis es El Salvador). Las prácticas de violencia extrema promovidas por los grupos referidos, no sólo en relación con las “luchas entre pandillas”, sino, y también, en las formas delictivas creadas por ellos (ej. el secuestro express), contienen aquella definida como “violencia salvaje”, a la que reconocemos en términos de no sólo victimizar a las personas agredidas, sino a su entorno... y a la sociedad específica en que actúan desestabilizadoramente.

La “importación” del modelo pandillero “Mara-Salvatrucha” a la sociedad chilena, parece inevitable, y algunas de sus expresiones en términos de códigos visuales se hacen evidentes (ejs.: rayados de muros, marcaje territorial). Si el acto delictivo del “secuestro express”, particularmente en los ámbitos de la delincuencia común, asoma su perfil , la necesidad de acciones preventivas y represivas provenientes de las organizaciones de Estado a quienes compete la seguridad ciudadana, se hace imperativa.

Consideramos interesante, desde ámbitos analíticos, enunciar algunos temas relacionados con el fenómeno sociológico de las “pandillas”, para llamar la
atención de personas y grupos preocupados por, y del, hecho social que se describe, cuyos impactos amenazan y modelan conductas infanto-juveniles, y
respecto de los cuales, sin información pedagógica y valórica adecuada, no se aproxima a los estudiantes, de manera rigurosa, a un conocimiento cabal y conducente. En esta perspectiva, sirve relevar los temas siguientes:

1. Pandillas y “militancia femenina”.

En el panorama general de los universos pandilleros, la presencia femenina se detecta en lo que denominamos “pandillas mixtas”. Sin embargo, en la sociedad chilena comienzan a constituirse, en la primera década del siglo XXI, “pandillas femeninas” que, también, adscriben a fuertes sesgos de agresividad y violencia. El hecho pandillero femenino, no se aprecia en pandillas de cabezas rapadas neonazis, marcadas por rasgos machistas extremos, aún cuando la ideología nazi también es asumida como “ethos cultural” por mujeres, particularmente en sociedades europeas (alemana, suiza, belga, etc.), y en espacios sociales norteamericanos (ej.: Ku Klux Klan).

2. Las “guerras” entre grupos pandilleros.

No debe descuidarse, en un análisis ponderado de la realidad pandillera inserta en la sociedad chilena, que los enfrentamientos intestinos, y a veces con expresión pública, entre facciones de estas tipologías minoritarias se vienen produciendo desde hace varios años (ejs.: las peleas entre “pandillas” integrantes de las barras bravas de algunos equipos de fútbol), y que la radicalidad delictiva de las acciones de agrupaciones pandilleras neonazis - en tanto que agresiones, incluyendo homicidios, a miembros o simpatizantes de otros grupos pandilleros (Skinheads antifacistas, Punks, Sharps, etc.) – podría provocar respuestas en el mismo tono violento (ej. el homicidio del neonazi Mauricio Egaña, ejecutado el 25 de junio de 2006 y en la Comuna de Conchalí) de los grupos que se sienten “agredidos”. Estos hechos y las respectivas lecturas de los entes pandilleros involucrados, pueden generar explosivos enfrentamientos en dirección de lo que se conoce como “guerra entre pandillas”.

3. Disidencia social y delincuencia pandillera.

En relación a aspectos socio-políticos ligados a delictualidad del tipo pandillero, debe hacerse constar que son diversos los elementos que “abonan” en dirección de prácticas antijurídicas. Marginalidad y pobreza, incentivos consumistas que frustran a los grupos sin medios económicos para adquirir lo “ofrecido”, desestructuraciones familiares, cesantía, etc., son medios en que larvan las decisiones, especialmente infanto-juveniles, de expresar “disidencias rupturales” con la sociedad general, y una de estas decisiones pasa por la pertenencia a grupos disidentes, del perfil pandillero.

4. Educación formal y fenómenos sociales de conflicto.

La cuestión educacional también juega roles importantes en materia de decisiones anómicas de los jóvenes, especialmente cuando en las pedagogías cotidianas no se forma ni informa, transversalmente, a los estudiantes acerca de estos fenómenos sociales minoritarios, que pueden afectar drásticamente, de mediar ingreso a pandillas, las vidas individuales y familiares de ellos. Se olvida, en los ámbitos pedagógicos, que son los sectores infanto-juveniles la “materia prima” capturable por estas propuestas rupturistas respecto de los social normal. Es evidente que los programas oficiales educativos, no incluyen estos temas de contingencia permanente, y, por las mismas razones, no se forma a profesores para entender analíticamente estos temas, impidiéndose un trabajo orientador que apoye la prevención en los momentos más fundamentales de la vida estudiantil.

5. Actividad pandillera y consecuencias sociales.

En los casos de actividades delictivas realizadas por grupos pandilleros, como las que han ocupado primeras planas informativas que dan cuenta de homicidios rituales ejecutados por cabezas rapadas pro nazis y anti nazis, más allá de la gravedad de los hechos criminales, debe “mirarse” el drama personal de los miembros de estas agrupaciones que ejecutaron las acciones. Son jóvenes fanatizados por una pertenencia grupal, del tipo pandilla, que les arruinó las vidas; deberán cumplir duras penas de cárcel, y, definitivamente, pagan las consecuencias de conductas a las que adscribieron, fanática y acríticamente, sin el contrapeso de una formación pedagógica preventiva respecto de los riesgos de pertenencia a las respectivas pandillas.

6. El modelo pandillero... vino para quedarse.

Nuestra experiencia analítica respecto del comportamiento social de grupos minoritarios, nos indica que el modelo pandillero ingresó a la sociedad chilena para hacerse parte del entorno cotidiano urbano y campesino; vino para quedarse, y ante esta realidad los parámetros de convivencia adicionan nuevos factores de inseguridad, desestabilización e incertidumbre.

Como conclusión sociológica de esta apretada síntesis sobre el fenómeno de las pandillas, debemos apercibirnos en el sentido de que la presencia activa de este tipo de modelos anómicos y rupturistas, respecto de lo “normal”, se encuentra en todos los espacios sociales, porque se trata de conductas caracterizadas por propuestas que tocan los diversos segmentos de la sociedad, más allá de tratarse de prácticas estructuradas como minoritarias.-

VII – Bibliografía básica.
. Lagos Schuffeneger, Humberto: “Las Pandillas en Chile”, Icthus el Editor, febrero 2005, Chile. “Sectas Religiosas y Satanismo, una lectura pedagógica”, Icthus el Editor, septiembre 2004, Chile.

. Castro Schiller, Carlos: “Pandillas y Neonazismo: Un Problema Social yde Seguridad Interior en Chile”, Tesis del Comisario Schiller, Academia Superior de Estudios Policiales, Chile 2005.

. Centro Judío Internacional: (Información en sitios de internet).

. Declaraciones de neonazis de Quillota, procesados por homicidio, 2006.

. Información de prensa sobre “homicidios” de tipo pandillero.

. Información de Tribunales respecto de procesos penales a miembros de grupos pandilleros autores de delitos graves.

. O.I.T. (Organización Internacional del Trabajo), “Jóvenes, formación y empleo (tribus urbanas y mundo juvenil: breve aproximación conceptual )”, 1996-2003.

. Instituto Nacional de la Juventud (INJ): “Pandillas juveniles en la Región Metropolitana” ( Escuela de Antropología Social de la Universidad Bolivariana ), 1998.-

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